El Carnaval de este año cuenta con siete embajadores, uno por cada villa histórica del llano de Barcelona. Sus nombres son una mezcla de los nombres carnavalescos tradicionales de los siglos XVIII y XIX y las zonas o motivos de las antiguas villas de las que son embajadores. Además, cada diplomático tiene una serie de virtudes y defectos —representan los siete pecados capitales— y se identifica con un color. Por encima de todos ellos encontramos al Rey Carnaval, una suma de lo mejor y lo peor de sus delegados, quien va adornado con los colores del arcoíris. ¿Los quieres conocer?
Gran Patantum de Solbaix, embajadora de Les Corts. Su color es el azul cielo y representa el pecado capital de la pereza.
Caramanxell de Magòria, embajador de Sants. Se identifica con el azul añil y representa la envidia.
Calicut de Malabar i Trestorres, embajador de Sarrià. Su color identificativo es el verde y simboliza la avaricia.
Bufallut de Grassot, embajador de Gràcia. Viste de color amarillo y su principal defecto es la soberbia.
Currutaca Bugadera i Santgenís, embajadora de Horta. Va toda de naranja y es muy irascible.
Maabiata de Txan-Txan i Coats, embajadora de Sant Andreu. Se identifica con el color rojo y representa el pecado capital de la lujuria.
Barreló Espirillingat de la Mel, embajador de Sant Martí. Su color distintivo es el púrpura y su principal pecado es la gula.