Se acaba, seguramente, uno de los cursos escolares más extraños y más difíciles. A lo largo de este año, la pandemia ha continuado trastocando las rutinas escolares y las restricciones han estado al orden del día. Acaba también, este año uno de las pesadillas de la escuela L’Estel, en la zona de La Sagrera, puesto que ha estado este año cuando se ha acabado de retirar el amianto que había alrededor del centro escolar.
Si bien el amianto no se encontraba dentro de la escuela, desde el patio del centro escolar se veían las cubiertas de los almacenes de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), donde sí que había. Hay que recordar que el envejecimiento del amianto, que es un material altamente tóxico, pose en peligro la salud de la población, por eso hay que retirarlo cuando se lo detecta. La utilización de este material en el ámbito de la construcción quedó prohibido el 2002. El estado se comprometió con la Unión Europea a retirar todas las paquesde fibrocemento de los edificios públicos antes del 2030.
“El proceso de retirada del amianto que se veía desde nuestra escuela se inició durante el curso 2019-2020. Durante los cursos anteriores, habíamos hecho muchas peticiones porque se llevara a cabo la retirada de las cubiertas, porque estaban a tocar con nuestro patio. Se había solicitado el análisis del humo que salía por las chimeneas para analizar si podía ser perjudicial para nuestro alumnado”, explica la Marta Rubio Tartera, la directora del centro.
Las peticiones fueron escuchadas y tanto el Consorcio como TMB llevaron a cabo una serie de actuaciones. El año pasado, durante el verano (cuando en el centro no había alumnos) se hizo la retirada de la cubierta, que era el que resultaba más problemático. Cuando el profesorado y el alumnado volvió de las vacaciones, el septiembre del 2020, todo estaba casi acabado. “Sin embargo, han estado trabajando hasta abril del 2021, pero haciendo obras que ya no tienen ninguna afectación para la escuela”, especifica la Marta.
La retirada del amianto a L’Estel ha coincidido con la crisis sanitaria, por lo tanto el alumnado de la escuela casi no ha tenido conciencia que se estaban haciendo obras ni de la problemática que supone tener una estructura de amianto cerca. “Con los niños no lo pudimos trabajar de manera exhaustiva a causa de la pandemia, pero sí que había planificado abordarlo con la comunidad de grandes. Con la irrupción de la Covid-19 no se ha hecho y no lo hemos retomado. Tenemos pendiente hacerlo”, dice la directora del centro. En la misma zona, la escuela Lo Sagrer también se ha encontrado con la misma problemática.