LA ENTREVISTA | Fàtima Hassoun: “Los proyectos del Servicio de Interculturalidad de Sant Andreu son transversales y comunitarios”

Conversamos con Fàtima Hassoun y Youssef Bouajaj, técnicos del Servicio de Interculturalidad del Distrito de Sant Andreu, una iniciativa del distrito, con el apoyo del Programa BCN Interculturalidad, ubicado en la Trinitat Vella.

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17/02/2021 - 13:51 h

¿Qué es el Servicio de Interculturalidad de Sant Andreu?

Fàtima Hassoun: Es un servicio que se puso en marcha en el 2017, impulsado desde el Distrito de Sant Andreu, con el apoyo del Plan Barcelona Interculturalidad y del Pla de Barrios de la franja Besòs. El objetivo es el de acercar la perspectiva intercultural a todos los ámbitos de la vida comunitaria, a través del conocimiento y la visibilización de la diversidad cultural de los barrios, y también abrir espacios de diálogo, de participación y formación. El eje muy importante del servicio es la especialización y el trabajo en red, y el punto de mira es el territorio, da respuesta a las necesidades existentes.

Desde que llegué al Servicio, he estado trabajando en la franja Besòs del Distrito, que son los tres barrios: Trinitat Vella, Bon Pastor y Baró de Viver. Y desde el 2008 estoy trabajando sobre todo en la Trinitat y en el Bon Pastor al inicio en un pequeño proyecto que se llama: ‘Atención a las personas recién llegadas’, donde hacía atención directa.

¿Por qué se creó el Servicio?

Fàtima Hassoun: El proyecto en sí surgió en el 2007 de la Mesa de Convivencia de Trinitat Vella, que en aquel momento ejercía como punto de información para personas recién llegadas sobre todo en los tres barrios. En el 2010 el proyecto pasó a ser, por una parte, un punto de información y por la otra, un espacio para fomentar el voluntariado que hiciera de puente entre personas recién llegadas y la vida comunitaria del barrio (fiestas mayores, fiesta de convivencia, el ramadán…). Y de aquí surgió el taller de costura, que fue una demanda de unas mujeres de origen pakistaní que querían aprender a coser.

Y poco a poco el proyecto fue creciendo, hasta el 2017, que salió a concurso, y con el objetivo de crear un Servicio de Interculturalidad en el Distrito.

El objetivo es el de adaptar el proyecto a las necesidades del barrio: acompañamiento, derivación, en coordinación con el SOAPI, con el servicio de re agrupación familiar, con la escuela de adultos, colegios, por si hay alguna necesidad de mediación, por ejemplo. El hecho de vivir en el barrio al inicio me facilitó la coordinación de todos estos equipamientos y centros e, incluso, llegamos a formar un AMPA intercultural.

¿Cuáles son los programas que impulsa y desarrolla?

Fàtima Hassoun: La pata mayor del servicio es la formación con perspectiva intercultural, dirigida sobre todo a profesionales, pero también a entidades, y a la ciudadanía en general. Intentamos hacer formaciones a medida, desde la necesidad, desde las propuestas. Por ejemplo, hemos hecho formación en interseccionalidad, proyectas con perspectiva intercultural, formación para jóvenes dinamizadores interculturales, formación de agentes antirumores…

También hemos hecho unas cápsulas de formación, que depende de recursos humanos del Distrito, sobre temas como la libertad religiosa, islamofobia, antigitanismo, que tuvieron mucho de éxito. Y la formación que estamos haciendo ahora surgió de una demanda de la Red Joven del Bon Pastor, y que ha acabado sumando a la Red Joven de Baró de Viver y de la Trinitat Vella y ahora mismo tenemos hasta 36 profesionales inscritos para la formación. De hecho, hoy tenemos la sexta sesión, sobre cómo abordar la atención sexoafectiva con jóvenes de contextos diversos.

Youssef Bouajaj: La formación es un ejemplo de lo que se ha conseguido: atraer a nuevos profesionales que no estaban vinculados a estas formaciones, como el personal sanitario. Es algo a destacar, porque eso implica que esta necesidad de tener más interés en estas cuestiones se va ampliando, y que la perspectiva intercultural se transversalitzi es muy positivo.

Fàtima Hassoun: Tenemos también la estrella del servicio, para mí, el taller de costura de Trinitat, que tiene historia, porque la demanda viene de unas mujeres del barrio y con los años ha ido creciendo. Es un espacio de relación y de cuidados para las mujeres, aparte de la parte técnica que es aprender a coser. Hemos pasado de tener el 100 por ciento de las mujeres de origen pakistaní, a sumar mujeres de Marruecos, con otras mujeres y sobre todo de mujeres que se llaman “autóctonas”. Tenemos una diversidad muy importante en el taller de costura. Al inicio era como una plataforma de paso, para hacer un curso que les permitiera aprender la lengua, hasta que las mujeres consiguieran una confianza en sí mismas.

Tenemos también los talleres de las lenguas maternas (árabe, urdú) dirigido a niños. Lástima que este año no se ha podido hacer por la pandemia. Es un poco frustrante, esperamos que este trimestre podamos seguir dándole continuidad, ya que queremos darle el peso que se merecen las lenguas maternas.

¿Qué tiene el Servicio de Interculturalidad que mejora la vida del barrio?

Fàtima Hassoun: En general el trabajo social es duro, y va muy poco a poco. Creo que en los barrios donde está presente, se ha hecho mucho trabajo, es un servicio de referencia en la interculturalidad; para profesionales, para servicios… visibiliza a las comunidades minoritarias a través del impulso de algunos proyectos. Pensamos que el servicio es transformador. El objetivo no se ve a corto plazo, sino a largo plazo, y creo que estamos en el buen camino.

Youssef Bouajaj: Todo lo que suponga visibilizar las comunidades más minoritarias, y que ayude a reforzar esta idea de sentimiento de pertenencia del barrio es positivo. Por ejemplo, durante el Ramadán, cuando se hace el iftar popular, todas las personas musulmanas están muy contentas, porque están compartiendo una celebración con la gente del barrio, y además, las hacen partícipes. Con esta idea de que la comunidad es todo el vecindario, independientemente de sus creencias y de todas sus diversidades.

¿Con qué agentes y equipamientos del Distrito trabajáis?

Fàtima Hassoun: Trabajamos con Centros Cívicos, bibliotecas, entidades del barrio, personas referentes de los barrios, escuelas, escuela de adultos, mezquitas, iglesias evangélicas, con el CAP, el Centro de salud mental, el aula ambiental, con las técnicas del Distrito (feminismos, por ejemplo). También tenemos muy buena relación y nos coordinamos con el Departamento de Comunicación del Distrito.

Durante el confinamiento, se crearon muchas redes de apoyo mutuo entre vecinos y vecinas de los barrios de la ciudad. ¿En el caso del Servicio de Interculturalidad surgieron nuevas iniciativas?

Fàtima Hassoun: A través del taller de costura se creó (al inicio desde el barrio de la Trinitat y después en otros barrios), las mascarillas solidarias, hechas por las mujeres del taller de costura, en colaboración con el banco del tiempo del barrio. En un inicio, la gente del barrio dio el material que tenía por casa, y una vez hechas las mascarillas, las dejaban en los comercios del barrio, para que las personas que no tuvieran las cogieran de forma gratuita. De hecho, un grupo de jóvenes se unió para ir a casas de personas mayores para dárselas y para ofrecerse a hacer la compra en caso de que lo necesitaran. Poco a poco, y en pocos días, se sumaron entidades, como la Fundación Pare Manel o la Cooperativa Etcèteres.

¿Este proyecto todavía continúa?

Fàtima Hassoun: Sí, de hecho dio otro giro, que es el autoempleo de las mujeres. Entró también Barcelona Activa, que proporcionó la tela, el material… Hasta ahora, las mujeres han cosido muchísimas mascarillas, y se han repartido en casals de personas mayores, entidades del barrio… Además, se ha creado un grupo autogestionado que se genera a través del taller de costura y ahora mismo están diseñando un producto propio.

Paralelamente, forman parte de la Red de Mujeres Costureras, que son diferentes grupos de mujeres en otros barrios de la ciudad, y que están coordinadas por la Fundación Pare Manel, la Cooperativa Etcèteres, y Barcelona Activa.

Y aquí lanzo una reflexión: ¿Qué tiene que ver el Servicio de Interculturalidad con un grupo de mujeres autogestionado? Yo veo que va en la línea de la participación y el empoderamiento en el ámbito de la economía social y solidaria; da apoyo a las mujeres que quizás no son tan visibles en el barrio y en la sociedad en general, y contribuye a dar este impulso de confianza en ellas mismas.

¿Cómo está afectando la pandemia y las restricciones a la acción intercultural y a la vida de las personas en los barrios donde trabaja el servicio?

Youssef Bouajaj: Está afectando en toda la acción comunitaria, todo lo que implica el contacto con las personas, ahora no se puede llevar a cabo, y eso obviamente dificulta mucho la actividad del Servicio. Todo el vínculo que se tenía se va perdiendo, y se tiene que hacer todo lo posible para mantenerlo activo mediante propuestas online. Por ejemplo, a raíz de una iniciativa del grupo autogestionado y de las mujeres del taller de costura, surgió el proyecto de las mascarillas ‘StopIslamofobia’, que consistió en una campaña de vídeo. Se aprovecharon todos los medios online para visibilizar el Servicio de Interculturalidad y hacer acción comunitaria.

Teniendo en cuenta el contexto, fue una campaña muy positiva pero claro, tanto para nosotros como para todos los servicios que trabajan la acción comunitaria, se ven muy afectados por estas restricciones. Hay que ser conscientes de que, desgraciadamente, esta pandemia nos está afectando, y que, debido a todas las dificultades económicas, sociales, psicológicas… no todo el mundo está dispuesto a participar de la misma manera que antes. Por lo tanto, todo eso hace falta tenerlo en cuenta a la hora de crear un proyecto.

Fàtima Hassoun: El primer plano es la virtualidad, y la presencialidad es una excepción. Por ejemplo, el proyecto de las lenguas maternas, lo estamos repensando desde la virtualidad. La parte presencial es difícil y tampoco es comunitaria, porque si hacemos una acción comunitaria y solamente hay seis personas, ¡¿dónde está la comunidad?

¿Cuáles son las próximas iniciativas que se llevarán a cabo desde el Servicio?

Fàtima Hassoun: Desde el Plan de trabajo del Servicio, tenemos en cuenta los días internacionales más importantes del año (Día Internacional de las Lenguas Maternas, Día contra el Antigitanismo, Día contra la Islamofobia, el Ramadán…), y ahora estamos trabajando en el próximo 8 de marzo, Día de la Mujer. El tema de este año son los cuidados, y estamos recogiendo propuestas de mujeres de diferentes contextos culturales, edades, barrios… para ver qué significa el cuidado en cada contexto. Una vez recojamos todas estas propuestas, las editaremos y las compartiremos por las páginas del Distrito de Sant Andreu, las bibliotecas… tal como hicimos con la propuesta de Deseos para el 2021.

En el ámbito de formación o de acción comunitaria, queremos empezar una campaña de sensibilización sobre vivienda en la Trinitat, y también pedir apoyo a una pequeña red antirumores en Baró de Viver, con coordinación con la Red Antirumores del Programa BCN Interculturalidad.

La próxima acción que queremos hacer desde la Mesa de Interculturalidad (un servicio que incluye los tres barrios del Distrito), es la de abordar la vivienda desde la salud, desde el bienestar de las personas. También estamos dando apoyo a una entidad que tiene las mismas preocupaciones y objetivos que el Servicio: Trinitat Acull.

Siempre intentamos hacer los proyectos, no sólo pensando en el Servicio, si no implicando a todos los agentes, todas las entidades, equipamientos del Distrito… a fin de que los proyectos sean transversales y comunitarios.

Youssef Bouajaj: Para el Día Internacional de las Lenguas Maternas hemos pensado, para los barrios de Trinitat Vella y el Bon Pastor, una serie de actividades, colaborando con Centros Cívicos y bibliotecas. En la Trinitat Vella, queremos sacar adelante una campaña con la colaboración de la escuela de adultos y la Biblioteca. Consiste en que cada uno de los alumnos de la escuela de adultos lea un cuento popular de su lengua o cultura, mientras el profesorado lo graba. A partir de aquí, se haría un montaje entre esta grabación y el dibujo que un niño o niña haya hecho, a partir del cuento. Después se haría difusión por las redes sociales.