Centre Cívic Can Verdaguer

La última explotación agraria de Barcelona
Aquí antes se cultivaba la tierra, pero hoy se cultivan vocaciones artísticas y habilidades sociales. Os hablamos del Centro Cívico Can Verdaguer, una antigua masía del siglo xiv que fue la última explotación agraria de la ciudad. Heredero del Centro Cívico Porta-Sóller, este equipamiento canaliza las inquietudes artísticas y culturales de muchos vecinos y vecinas y acoge a entidades que participan activamente en el calendario festivo del barrio.
 
Nace Can Verdaguer
La abadesa del monasterio de Sant Pere de les Puel·les de Barcelona cedió al payés Berenguer Verdaguer una propiedad agrícola situada en Sant Andreu en el año 1351. La finca, en la que hoy está el Centro Cívico, tomó el nombre de su propietario: Can Verdaguer.
El caserón se edificó en el siglo xvi pero, después de 1714, fue reconstruido con la planta basilical que conserva parcialmente en la actualidad.
En el siglo xvii, el propietario de la finca, Pere Joan Verdaguer, había dejado de explotarla de forma directa, pero no perdió su propiedad, sino que cedió Can Verdaguer a unos masoveros.
No volvemos a tener noticias sobre la masía y los terrenos que la rodean hasta el siglo xviii, cuando el propietario, Joan Pau Verdaguer, introdujo mejoras en el sistema de riego de los campos de cultivo.
Entre los años 1858 y 1931, se hicieron diversas reformas que  configuraron la estructura del edificio actual.
La finca y sus campos, con una extensión de 24 mojadas (cada mojada equivalía a 4.896,5 m2), llegaron íntegros hasta finales del siglo xix.
 
Una urbanización a ritmo lento
En 1898, tras la agregación de Sant Andreu de Palomar a Barcelona, la propietaria de la finca, Josepa Llevaria Verdaguer, intuyó las posibilidades que ofrecía el nuevo mercado inmobiliario y elaboró un proyecto de urbanización de sus tierras.
Sin embargo, el proceso de urbanización fue muy lento. De hecho, parte de los campos de cultivo se trabajaron hasta principios de la década de 1990, gracias al cuidado que de ellos tuvo la familia Samsó, los últimos masoveros de Can Verdaguer.
Con sus dos relojes de sol en la fachada, y una palmera en el jardín que se decía que era la más alta de la ciudad, esta fue la última masía barcelonesa explotada como tal; de hecho, el casero iba a vender sus productos al mercado de Sant Andreu a diario.
 
En 1999, atendiendo a las peticiones vecinales, el Ayuntamiento de Barcelona compró Can Verdaguer para construir un nuevo equipamiento público que debía reemplazar al que hasta entonces había sido el Centro Cívico del barrio de Porta, bastante deteriorado tras diecinueve años de funcionamiento.
Con la adquisición por parte del Ayuntamiento de la masía y la alineación de la calle Piferrer, desaparecieron los últimos campos de cultivo.
 
De masía a equipamiento
En el año 2010, empezaron las obras para convertir Can Verdaguer en un equipamiento para el barrio. El Centro Cívico Can Verdaguer se inauguró finalmente en marzo de 2013, y fue declarado Bien Cultural de Interés Local (BCIL).
Ese mismo año, el Ayuntamiento pactó con los vecinos y vecinas rehabilitar el antiguo centro Porta-Sóller y crear un espacio comunitario que albergaría a diferentes entidades de carácter social del barrio.
Can Verdaguer conserva su estructura original y elementos característicos de las masías de la época, como la puerta principal con arco de medio punto con dovelas y otra lateral para acceder a las cuadras.
En la rehabilitación, proyectada por la arquitecta Pepita Teixidor, se conservaron el reloj de sol de la fachada (que marca las horas de la mañana) y el de la pared lateral (que marca las horas de la tarde), así como el jardín posterior, con dos fuentes y la palmera, y una prensa de vino actualmente reubicada en el patio lateral.
 
Un centro cultural y social de referencia en el barrio
Desde su inauguración, el Centro Cívico Can Verdaguer se ha convertido en un centro cultural de referencia en el barrio, que promueve y apoya iniciativas culturales y sociales del territorio y, al mismo tiempo, es un espacio de encuentro y de relación para los vecinos.
Del amplio programa de actividades y talleres que organiza, debe destacarse el Concurs de Còmic de Nou Barris, una iniciativa existente desde el año 1999, actividades de animación para adultos como el Grup de Dones de Porta, la Setmana del Medi Ambient, la Nit d’Ànimes o el Carnestoltes.