Producir mascarillas ha sido y es todavía hoy una actividad surgida de un proyecto comunitario de 5 entidades costureras, en el barrio del Besòs y del Maresme. La formación que les ha impartido Torre Jussana ha sido clave para organizar los términos económicos de la actividad
El paso a la comercialización y a convertirse en una actividad económica y fuente de recursos para las mujeres es un gran éxito, pero planteaba algunos retos, sobre todo a nivel legal y fiscal.
A partir de una petición de este colectivo de entidades costureras, Torre Jussana, el equipamiento municipal que ofrece recursos y servicios a las asociaciones, les impartió una formación sobre pasos legales y de administración (facturas e impuestos) para llevar a cabo correctamente una actividad económica.
Esta formación, hecha a medida el pasado diciembre, está ahora disponible para otras asociaciones que puedan encontrarse en el mismo camino: convertir su actividad en un recurso económico y dar el salto al mercado.
Un proyecto en construcción
Yendo un poco atrás, podemos comprobar que el proceso de producir mascarillas surge a raíz del proyecto de Casals Comunitaris. Como respuesta a la falta de material (EPIs y mascarillas), y teniendo en cuenta que en el barrio del Besòs y del Maresme están muy alineados con al reducción de residuos, se propuso montar un pequeño grupo para elaborar mascarillas de tela que cumplieran con la normativa.
Cinco entitades del barrio se organizaron para encontrar el modelo más cómodo, hacer una buena gestión del material y acompañarse en este proceso. Se hicieron 2104 mascaretes 100% de algodón y tejido hidrófugo que se entregaron al Menjador Gregal con la idea de que pudieran hacer una primera distribución a les persones usuarias.
Ahora se proponen la posibilidad de seguir trabajando entre ellas en la costura, como punto de encuentro, y tirar adelante iniciativas para echar una mano a la gente del barrio. También quieren conocer a la Red de Mujeres Costureras de la ciudad para intercambiar experiencias y conocimientos.
El proceso hacia la realización de una actividad económica presenta varios retos y, por este motivo, la oportunidad de recibir la formación de Torre Jussana es clave para las miembros de las entidades costureras, que empiezan así una etapa con la base bien asentada.