Se trata del primer proyecto que se pone en marcha para consolidar la red y hacerla más conocida entre la ciudadanía.
La semana del 21 al 26 de octubre, un total de 19 casales participaron en “De casal a casal: participa del sidral”, en la que se intercambiaron 15 actividades. Gracias al proyecto, que buscaba reforzar los vínculos entre casales y con las personas participantes, éstas pudieron conocer algunas de las actividades que se hacen en otros casales de la ciudad.
Las actividades propuestas para la semana reflejaban también la diversidad en la oferta de estos equipamientos: aprender a tocar las castañuelas o a bailar en línea, coser una pieza de patchwork en comunidad, jugar al rummikub… ¡En los casales se puede hacer de todo! No sólo hay cabida para actividades lúdicas, deportivas o educativas, también pueden ser sencillamente espacios de encuentro y de convivencia no organizados. La idea, en definitiva, es favorecer las experiencias de convivencia entre vecinos y vecinas de un barrio, y así hacerlo crecer.
La red de casales de barrio la forman 44 equipamientos distribuidos por toda la ciudad, aunque con un reparto entre distritos desigual (en Sant Martí hay trece, pero en cambio en Sants-Montjuïc o en Gràcia hay dos en cada uno). Es una tipología de equipamiento muy variada, que actúa como promotor de la vida social y asociativa del barrio con una mirada comunitaria.
“De casal a casal: participa del sidral” ha sido el primer fruto de un trabajo de consolidación de la red de casals, a fin de crear un sentimiento de red, darse a conocer como equipamiento de proximidad y reconocer su tarea comunitaria en la ciudad de Barcelona.