“En una comunidad donde hay más participación, hay más salud”

24/11/2021 - 14:17 h

Salud comunitaria. Hablamos con Angelina González, voz experta en salud comunitaria (UB-ASPCAT), invitada a la jornada “Salud comunitaria en movimiento” del ciclo Encuentros de Energías Comunitarias.

Angelina González Viana es investigadora posdoctoral en el Departamento de Salud Pública, Salud Materno-Infantil y Salud Mental de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Barcelona, y coordinadora de Salud Comunitaria en la Agencia de Salud Pública de Cataluña (ASPCAT).

“Si quieres trabajar en el ámbito comunitario, ¡pasa por la asociación de fiestas de cualquier barrio!”. Con esta declaración de intenciones, Angelina González —perfil técnico en la Administración, pero también enfermera y, en general, firme defensora de la acción comunitaria— nos muestra cómo de enriquecedora puede ser la implicación en proyectos comunitarios para la salud individual y colectiva.

En cada territorio encontramos una variedad de proyectos comunitarios enfocados a la población en general y también a colectivos con necesidades específicas. Algunas de estas experiencias ya reconocidas estarán presentes en la jornada “Salud comunitaria en movimiento”, con González. Tanto las iniciativas de envejecimiento activo, en las que personas de más de 65 años se suben a un trapecio de circo, como los paseos terapéuticos con perros o las dinámicas de danza que también son momentos de reflexión colectiva tienen un papel pedagógico, integrador y social con importantes beneficios para la salud de la comunidad.

González define la salud comunitaria como el resultado de la salud de los individuos de la comunidad y como “el trabajo conjunto de los agentes que hay en el barrio para mejorar las condiciones de salud de ese territorio y de su población”. González apunta que, en Cataluña, cuando la ASPCAT hace diagnósticos de salud, “vemos que son muy parecidos en todos los territorios: población mayor sola —lo que, a veces, corresponde a la falta de red— o la falta de opciones —acceso a la vivienda o a un trabajo— de la gente joven”. “Otro problema común es la precariedad y la pobreza, que con la COVID-19 se ha visibilizado y agravado más”, continúa.

El reflejo de estos problemas es, para González, una sociedad anestesiada con un elevado consumo de medicación para tratar los problemas de salud mental. En el trabajo de la atención primaria y comunitaria para una desmedicalización de la vida, destaca que la actividad física es una de las mejores herramientas para responder a procesos de angustia o depresión, y que cuando la actividad es grupal los beneficios se multiplican, manifiesta.

Y para llegar a conseguir que la participación comunitaria sea importante, cuantos más agentes implicados trabajen en ello, mejor. Un ejemplo es el proyecto COMSalut, Comunidad y Salud, de la ASPCAT, que nace con el objetivo de que el conjunto de profesionales del sistema sanitario incorpore la acción comunitaria, sobre todo en la atención primaria, como una parte de la oferta de su cartera de servicios. González explica cómo actúan en el COMSalut: “Implementamos una metodología, que bebe de Salud en los Barrios, de Marco Marchioni y de la Atención Primaria Orientada en la Comunidad-APOC, recogida en la Guía para trabajar en salud comunitaria en Cataluña. Se inicia con la creación de alianzas con los agentes del territorio y con una fase de análisis de la situación en la que se recogen las percepciones de la gente y de los profesionales del barrio”.

Como sanitaria y conocedora de la acción comunitaria, considera que el papel del conjunto de profesionales de la sanidad es muy importante, “porque tienen mucho conocimiento en sus consultas de lo que ocurre en el territorio y, además, tienen la responsabilidad de la promoción de la salud”.

“Lo ideal sería que el proceso sea del barrio y que tú seas un agente más”

En relación con el empoderamiento de las comunidades en salud comunitaria, González ratifica que “en Barcelona hay barrios, como las Roquetes o el Carmel, donde ya hace años que la comunidad pide a los agentes de salud que los dejen trabajar a ellos”. “Eso sería lo ideal, que el proceso sea del barrio y que tú seas un agente más”, añade. Está documentado, y a escala internacional, señala González, que “en una comunidad donde hay más participación, hay más salud”. Y pone como ejemplo una evaluación de salud comunitaria de RecerCaixa donde se comparan dos territorios con una alta y una baja participación comunitaria: “El resultado mostró una mejora en la salud allí donde había más comunidad”.

Situación actual y proyectos de futuro

La pandemia de la COVID-19 ha obligado a detener proyectos comunitarios e intervenciones lideradas por profesionales de la salud en el territorio. Se ha observado la afectación de la pandemia en la actividad física de la población en un estudio con la respuesta de cerca de treinta mil personas de edades diferentes, en que destaca el incremento de horas al día —de dos a cinco horas— en que están sentadas. Así, ha bajado el nivel de actividad física de la población. “Eso ha sido una evidencia internacional. Ya se ha visto en las consultas que la gente nos hemos engordado, niños y adultos. Y eso también afecta a la salud mental”, confirma González.

Esta es una de las reflexiones a las que las experiencias invitadas en la jornada “Salud comunitaria en movimiento” nos ayudarán a dar respuesta. ¿Cómo se anima a las personas que no tienen incorporada la actividad física en su día a día a hacer deporte? ¿Cómo se comunican los proyectos?

Además, González destaca la importancia de visibilizar la salud mental y promover proyectos como el que ahora empiezan desde la ASPCAT en los centros de salud para que las enfermeras orienten a las personas que acuden a ellos a hacer actividad física.

Por otra parte, la coordinadora de ASPCAT asegura que el departamento está contratando a psicólogos y psicólogas para que, desde la atención primaria, dinamicen iniciativas para mejorar el bienestar emocional, “no grandes patologías de salud mental sino tratar este malestar, esta angustia o tristeza”. “En toda Cataluña existirá este agente que, junto con el equipo de primaria y los agentes del territorio, ayudará a movilizar desde lo comunitario. Yo creo que acabarán ofreciendo programas de actividad física e iniciativas grupales psicoeducativas, entre otros”, explica.

En esta línea, González destaca un proyecto que desde la ASPCAT se quiere poner en marcha y que considera muy interesante: “Es un proyecto en las escuelas que se llama ‘Una milla al día’, en el que el profesor y su clase corren una milla al día en el patio. Se ha demostrado que mejora, incluso, el rendimiento académico o el comportamiento”.

Si quieres escuchar a Angelina González en directo y conocer más proyectos sobre salud comunitaria, ven a la jornada “Salud comunitaria en movimiento” del próximo 2 de diciembre, a las 18.00 horas, en el Espacio Joven La Fontana.

Ya puedes consultar el proceso de programa i fer-hi la inscripción.