Celebrar un centenario es un acto que invita a sacar pecho y, en el caso de la familia de farmacéuticos Franqueza, es además un acto que requiere de una aclaración previa: “La farmacia, el establecimiento en sí, fecha de 1842. El centenario que celebraremos este septiembre corresponde al momento en que el abuelo Joan Baptista Franquesa Ferrà la adquirió el año 1923”, explica Joan Franquesa Borràs, neto del fundador y uno de los seis farmacéuticos que integran el linaje ubicado desde hace un siglo en la plaza del Comercio de Sant Andreu.
La apertura del establecimiento aquel 29 de septiembre de 1923 se explica gracias al matrimonio de Joan Baptista con Rosa Grau Maurí, emparentada con otra estirpe del sector de la salud, los Cararach de la Clínica Sant Jordi. Antes de casarse, el abuelo Franquesa regentaba una farmacia en la calle Gerona que había comprado en 1916 y entonces le dijo a Rosa: “Yo no puedo estar contigo para que con esta farmacia no me mujer para poder hacer subir a una familia”. Al enterarse, a Rosa, de la intención de un farmacéutico andreuenc de querer vender su tienda que tenía mucha más afluencia que la de la calle Gerona, el abuelo Franquesa se animó y aterrizó en el barrio.
De hecho, la antigua caja registradora que todavía se puede admirar cuando vamos a hacer alguna compra a la Franqueza es el original que había en la farmacia de la calle Gerona, que el abuelo Franquesa llevó para acá. El aparato, según explican en la casa, todavía funciona a la perfección. Y no es el único aparato histórico que se puede ver al adentrarse. La Farmacia Franqueza conserva moldes para elaborar píldoras y antiguos recipientes que llenan los muebles de la época, tan característicos, de cuando el fundador emprendió el negocio.
También conserva la memoria del siglo XX. Al principio del año 1939 tuvieron que cerrar las puertas ante la entrada de los rebeldes fascistas en Barcelona que determinó la victoria de este bando a la Guerra Civil. Se ve que hubo un tiroteo en la calle, que el abuelo Joan Baptista decidió cerrar las puertas y que al día siguiente se encontraron el vidrio desmenuzado y la puerta metálica túnel. “Cuando se hizo la reforma el año 2004 teníamos claro que encontraríamos alguna cosa porque, además, el padre siempre nos lo decía. Y así fue. Al sacar el mueble encontramos una pieza metálica toda deformada que entendemos que es el proyectil que atravesó la puerta y acabó allí en el fondo”, explica el limpio del fundador.
La estirpe completa La farmacia Franqueza pasó del abuelo Joan Baptista Franquesa Ferrà a su hijo Pere Franquesa Grau, que murió hace un par de años. Aunque fue Pere quien continuó con la tradición en Sant Andreu, su hermano Ramon adquirió también una farmacia en el barrio de Horta que actualmente ya no está en manos de la familia, al no tener relevo generacional. De Pere Franquesa Grau pasó a los dos hijos, ambos farmacéuticos y en activo en el establecimiento, Joan Franquesa Borràs y Jordi Franquesa Borràs. Como detrás de incorporación, en la farmacia también encontramos Daniel Franquesa Ec, hijo de Joan y cuarta generación de los farmacéuticos Franqueza en Sant Andreu.
La solera en el territorio también va acompañada de la honestidad al reconocer los hitos del sector: “se tiene que decir que no somos los farmacéuticos con más trayectoria a Sant Andreu: ¡los Guinart nos ganan para una generación y les Marchara nos ganan por dos”! , exclama Joan Franquesa Borràs entre risas.