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Un poco de historia
La historia del Centro Cívico Can Castelló nos habla de las familias más importantes del antiguo municipio de Sant Gervasi de Cassoles, que, al urbanizar sus fincas, dieron nombre a una calle, a un parque y a un mercado. La masía, construida hacia el siglo XVI, perteneció a la familia Galvany, emparentada con la familia Castelló a través del matrimonio de la heredera Rosa Galvany con Gabriel Castelló el año 1787. Los Castelló dejan testigo de la vida burguesa de aquel momento, y si sus jardines particulares hoy son un parque público, su domicilio se reparte entre el casal para personas mayores y el Centro Cívico, que pone el acento en una programación con la salud integral como uno de los ejes principales.
La masía de los Galvany
Josep Castelló i Galvany, miembro de una de las familias más representativas del antiguo Sant Gervasi, promovió a partir de 1866 la urbanización de una gran extensión de terrenos de su propiedad. Estos terrenos estaban situados en la parte baja del municipio, entre la actual Diagonal y la Ronda del Medio, y eran conocidos con el nombre de Camp d’en Galvany.
A finales del siglo XIX, Joaquim Castelló Elias hizo arreglar la masía como residencia familiar. El arquitecto Guillem Busquets Vautravers fue el encargado de la remodelación, diseñada al más puro estilo modernista: vidrieros de colores, artesonados, mosaicos hidráulicos, parquet… Todo sin perder la idiosincrasia de la masía catalana: el comedor en el centro y, alrededor, las habitaciones y la galería. En la planta baja se conservó el espacio para los carruajes y caballos, la capilla con una pequeña sacristía y la vuelta catalana decorada con frescos, en los que había representado unas hiedras y la casa de los masoveros.
Años 70
Entre los años 1975 y 1976, la Asociación de Vecinos de Sant Gervasi empezó a reivindicar de manera decidida el parque y el ateneo popular. Dos años más tarde, en 1978, el Ayuntamiento anunció que había pactado con los propietarios la cesión de la masía y de los jardines. A cambio, sin embargo, aceptaba una edificabilidad más elevada en el resto de terrenos. Según el acuerdo alcanzado, la masía se tenía que destinar a un hogar de ancianos y a un centro cívico, mientras que los jardines tenían que pasar a tener un uso público.
Nace el Centro Cívico
La propiedad de la masía y los jardines pasó al Ayuntamiento el año 1981 y, después de diversos planes y proyectos, el año 1990 Can Castelló empezó a funcionar como residencia geriátrica y hogar de ancianos.
Posteriores trabajos de rehabilitación del edificio permitieron adaptar parte de las dependencias que ocupaba la residencia geriátrica como Centro Cívico, que se inauguró en el año 2008 y comparte espacio con el hogar de ancianos.
Actualmente, en el Centro Cívico, se hacen talleres, charlas, exposiciones, conciertos y teatro de pequeño formato, aunque dos de los ejes de sus actividades son la salud integral y el crecimiento personal.