Nuestro calendario, que se basa en el movimiento del sol, marca un punto de inflexión muy importante con la llegada del invierno. La claridad gana terreno a la oscuridad y, coincidiendo con el solsticio de invierno, se celebra una de las fiestas más señalada del calendario: la Navidad. Sin embargo, en una sociedad eminentemente agraria como la nuestra —aunque actualmente haya poca gente que haga de payés, tenemos una tradición de miles de años—, el invierno es una época dura que se puede intentar pasar de la mejor manera posible siguiendo los consejos del refranero, una fuente inagotable de sabiduría popular.
Las medicinas del invierno: sopa, pan y vino
El refranero no suele entrar en cuestiones de dieta, pero en el caso del invierno dicta bastante claramente las bases de la alimentación, que son las sopas, el pan y el vino: ‘A l’hivern escudella i vi calent’ (en invierno escudella y vino caliente), ‘Amb vi ranci i pa calent fa de bon passar l’hivern’ (con vino rancio y pan caliente hace de buen pasar el invierno), ‘A l’hivern, el millor amic és la carbassa de vi’ (en invierno, el mejor amigo es la calabaza de vino),‘Oli, sal i pa calent, fa de bon passar l’hivern’ (aceite, sal y pan caliente, hace de buen pasar el invierno). Hay que tener presente que antiguamente el invierno era una época de gran mortandad: ‘Còlics d’hivern i febres de primavera, la mort darrera’ (cólicos de invierno y fiebres de primavera, la muerte detrás), ‘Com el badall d’en Feliu, que va obrir la boca a l’hivern i la va tancar a l’estiu’ (como el bostezo de Feliu, que abrió la boca en invierno y la cerró en verano). Y la mejor manera para prevenir enfermedades es alimentarse y calentarse bien, dos cosas muy importantes en esta época: ‘El foc, a l’hivern, és mig aliment’ (‘En invierno la mejor salsa de la comida es el fuego’), ‘Les sopes i el sol a l’hivern donen consol’ (las sopas y el sol en invierno dan consuelo), ‘Qui menja pa i crema llenya, l’hivern empenya’ (quien come pan y quema leña, el invierno empuja). Poder matar un cerdo también ayuda, y mucho, porque la carne proporciona alimentos ricos en proteínas durante meses: ‘Porc matat, hivern solucionat’ (cerdo matado, invierno solucionado).
Y si todas estas precauciones no funcionan, el refranero aconseja no levantarse muy temprano (‘A l’hivern, més val colrar que matinejar’ [en invierno, más vale curtir que madrugar]), dormir panza arriba (‘Si vols tenir salut plena dorm a l’hivern de cara i a l’estiu d’esquena’ [si quieres tener salud plena duerme en invierno de cara y en verano de espalda]) o buscarse una amante panadera, porque en su casa siempre habrá calor y alimento: ‘En verano tabernera, en invierno panadera’.
El invierno, ¿época de pobreza?
Esta insistencia de la sabiduría popular en prepararse para el frío se debe a nuestro pasado de sociedad agraria, donde el invierno es periodo de inactividad en el campo: ‘Qui no fa la feina a l’estiu, a l’hivern dejuna’ (quien no hace el trabajo en verano, en invierno ayuna), ‘La dona del xirimier d’estiu balla i d’hivern badalla’ (la mujer del xirimier en verano baila y en invierno bosteza), ‘Al qui en hivern d’estiu va, no li preguntes com li va’ (al que en invierno de verano va, no le preguntas cómo le va). Todo eso nos hace pensar que era la estación más dura del año: ‘Període d’hivern, temps de pa sec i pocs rals al calaixet’ (periodo de invierno, tiempo de pan seco y pocos reales en el cajón).
Pero, para algunos sectores, el frío también tiene cosas buenas, porque crea empleo. ‘Invierno, buen tiempo para el herrero y el hornero’, ‘De sabaters, a l’estiu n’hi ha menys i a l’hivern n’hi ha més’ (zapateros, en verano hay menos y en invierno hay más) son dos buenos ejemplos. También es importante saberse organizar bien la vida: ‘Els que ho saben entendre bé, fan de pastor a l’hivern i a l’estiu de porquer’ (los que lo saben entender bien, hacen de pastor en invierno y en verano de porquero), porque en invierno los rebaños están encerrados en casa y no esparcidos por las montañas y el verano es la época de engordar cerdos, un negocio bastante lucrativo.
¿Cuándo se acabará el invierno?
La estación más fría del año acaba de empezar y ya nos preocupamos por cuándo se acabará. En este sentido el refranero ha hecho cálculos y hay de todo tipo: los más optimistas hablan de la Candelera, el 2 de febrero: ‘Si la Candelera plora, l’hivern és fora’ (si la Candelera llora, el invierno está fuera). Y los más pesimistas sitúan el final del frío entre los meses de abril y mayo: ‘El invierno no ha pasado hasta que abril no ha pasado’, ‘Fins que la lluna d’abril no hagi passat, no donis l’hivern per acabat’ (hasta que la luna de abril no haya pasado, no des el invierno por acabado), ‘No digues hivern acabat, si Sant Jordi no ha passat’ (no digas invierno acabado, si Sant Jordi no ha pasado), ‘Cuando mayo va a mediar, debe el invierno acabar’, ‘Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo’, ‘No donis l’hivern per escapat, si Sant Isidre encara no ha arribat’ (no des el invierno por escapado, si San Isidro todavía no ha llegado, 15 de mayo).
Sea como sea, poco a poco el frío empieza a disminuir, sobre todo después de la temida semana de los barbudos a principios de enero: ‘Por San Vicente, el invierno pierde un diente’, ‘Por San Pablo el invierno vuelve atrás’. También se dice ‘Atansa’t Quaresma, aparta’t hivern’ (acércate Cuaresma, apártate invierno) o ‘Cuando marzo va a mediar, el invierno ha de acabar’. Otra señal inequívoca de que el frío se va es cuando la naturaleza da señales de renacimiento: ‘Orenetes per Santa Madrona, l’hivern és fora’ (golondrinas por Santa Madrona [15 de marzo] el invierno está fuera’), ‘Quan canta el gripau, hivern adéu-siau’ (cuando canta el sapo, adiós, invierno).