Elsa Pastor es ingeniera, investigadora en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPF) y coordinadora del proyecto WUICOM BCN, beneficiario de la convocatoria de 2021 de subvenciones para proyectos de investigación e innovación que otorga el Ayuntamiento de Barcelona en colaboración con la Fundació “la Caixa”. El proyecto investiga las comunidades de interfaz resilientes en el fuego de Barcelona, sobre la situación en las ciudades para hacer frente a los incendios y los resultados obtenidos a partir del proyecto. Con ella hablamos de este proyecto, su alcance y sus repercusiones sociales.
Empecemos por tus orígenes como investigadora. ¿Cómo has llegado a dedicarte a la investigación?
Cuando era estudiante de ingeniería tomé conciencia de mi motivación por el conocimiento, de mi interés por el reto que supone resolver problemas complejos del mundo real. Tenía claro que quería hacer el Doctorado para iniciarme en la investigación, ¡y ya lo véis! 20 años más tarde, sigo dedicándome a esto, haciendo carrera académica como profesora e investigadora en la Universidad Politécnica de Cataluña.
¿Qué ha motivado tu interés por el ámbito de la investigación en el que trabajas?
En el Centro de Estudios del Riesgo Tecnológico (CERTEC) donde desarrollo mi actividad investigadora abordamos, entre otros, aspectos relacionados con el riesgo y la seguridad contra incendios en diferentes ámbitos como el urbano, el industrial o el forestal. El fuego es un elemento cautivador que da calor y nos facilita enormemente la vida, pero al mismo tiempo tiene un enorme poder destructivo con un gran impacto social. Esta dualidad es sencillamente fascinante. Además, entender todo lo que ocurre durante un incendio y poder desarrollar e implementar estrategias para reducir su riesgo representa un desafío académico y tecnológico apasionante.
¿Qué líneas de investigación se están llevando a cabo actualmente en el campo de seguridad contra incendios?
La investigación en el campo de la seguridad contra incendios se encuentra actualmente en una fase de alta actividad y productividad. En el ámbito de la ingeniería, un tema de gran relevancia está siendo la exploración de aplicaciones de tecnologías emergentes, como por ejemplo la inteligencia artificial, para mejorar la gestión del riesgo y la seguridad. Este enfoque tiene como objetivo anticiparse a los riesgos y minimizar sus consecuencias de forma más eficiente de cómo se hace hasta ahora.
Centrémonos en el proyecto en el que trabajas. ¿Cuáles han sido sus precedentes?
En CERTEC hace muchos años que nos dedicamos a analizar la problemática de los incendios en la interfaz urbano-forestal, es decir, aquellos incendios que comienzan en el bosque, pero que llegan a amenazar urbanizaciones y áreas pobladas. Previamente a este proyecto, ya se habían desarrollado herramientas y metodologías para analizar la vulnerabilidad de bienes e infraestructuras en urbanizaciones. Sin embargo, la gestión del riesgo de incendios en estos espacios es altamente compleja y requiere una aproximación multidisciplinar para abordar su complejidad de forma integral.
¿Y cuáles eran los objetivos que os marcasteis?
El objetivo principal de WUICOM era el de realizar un análisis integrado del riesgo de incendio en la interfaz urbano-forestal de Barcelona, es decir, en los barrios de montaña de Collserola, poniendo el foco en la vulnerabilidad social, de los ecosistemas y de los edificios e infraestructuras. Y seguidamente, desarrollar estrategias específicas para la ciudad que permitieran incrementar la resiliencia al fuego en aquellos espacios más vulnerables.
¿En qué ha consistido esta investigación?
Ha sido un trabajo interdisciplinar, donde hemos confluido investigadores e investigadoras con diversas experiencias. Hemos explotado sinergias entre la ingeniería del fuego, la arquitectura del paisaje y la sociología para la gestión de desastres para llevar a cabo nuestros análisis y elaborar las propuestas de gestión del riesgo para transformar los barrios de montaña en comunidades más resilientes en los incendios.
¿La ciudadanía se ha implicado en este proyecto?
Para llevar a cabo nuestro trabajo, afortunadamente hemos dispuesto de espacios de co-creación con la ciudadanía y con la ayuda y complicidad de las entidades involucradas en la gestión del riesgo de incendio en Collserola. Concretamente, hemos trabajado intensamente en los barrios de Sant Genís dels Agudells y de Can Rectoret. Aprovecho este espacio para agradecer la colaboración de los vecinos y entidades de ambos barrios, ya que ha sido imprescindible para el desarrollo de nuestros métodos y para la obtención de resultados.
Así pues, ¿cuáles han sido los resultados obtenidos?
El principal resultado ha sido la elaboración de un plan de acción sostenible (que incluye el ámbito social, ambiental y estructural) para la resiliencia en los incendios en zonas de especial vulnerabilidad de Barcelona. Y esto lo hemos hecho a partir de metodologías punteras, desarrolladas en el seno del proyecto que ponemos a disposición de la comunidad científica para que este trabajo pueda ser replicado en otros lugares. Como modelos de simulación de incendios o herramientas de Realidad Virtual, entre otros.
¿Qué conclusiones pueden extraerse de estos resultados?
Que las zonas de interfaz urbano-forestal en áreas metropolitanas tienen una gran complejidad debido a su diversidad poblacional, a la gran concentración de estructuras, a las infraestructuras críticas y a los servicios ecosistémicos que proporcionan, como la mejora de la calidad de aire o los espacios de disfrute de la naturaleza. Y que, para abordar la gestión del riesgo de incendio en estos espacios, es necesario un enfoque integrado, considerando a la vez aspectos sociales, ambientales y estructurales.
¿Existen repercusiones sociales en la ciudad a causa de estos resultados tan circunstanciales?
Con los resultados de WUICOM, damos herramientas al Ayuntamiento de Barcelona ya otras entidades involucradas en la gestión del riesgo de incendio en Collserola para priorizar acciones para la resiliencia al fuego. La implementación del plan que proponemos ayudará a minimizar el riesgo de incendio tanto a nivel individual como colectivo. Además, creemos que muchas de las propuestas también pueden encajar en otras zonas pobladas con alto riesgo de incendio.
¿Y qué nuevos retos consideras que deberían abordarse a partir de esta situación?
WUICOM ha sido un proyecto piloto, con un presupuesto específico de investigación para generar todo ese conocimiento. Ahora lo que hace falta es que el plan de acción se aterrice, se implante en los barrios y dé sus frutos en caso de incendio. Para ello, es necesario un esfuerzo conjunto y una línea de financiación continua para transformar los barrios de montaña y sus residentes en comunidades resilientes. Dada la actual crisis climática, realizar este trabajo implica un cambio de paradigma a nivel global y una buena dosis de voluntad política. Desgraciadamente, no sé si estamos en condiciones para dar este paso…
¿Cómo se dará continuidad a esta línea de investigación?
Los métodos desarrollados en WUICOM se escalarán y adaptarán para afrontar los retos de la reducción del riesgo de incendio en otros espacios vulnerables en Europa. El consorcio WUICOM, se ampliará con otros grupos de investigación europeos para poder replicar este trabajo en otras zonas vulnerables del sur, centro y norte de Europa. En este caso, la financiación vendrá por parte de la Agencia de Protección Civil Europea a la que quiero expresar mi agradecimiento por hacernos de nuevo confianza.
¿Cómo podemos ayudar como sociedad a reducir ese riesgo?
El riesgo de incendio forestal es una responsabilidad compartida. Cada uno de nosotros puede ayudar a minimizarlo, aunque no seamos estrictamente residentes en zonas de interfaz. En nuestra vida cotidiana tomamos decisiones relacionadas con nuestros hábitos de consumo que pueden influir (o no) en la gestión del riesgo de incendio. El consumo de productos locales, por ejemplo, es una forma directa de apoyar al sector primario (agricultura, ganadería), que es fundamental para la gestión del riesgo.