A pesar de la pandemia, la vida continúa y eso es motivo de celebración constante. El 29 de abril es el Día Internacional de la Danza y muchas colles de cultura popular se han preparado para conmemorarlo como corresponde. Pero… ¿conoces los ámbitos de cultura popular que incorporan la danza? ¡Repasamos su historia!
Los esbarts
Probablemente, cuando pensamos en danza festiva nos vienen a la cabeza los esbarts. Un esbart es, en sentido estricto, un grupo de animales o de personas. En cultura popular, un esbart es un grupo más o menos numeroso de personas que se dedican a la danza tradicional y que, por azar, Mossèn Cinto Verdaguer bautizó con este nombre. El primer esbart se fundó en el año 1901 en Vic. El más antiguo todavía activo en Cataluña es el Esbart Català de Dansaires, de 1908. En Barcelona hay más de veinte, como el Montserratí Martinenc, el Espiga d’Or, el Santa Eulàlia, el Ciutat Comtal, el Sant Martí, el Folklòric d’Horta, el Lluís Millet, el Joventut Nostra, el Sant Jordi, el Gaudí, el Maragall, el Estel y el grupo Ballets de Catalunya.
Las danzas tradicionales
Actualmente muchos esbarts tienen danzas vivas incorporadas en su repertorio y las bailan en las respectivas fiestas mayores: el baile de Cercolets del Esbart Català de Dansaires, el baile de Teixidores de Sant Andreu o el baile del Corpus de Sangre, también de Sant Andreu. Pero hay un grupo de danzas vivas que todavía se bailan como era costumbre antiguamente, en la plaza de la villa el día grande de la fiesta mayor. Son los bailes de Rams. Y no los bailan exclusivamente los esbarts, sino que puede participar todo el mundo. En Barcelona tenemos tres: el de Hostafrancs, el de Sant Andreu y el de Sant Martí.
La sardana
El origen de la sardana es todavía confuso, aunque últimamente hay bastante consenso en considerar que el contrapaso y la sardana corta son sus antecedentes más plausibles. A finales del siglo XIX la sardana se convirtió en un baile de moda en el Empordà, el Rosselló y la Selva. Pero parece que el hecho que le dio impulso fue la intervención de Pep Ventura, que modificó la danza propiamente dicha, y también la cobla, en la que se destaca la aportación de la tenora en el conjunto instrumental. En Barcelona, tenemos cerca de quince colles sardanistas y entidades de fomento de la sardana, que celebran concursos y bailes cada fin de semana. Uno de los espacios más emblemáticos para ver bailar sardanas es delante de la Catedral, donde se pueden contemplar durante todo el año, pero especialmente por Santa Eulàlia y La Mercè.
Los bailes de bastons
Los bailes de bastons narran en forma de danza la lucha entre dos bandos, que se distinguen por los colores del faldellín y del pañuelo. Actualmente, el baile de bastons puede considerarse la danza más extendida en el territorio catalán. En Barcelona hay cerca de doce bailes de bastons, que salen por la fiesta mayor: el del Esbart Català, el de Barcelona, el de Ballets de Catalunya, el de Gràcia, el del Casc Antic, el del Poble-sec, el del Raval, el de Sarrià, el de Sants, el del Clot, el de L’Eixample, el de Horta y el de Sant Andreu. Destaca el baile de bastons del Séquito, que solo sale por Santa Eulàlia, Corpus y La Mercè, y recupera la imagen tradicional del baile de bastons histórico de la ciudad. Además, es bailado por integrantes de todas las colles barcelonesas.
Los bailes de gigantes, cabezudos y bestiario
La imaginería festiva baila desde antiguo. Se sabe que los gigantes y los cabezudos solo bailaban en unos espacios concretos y que la Àliga tenía danza propia, que tenía mucho prestigio. Actualmente mantiene este rango, y el baile de la Àliga se ejecuta en los momentos culminantes de la fiesta, junto con el baile de los Gigantes de la Ciudad. Pero los bailes propios ya no son una rareza dentro de la imaginería. Hoy en día, muchas parejas de gigantes, conjuntos de cabezudos y piezas de bestiario festivo de Barcelona tienen una danza y la bailan en los momentos más importantes de las fiestas.
Los bailes de diables
¿Los diables bailan? Pues sí. Aunque en Barcelona los llamamos simplemente diables, los grupos más tradicionales conservan el nombre de ball de diables. Y, de hecho, bailan. Bajo el fuego de las chispas, ejecutan sus danzas en círculo con el protagonismo de algunos de los personajes tradicionales: Lucifer, la Diablesa… Los tambores y en muchos casos la lectura de los versots acaban de poner el toque diabólico. Es un claro ejemplo el baile de diables que se celebra todos los años en el Toque de Inicio de las Fiestas de La Mercè y que está formado por muchas de las colles de la ciudad.