Aunque se entiende la necesidad de priorizar los criterios de salud pública, el CAMU remarca los efectos negativos que todo ello genera en la formación y socialización del estudiantado universitario matriculado en programas presenciales.
En el comunicado, este órgano de participación sectorial considera que “es innegable el gran esfuerzo que las universidades han hecho y están haciendo para disponer de aulas seguras y al mismo tiempo el del personal docente y administrativo para mantener la actividad educativa y los espacios formativos utilizando las herramientas digitales”.
Por este motivo, se solicita a las autoridades sanitarias competentes que se tengan en cuenta los efectos que está teniendo la no presencialidad y se recupere la docencia presencial tan pronto como las condiciones sanitarias lo permitan, priorizando al estudiantado de nuevo acceso que todavía no ha podido disfrutar de una experiencia universitaria normalizada.
El CAMU se organiza a través del pleno del consejo y está integrado por la presidencia (que ocupa la alcaldesa, Ada Colau), dos vicepresidencias, representantes de todos los grupos municipales, representantes de las universidades públicas y privadas y seis personas expertas del ámbito profesional, académico y científico. También forman parte de él, con una persona representante, los principales sindicatos de estudiantes (AEP, AJEC y SEPC) y de personas trabajadoras (CC. OO. y UGT), entidades sociales y vecinales y entidades del sector productivo, así como la Secretaría de Universidades e Investigación y el Consejo Interuniversitario de Cataluña.