Can Culleretes
El restaurante más antiguo de Barcelona, inaugurado en 1786, es el mejor ejemplo de que la buena cocina tradicional perdura en el tiempo. Lo fundó Joaquim Pujol y se especializó en chocolatería hasta que en 1890 lo compró la familia Regàs, y desde entonces ha servido platos típicos: canelones, espinacas con jamón, pasas y piñones, butifarra con seques, civet de jabalí, crema catalana… El buen comer y los “sopars de duro” de principios del siglo XX le dieron mucho
renombre. Pero vivió momentos difíciles después de la Guerra Civil, cuando los Regàs lo traspasaron al gremio de hosteleros y cocineros. Sisco Agut –que había trabajado durante años con su tío y maestro Agustí en Ca l’Agut– y Sussi Manubens empezaron a regentarlo en 1958, un poco venido a menos, pero consiguieron que volviese a ser reconocido por aquello que le caracterizaba y le sigue caracterizando hoy: comer bien a buen precio. El secreto de permanencia de Can Culleretes es doble: el aire familiar del establecimiento y el esfuerzo de tres generaciones de Agut-Manubens. Actualmente las hermanas Montserrat y Alícia son copropietarias del local, donde también trabajan los cinco nietos de Sisco y el marido de Alícia.
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