“Prollema, enseñando la lengua materna" es un proyecto de los muchos que promueven la cooperación entre varios activos de la sociedad, fortaleciendo la convivencia en la ciudad de Barcelona. Su objetivo es capacitar a jóvenes en situación de exclusión social a devenir enseñantes de su propia lengua materna.
David Garcia Savalls
¿Qué es Prollema?
Prollema responde a las iniciales de Proyecto de Lengua Materna. Trabajamos con la lengua materna de jóvenes migrantes solos/as que está en situación de exclusión social severa. Es decir, jóvenes que no tienen documentación, que tienen poca red en el territorio y que no están haciendo ninguna actividad porque no pueden acceder ni a formación ni a trabajos y, por lo tanto, no disponen de ingresos. Además, hace cosa de tres años también hemos incorporado el perfil de joven en situación de sinhogarismo o de vulnerabilidad residencial.
Con un periodo de cuatro meses se los capacita para que puedan enseñar su lengua materna a aquellas personas a las que les interese aprenderla.
¿Cómo nace el proyecto?
Nace desde mi día a día. Desde la experiencia de haber trabajado como educador con juventud tutelada y extutelada y cuestionarme que y como se está trabajando. De cuestionarme también qué respuesta está dando la administración con respecto a la juventud, sobre como están trabajando las entidades con los y las jóvenes y también sobre lo mismo o la misma joven.
Personalmente, siempre he tenido mucho interés con las lenguas y me pareció que una cosa tan sencilla, tan intrínseca a su persona como su lengua materna podía ser la clave.
¿En qué punto se encuentra el proyecto?
Actualmente, estamos cerrando la séptima edición, en la cual han participado 55 personas (19 voluntarias y 36 aprendices), y este mismo diciembre inauguramos la octava. De enero a abril estaremos formando a los enseñantes y de cara en mayo del 2023 ya empezamos con los cursos.
En esta edición que finaliza se han impartido el dariya, árabe de Marruecos, el amazig del Rif y el wolof que se habla en Senegal, Malí, Gambia y Guinea, pero puede haber o añadirse nuevas, de hecho buscamos eso: que el equipo de jóvenes que constituyen la edición sea variado, tanto en el ámbito de lengua como en el ámbito de origen y también que sea paritario.
¿Y habéis conseguido esta paridad?
En todos los proyectos sociales nos cuesta trabajar con jóvenes migradas solas, pero podemos decir que año tras año contamos con ellas. Este año tenemos un equipo de cinco personas, y de estas, dos chicas que han migrado.
Al inicio de la conversación has hecho referencia a las dudas que te surgen viendo cómo se está trabajando con la juventud migrada sola en situación de exclusión. ¿Lo puedes desgranar?
Cuestionamos mucho el acompañamiento en el ámbito profesional porque acaba infantilizando y aquello de empoderar se queda sobre la mesa y en el papel. Buscábamos también eso, intercambiar roles. ¡Démosle la vuelta!
Que el o la joven no adopte un papel de recepción sino de conocedor/a, de experto/a y que además tenga personas que pueden ser sus educadoras y profesoras o personas con una diferencia de edad mayor que estén en la otra banda y que escuchen. Muchas veces son ellos/ellas los/las que están en una relación de poder y aquí lo que buscamos es que haya cierta relación de igualdad y que además puedan crear una red. Siempre he dicho que evidentemente el objetivo principal es enseñar la lengua materna entendiéndola como una puerta para generar una red, apoderamiento, construcción de conocimiento, de reconocimiento y de autonomía.
¿Notáis que los resultados son óptimos?
Sí, la verdad es que sí. Si todo va bien uno/a joven participando en Prollema puede establecer una red nueva de 20 personas adultas. El caso de Kamal es un buen ejemplo. Él, después de haber participado con Prollema puede afirmar que entre 16 y 18 personas le han conocido y con algunas de estas personas (la mayoría del sector social) ha podido consolidar una relación. Estas relaciones, esta red, son puertas abiertas. A una posible regularización administrativa (todavía no ha pasado en las siete ediciones que llevamos) o simplemente a recibir respuesta ante situaciones en las cuales se pueden encontrar. Si uno/a joven se encuentra en situación de calle, sin lugar de pernoctación, la red de aprendices suele responder.
¿Perfil del aprendiz?
Hablamos de “la” aprendiz. Igual que nos cuesta mucho llegar a las chicas, el perfil del aprendiz es mujer y es mujer que está vinculada en el mundo social, en el mundo de la enseñanza o en el mundo de la cooperación internacional y que busca un aprendizaje muy inicial y básico que les permita entender las necesidades de la juventud con los que trabajan.
¿Cómo se plantea el fin del curso?
Para nosotros es fundamental que haya una continuidad formativa y en parte nos lo podemos plantear a causa del reducido número personas con el cual trabajamos.
Ahora mismo desde Prollema se conjugan dos caminos. El primero es el de seguir formando. Por otra parte, hemos incorporado la réplica. La idea es que los mismos jóvenes que han pasado por Prollema capaciten a otros jóvenes para que se conviertan en enseñantes. Además, hemos cerrado una colaboración con el grupo de Mediació i Interpretació: Investigació en l’Àmbit Social de la UAB para ofrecer una formación en interpretación a los jóvenes a los cuales les interese para capacitarse como intermediarios lingüísticos.
Kamal El Karam
Kamal El Karam es uno de los cinco jóvenes seleccionados para impartir sesiones y enseñar su lengua materna, el dariya, a aquellas personas interesadas en conocer el idioma y tener unas nociones. Conoció el proyecto a través de una amiga que habló de su existencia.
«Es una formación para enseñar la lengua materna, la mía es el dariya, una lengua procedente del conjunto de variedades del árabe dialectal que se habla en Marruecos. El dariya se habla en gran parte de Marruecos y no tiene una escritura oficial, ya que es un dialecto que se transmite en el ámbito oral» explica en Kamal.
¿Cuál es el funcionamiento que has seguido?
Durante tres meses nos han estado formando para después poder impartir clases nosotros y una vez hemos estado preparados, hemos podido hacer de voluntarios, en mi caso de cuatro alumnos.
Las primeras sesiones del curso sirven para enseñar el más básico. Empezamos por las presentaciones, aprenden a decir su nombre, su edad, su profesión… Tengo muy claro que es muy importante que primero entiendan que es aquello que quieren decir.
¿Qué te gustaría hacer cuando acabes este curso?
Muchas cosas. Ahora mismo estoy haciendo un curso de cocina al Mescladís Bostik (un espacio social y gastronómico no lucrativo, con una propuesta formativa, solidaria, inclusiva y comunitaria). Ahora mismo estoy disfrutando mucho de la cocina, pero no sé qué vendrá en un futuro. También he descubierto que enseñar me gusta mucho gracias a la formación de Prollema. Quizás también me gustaría seguir enseñando.
Y de hecho, como ha comentado David, ahora mismo estoy profundizando en la lengua con un grupo de 7 alumnos en el Ateneu l’Harmonia. Prollema habló con el ateneo, aceptaron, y ahora estoy enseñando dariya a un grupo ya desvinculado de Prollema.
¿Cómo te sientes enseñando?
El primer día me costó un poco. Me hacía mucha vergüenza. Con el tiempo he ido cogiendo experiencia y cada vez es más fácil. Además, estoy muy contento con toda la gente que he conocido.