Desde su inauguración el año 1961, la obra estuvo ubicada en la plaza de la Armada, en Montjuïc, pero con los cambios urbanísticos fue perdiendo visibilidad y se encontraba en mal estado de conversación. Por eso, se decidió retirarla, restaurarla y darle un nuevo emplazamiento.
El muro del parque de Joan Reventós ofrecía las condiciones óptimas, teniendo en cuenta que la ‘Rosa de los Vientos’ es un reloj de sol que tiene que estar orientado al sur. Además, Sarrià fue el barrio donde vivió la autora, Luisa Granero, primera mujer que se convirtió en catedrática de escultura en España, el año 1964.
La intervención del Departamento de Patrimonio Arquitectónico, Histórico y Artístico, a cargo del escultor Abel Vallhonesta, ha consistido en la recuperación y restauración de las piezas, y en la reconstrucción de las partes desaparecidas.
La ‘Rosa de los Vientos’
Con forma de relieve en piedra blanca y con unas medidas de 2,78 x 2,16 x 0,15 metros, la escultura es una alegoría de las constelaciones que navegantes y marineros utilizaban para orientarse al mar en la oscuridad de la noche. Su disposición y su formato son circulares, con un centro importante por la medida y la forma, que simboliza concretamente la rosa de los vientos.
Tiene la imagen de un lucero con múltiples brazos de diversas medidas que se proyectan radialmente en todas las direcciones de un espacio imaginario y que da más longitud e importancia a cuatro direcciones en forma de aspa que, simbólicamente, corresponden a los cuatro puntos cardinales. Equidistando del centro, se ven doce piezas, completamente recortadas del fondo, que representan los signos del zodíaco. Son formas humanas o de animales que siguen la lógica de aquello que simbolizan y en forma de cruz, está la representación de cuatro mujeres. El resto de las representaciones que completan la rueda hacen referencia básicamente a animales y objetos que siempre tienen relación con el tema referido.
¿Quién fue Luisa Granero?
Luisa Granero Sierra (1924-2012) nació en Barcelona en el seno de una familia humilde de origen andaluz. La guerra y la posguerra marcaron su infancia y juventud, y desde muy joven se interesó por la escultura y empezó su aprendizaje con los escultores Enric Monjo y Jaume Otero, abriéndose paso en el mundo del arte en una época en que la presencia femenina era minoritaria.
El año 1964 Granero se convirtió en la primera mujer catedrática de escultura en España, en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, y se considera la primera escultura profesional catalana.
Fue miembro de la Real Academia Catalana de Bellas Artes de Sant Jordi, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y de la National Sculpture Society de Nova York. Recibió múltiples reconocimientos a lo largo de su trayectoria, y en el 2006 el Distrito le otorga la Medalla de la Mujer de Sarrià – Sant Gervasi.