Del 18 al 20 de mayo, 27 ministros, 15 viceministros y 200 rectores y vicerrectores, 8.000 participantes en formato virtual y más de 1.700 presenciales se han centrado a debatir sobre la educación superior y la hoja de ruta a seguir en los próximos diez años. Durante estas jornadas, se ha subrayado la voluntad de que la universidad del futuro inmediato sea más abierta, más inclusiva y accesible, más flexible y más transversal. Así como que juegue un papel más relevante en la transformación social de un mundo complejo y que lleve como bandera los principios del derecho a la educación, es decir, la no discriminación y la igualdad de oportunidades.
Por otra parte, la sostenibilidad del sistema educativo también ha formado parte de la conversación. Miriam Nicado, rectora de la Universidad de la Habana, ha señalado que “para conseguir el desarrollo sostenible global, las universidades tienen que vincularse con su entorno socioeconómico para transformar no solo el medio ambiente, sino la sociedad con sus sectores más vulnerables”. Además, se ha concluido que “se tiene que hacer posible el derecho de las personas a la educación superior mediante un acceso equitativo, muy financiado y sostenible”.
Stefania Gianninni, Subdirectora General de Educación de la UNESCO, ha reafirmado durante el Congreso que la educación superior tiene que continuar creciendo y mejorando, pensando más allá de los límites y que la manera de hacerlo es “aprender, compartir, colaborar y actuar de manera conjunta para marcar el camino de la reinvención de la educación superior y liberar el talento de todo el mundo”.
En paralelo en este congreso, en varios espacios de la ciudad se han llevado a cabo actividades en el marco de la Semana Mundial de la Educación Superior. Una semana llena de debates y mesas redondas sobre temas como la adaptación de la educación superior a los retos de este siglo, las desigualdades en el acceso a los estudios superiores o el vínculo de estos estudios con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS).