Como competencia municipal, el gobierno de Barcelona ha velado durante siglos por la organización de los colectivos profesionales de la ciudad. Durante la época del Consejo de Cien, los gremios adquirieron poder e influencia ante el gobierno municipal, gracias al crecimiento económico y productivo. Entre los gremios más antiguos de la ciudad encontramos la Cofradía de Sant Marc dels Sabaters, cuya documentación se puede consultar en línea.
El sistema gremial se convirtió en una organización de primer orden y rigurosa la cual, incluso, fue denominada en la época como «el trabajo bien hecho», toda una garantía de trabajo. Gracias a esta alta organización, en el Archivo preservamos la documentación de cerca de 90 gremios diferentes. Es el caso del Libro de Ordenanzas del Gremio de Curtidores, en el cual podéis ver representadas miniaturas de san Agustín, patrón de los Curtidores.
Los gremios perdieron su papel dentro de la representación en la ciudad después de la Guerra de Sucesión. Y es que su rol destacado en la organización y defensa de la ciudad ante las tropas de Felipe V hizo que se tomaran represalias políticas posteriormente, que no recuperarían hasta cincuenta años más tarde.
A lo largo del siglo XVIII, la evolución del régimen borbónico haría que progresivamente los gremios renovaran su protagonismo en Barcelona, especialmente a raíz de las reformas representativas de 1766, momento en que se crearon los diputados del común dentro del Ayuntamiento. En aquel momento los gremios barceloneses encuadraban a más de tres mil trabajadores artesanos.
Finalmente, los gremios acabaron desapareciendo el 20 de febrero del año 1836 por decreto de las Cortes españolas durante la revolución liberal. Puedes consultar algunos de sus fondos documentales en nuestro Catálogo en línea.