Es el coordinador del Espai Torre Jussana, un programa del Ajuntament de Barcelona, dentro del Departament de Coordinació Territorial d'Acció Comunitària i Associacionisme y gestionado por el Consell d’Associacions de Barcelona, para dar apoyo a las diferentes formas de asociacionismo de la ciudad.
¿Cómo explicarías qué es el Espai Torre Jussana a las personas que no lo conocen?
Torre Jussana es un proyecto municipal de apoyo continuado al tejido asociativo de Barcelona. En estos momentos está en el marco de la gestión cívica, gestionado por el Consell d’Associacions de Barcelona, que es la confederación de asociaciones de la ciudad y que agrupa a la mayoría de federaciones referentes, como la FAVB (Federació d’Associacions Veïnals de Barcelona), la Federació d’Ateneus, la aFFaC (Associacions Federades de Famílies d’Alumnes de Catalunya), o el Consell de la Joventut. Damos la atención a personas asociadas, colectivos no formales y organizaciones sin ánimo de lucro en general… En total, hablamos de entre cuatro mil y cinco mil entidades activas.
¿Sois vosotros quienes vais a la entidad o son las entidades las que vienen a vosotros?
Nosotros lo que hacemos de forma proactiva es generar recursos y herramientas a partir de la escucha para facilitar la información que puedan necesitar las entidades: a través de la página web u otros tipos de soporte (en papel, guías, preguntas frecuentes, presencialidad), y con formaciones que organizamos. Por ejemplo, somos el punto de apoyo en la campaña de subvenciones del Ajuntament de Barcelona: nosotros lo que hacemos es informar y asesorar. Para fortalecer las asociaciones, hacemos formaciones básicas o procesos de acompañamiento, que a veces nos vienen solicitadas por las mismas entidades o por la propia administración.
Entonces no sólo son peticiones de una sola entidad que contacta con vosotros.
No siempre. Puede ser, por ejemplo, que haya un grupo de entidades de un distrito que están interesadas en aprender sobre temas de comunicación, entonces a partir de esa demanda ofrecemos esta formación desde la proximidad. Desde el covid, hemos incorporado algunas formaciones en formato virtual. Buscamos diferentes formas de llegar a las entidades.
¿El tema de la información es el que más os piden las asociaciones?
Nos piden muchos temas de gestión, sobre todo información fiscal, económica y jurídica, temas legales y de mejora interna. La información que ofrecemos es muy amplia, y se atiende un poco de todo, y cuando la demanda es más compleja pasamos a asesoramientos. A menudo lo que detectamos gracias a estas demandas es que es necesaria una intervención más específica, porque por ejemplo ha salido una nueva normativa, y entonces sí que generamos un producto formativo. Y, en paralelo, tenemos el otro servicio que es el de acompañamiento, donde acordamos con la entidad o entidades que necesitan un apoyo más personalizado. Si son una junta nueva y necesitan un nuevo plan estratégico, tenemos los acompañamientos, pero son las entidades las que eligen y asumen la gestión que creen que pueden sostener. Buscamos la sostenibilidad de las entidades, que realmente sean ellas quienes lideren el proyecto.
¿Cómo son estos acompañamientos?
De tres a seis meses, en los que existe un compromiso entre la entidad y nosotros. Se acuerdan los temas a trabajar, el calendario y las reuniones, indicando las herramientas que pueden utilizar. Después pasamos una época de pausa, para ver cómo funciona y si la entidad por sí misma puede asumir el trabajo sin ningún acompañamiento. Al cabo de un tiempo volvemos a reanudar las reuniones y vemos cómo ha ido, y si es necesario centrarse en otra necesidad.
La Festa de l’Associa’t es una de las formas que tenéis para que las asociaciones muestren estas actividades que dices. ¿Qué más tenéis?
Desde Torre Jussana tenemos dos formas de visualizar las entidades: una es el Quèdequè, la agenda asociativa, una guía digital de entidades que publicitan las actividades que realizan. El otro producto que tenemos de difusión es Ràdio Associa’t: trabajamos la posibilidad de tener un stand cuando una feria, muestra o departamento municipal organiza alguna actividad, para que se puedan realizar entrevistas o podcasts para dar a conocer a más entidades. También está la Festa de l’Associa’t, que es la fiesta donde se hace ciudad y se muestra la vitalidad de Barcelona. Por hacer barrio o distrito, es gracias a las Muestras y Ferias de entidades.
Porque la gent que va a una Muestra o Feria suele ser del barrio, igual que las asociaciones.
Sí, hay mayor proximidad. Hay Muestras y Ferias más potentes, que se hacen en una fecha concreta, y otras que son más pequeñitas y están incluidas en la Fiesta mayor del mismo barrio. La idea es darse a conocer a los vecinos y vecinas que viven en ese barrio, que conozcan las entidades que están ahí. Y suelen ser más autónomas que el Associa’t: la ciudad es ir más allá, ya sea para buscar nuevo voluntariado, ampliar el ámbito de acción o dar a conocer una actividad singular.
Antes has dicho que las asociaciones os piden ayuda: os llaman, os envían un correo. Si creéis que podéis ayudar una asociación, ¿vais a ellas proactivamente, o esperáis que ellas os contacten?
De entrada, no somos intrusivos en ese sentido, respetamos la demanda de la entidad. Son ellas las que deben ver su necesidad y realizar la demanda para que el proceso solicitado sea un éxito por parte de todos. Nosotros a través de distintas vías damos a conocer nuestra existencia y los servicios que ofrecemos.
Según la Memoria del 2023 atendisteis a casi dos mil entidades, que son más o menos la mitad de las que tenéis registradas com activas. ¿Cómo valoráis la cifra?
Por un lado, nos pone en valor que las entidades nos conozcan y demanden nuestros servicios. La cifra habla de entidades únicas, y puede que una misma entidad haya participado de una formación, haya utilizado el espacio para realizar una reunión o una sesión de trabajo, y además haya hecho tres consultas para el tema de las subvenciones. Hay muchas entidades en la ciudad, y no todas necesitan soporte continuamente.
Puede que haya muchas asociaciones que quizás no contacten con vosotros cuando tienen la misma junta, y cuando cambia, sí que os necesitan.
Sí, pero sobre todo es por el hecho de que nos conozcan, que sepan que existimos, que hayan tenido una buena experiencia anterior y de los canales de difusión que tenemos. Hacemos estrategia a nivel de las formaciones, como es agrupando a entidades que quizá tienen interés en un tema muy concreto, o una necesidad común. En otras ocasiones, es necesario que sea un acompañamiento individual: por ejemplo, en el caso de rehacer sus estatutos o el reglamento interno. Y también puede que no se atienda a las asociaciones directamente pero sí mediante las alianzas que establecemos, como con las federaciones u otros servicios municipales. Buscamos la sostenibilidad del proyecto y del modelo evitando las duplicidades y triplicidades de acciones.
Has hablado del tema distritos y barrios, y dentro del Ajuntament está Acción Comunitaria. ¿Cómo os coordináis? ¿Con el referente de cada distrito, o de forma general?
Sobre todo, de forma general. Nos reunimos con Dirección, pero también vamos desplegando todo un proyecto de antenas en el territorio. Intentamos combinarnos: la parte municipal la llevan los técnicos de Acción Comunitaria, y nosotros somos más conocedores de la parte asociativa. Cuando alguien detecta una necesidad, informa a la otra parte, y se canaliza en una respuesta.
Así pues, os complementáis.
Sí, el tema es sumar energías. Todos necesitamos tener conocimiento para poder informar a los diferentes actores y no solaparnos. Nuestra mirada está más centrada en las entidades, conocemos sus necesidades y sus carencias. Y hay otra realidad, que es que no todas las entidades quieren tener relación con la Administración o acaban funcionando fuera de su ámbito. Un ejemplo de ello es en lo que se refiere a las subvenciones: hay entidades, sobre todo las más pequeñas, que no les sale a cuenta pedirlas por todo el trabajo que les genera. La gente se asocia para cambiar las cosas, mejorar la vida en los barrios, hacer lo que les gusta, no sólo para realizar tareas administrativas. Les estamos generando una tarea a las entidades, que es la de la gestión, que no les hace disfrutar.
El asociacionismo es una herramienta muy importante para cambiar la sociedad, en favor de la propia sociedad, y la mejora y transformación social. ¿Creéis desde Torre Jussana que sustituyen, o más bien lo que decías antes, que complementan, el trabajo que puede llegar desde instituciones?
Complementan, sin duda. Cataluña no sería el país que es si no hubiera habido el tejido asociativo que resolvía los temas que preocupaban a la gente. Cuando la administración era inexistente, la sociedad civil activó todo un grupo de recursos como escuelas, mutuas o equipamientos, que respondían a las carencias del momento. Creo que tanto asociaciones como instituciones se necesitan: allá donde no llegues tú, llego yo. Las entidades están mucho más cercanas a la realidad ya menudo son las primeras en hacer propuestas de mejora y al revés, la administración pública tiene recursos y puede cederlos.
Se complementan, igual que Torre Jussana complementa el trabajo del Ajuntament…
No dejamos de ser un servicio público, un servicio de proximidad y gobernado por las propias asociaciones y con la alianza del Ajuntament. Este sector, aunque sea de base voluntaria, cada vez tiene más profesionalidad y conoce de primera mano los temas que tiene entre sus manos. Saben hacer el trabajo y lo hacen de mucha calidad. Asociarse no deja de ser un reto: está demostrado que cuando colaboramos, las cosas salen mejor. En este momento donde la individualidad es emergente, es necesario volver a recuperar el sentido de la participación y comunidad, y el covid es el ejemplo reciente: la primera respuesta fue la red de apoyo que hubo en los barrios por parte de vecinos y vecinas y entidades, que agruparon y apoyaron a las personas voluntarias y distribuyó recursos. La administración tardó en activarse, pero después dio más herramientas y más apoyo. Y ahí es la colaboración.
También puede ser que ellos mismos lo sufran, por decirlo de una forma, y por eso lo pueden detectar mejor.
Sí. Y esto también aplica a otros ámbitos. La existencia en el barrio de un equipamiento, un grupo de teatro, una entidad de ocio o entidad deportiva, hace que sea necesario salir de casa, esto cohesiona el barrio y las personas, y hace que se conozcan y se establezcan vínculos. Si no existiera esta vinculación, lo fácil es quedarte en casa con tu plataforma de turno y aislarte. El tejido asociativo hace barrio, nos cohesiona y nos hace mejores como sociedad.