"Si la Unión Europea no se echa atrás, estamos ante el último ciclo de cambios de hora"

19/10/2020 - 16:53

La entrada del horario de invierno de 2020 se producirá esta semana, concretamente, durante la madrugada del sábado 24 de octubre al domingo 25 de octubre. Cuando las agujas del reloj marquen las tres de la madrugada, se deberán retrasar hasta las dos. Este, sin embargo, podría ser el último cambio de hora… si los gobiernos de los diferentes estados de la Unión Europea se deciden a dar el paso definitivo. Hablamos con Fabian Mohedano, consultor especializado en usos del tiempo y miembro del Consejo Asesor para la Reforma Horaria (CARH).

¿Cuál es la historia detrás del cambio horario?

La historia del cambio horario, la que hace referencia a nuestro país, es un cúmulo de despropósitos. Podemos intentar explicarlo …

¿Cuándo y por qué surge esta necesidad?

Con la aparición del tren como principal sistema de transporte público se produce una especie de globalización. Hay que coordinar viajes, horarios de inicio y de destino final, en lugares con horarios diferentes. Esta situación caótica se intenta resolver con el decreto oficial del 1 de enero de 1901, donde se establece que todo el territorio español se ajustaría al horario del Meridiano de Greenwich o GMT (Greenwich Meridian Time). Con esta disposición, las diferencias se reducen a unos pocos minutos y la ciudadanía empieza a adecuarse a este nueva modalidad del tiempo para realizar sus actividades diarias. Bajo el contexto de la Segunda Guerra Mundial, el compartir el horario denominado GMT + 1 se vio como un guiño para reafirmar los lazos con la Alemania nazi. Esta decisión sigue vigente hasta la actualidad.

¿Estamos ante el último cambio de hora que vamos a vivir?

Si la Unión Europea no se echa atrás, estamos ante el último ciclo de cambios de hora. El momento en el que estamos en el contexto de la Covid debería facilitar la decisión. Habría que aprovechar el contexto.

¿En qué momento se encuentra el comité de expertos que ha de tomar esta decisión?

El comité de expertos lo que hace es asesorar. La decisión corresponde al Gobierno de España, que es la administración competente para tomar la decisión de elegir el huso horario en el que se situará el estado a partir de 2021. Todos los estados de la Unión Europea tendrán que tomar una decisión, una vez avalada la idea de suprimir la directiva que establecer el cambio de hora. Hay quien lo tiene más fácil porque se encuentra su huso original, según la Conferencia de 1884 en la que se dividió el mundo en 24 husos horarios.

Una vez la decisión se tome, ¿qué tiene que pasar? ¿A quién debe comunicarse?

En buena lógica, si el último cambio es en 2021, habría que decidir si es horario de verano o invierno. Y en función de la decisión, por ejemplo, el cambio de ahora podría ser el último. Cada estado deberá comunicar a las instituciones europeas cuál es el que escoge. Tendremos que estar atentos a la decisión de España, Francia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo. Todos estos estados están fuera de Greenwich y su decisión será trascendental para millones de ciudadanos europeos.

¿Por qué horario se apuestan desde el Pacto por una Reforma horaria: el de verano o el de invierno? ¿Por qué?

Cuando formulamos los objetivos y acciones del Pacto, este tema no se trató. Cataluña no tiene competencias para impulsar una reforma de estas dimensiones. Corresponde a los estados. Nos centramos en las cuestiones que afectan a la organización del tiempo de vida cotidiana. Ahora bien, todo está interrelacionado. El tiempo es sistémico y si tocas una pieza, afecta al resto. Pero sí se pronunció el Consejo Asesor para la Reforma Horaria del año pasado …

¿Y qué propuso?

El Consejo Asesor para la Reforma Horaria, que es un organismo independiente formado por expertos voluntarios vinculado al Departamento de la Presidencia de la Generalitat de Catalunya, propone instar a las instituciones europeas a hacer un debate global de reordenación que permita buscar un consenso sobre la distribución de los estados en los husos horarios. También cree que hay que hacer pedagogía entre la ciudadanía sobre las consecuencias, especialmente sobre la vida saludable, pero también sobre el rendimiento de las personas, a la hora de optar por un horario u otro. La propuesta del Consejo es la supresión definitiva y se inclina por el horario de invierno.

Esta cuestión, tiene una vinculación directa con las horas de sueño …

Por ello la Sociedad Española del Sueño se posiciona firmemente en relación a esta cuestión a favor del horario de invierno. O dicho de otro modo es el de verano si nos situamos en Greenwich, nuestro huso original. Es decir, el GMT + 1. Hay que evitar que por la mañana (en el caso del horario de verano) se haga de día entre las 9 y las 10 de la mañana durante los meses del invierno. Es un desastre para el rendimiento de niños y jóvenes en los centros educativo y adultos en el trabajo, pero también para la salud. La melatonina que usamos la mañana está relacionada con la calidad de la luz natural a primera hora del día. Si no vemos luz por la mañana, baja la calidad del sueño.

¿Cómo puede afectará esta decisión el desarrollo económico y social del país?

No debería afectar esta decisión. Son cosas diferentes. La supresión del cambio de hora nos ayudará a tener un único horario todo el año y de esta manera evitar el jet lag social que provoca dos veces al año. Nada más. No tiene nada que ver una cosa con la otra. Si no hacemos un planteamiento serio sobre de combate del presencialismo a través de la reforma horaria en las empresas, si no adaptamos los horarios a nuestros ritmos circadianos (comida a las 13 y cena a las 8 aproximadamente), si no aplicamos el teletrabajo como buen criterio, si no recuperamos horas de sueño, etc. no conseguirá lo que buscamos.

¿Qué queda de esta idea popularizada sobre el hecho de que el cambio de hora es más eficiente a nivel energético?

Durante décadas ha ayudado al ahorro energético, cuando el hecho de que oscurecer o ya ser de noche tenía en cuenta en nuestro consumo. Pero el mundo ha cambiado mucho desde 1973. La tecnología ha avanzado y el modo de consumo en las grandes ciudades, sobre todo, también. El consumo es de 2 euros por persona al año. ¡Muy poco!

¿Qué ventajas tiene que tener sobre la organización de nuestro tiempo y nuestras vidas suprimir el cambio de hora?

Insisto, ninguna. Tenemos otros retos. Hay que impulsar las medidas que recoge el Pacto para la Reforma Horaria en Cataluña, aprobado el 17 de julio de 2017, de manera que sea posible armonizar los diferentes usos del tiempo, con el horizonte del Objetivo 2025 como momento de adaptación de los horarios a los del resto del mundo. ¡Aquí sí que tenemos trabajo!