El barrio de Barón de Viver conjuga espacios arquitectónicamente duros con otros que resultan muy amables para pasear, sentar a leer un libro o, sencillamente, disfrutar del aire libre. Uno de estos últimos espacios, de los que invitan a vivir la tranquilidad de la periferia, es la plaza que recuerda una mujer pionera en el sector audiovisual, la cineasta y realizadora Pilar Miró. La placa contrasta, eso sí, con el resto del nomenclador del barrio, que mezcla nombres de ciudades del Sur de América como Quito o Ciudad de Asunción con nombres de localidades catalanas como Campins o Tiana.
El porqué de la elige de este nombre en homenaje a Miró hay que buscarlo a principios de este siglo, cuando el Distrito finalizó las obras de la nueva plaza. Entonces, la concejalía de Cultura tenía previsto bautizar el espacio con nombres tan diversos como Jacques Cousteau, Agatha Christie o Freddie Mercury, opciones las tres que no acababan de encajar con los representantes de la Asociación de Vecinos y Vecinas de semillas. Bien al contrario, la entidad vecinal tenía claro desde el comienzo que quería rendir homenaje a la realizadora madrileña que desarrolló su actividad en un mundo de hombres y que a menudo sufrió por este hecho.
En declaraciones a los medios, el entonces presidente de la Asociación Josep Oliver explicaba que “le debemos mucho a Pilar Miró porque la sociedad de hombres en la cual le tocó vivir y desarrollar la carrera no fue nada generosa con ella”. La divergencia de criterios entre el ente vecinal y la concejalía de Cultura atrasó la colocación de la placa, haciendo que incluso el espacio se llegara a conocer como plaza sin nombre hasta que se aceptó la voluntad del barrio. Desde hace ya más de una década, podemos contar con este rincón dedicado a la realizadora en uno de los barrios de nuestro distrito.