Su fotografía en la azotea del Hotel Colón de Barcelona, con mirada desafiante, fusil al hombro y vestida de miliciana, es uno de los retratos más icónicos de la Guerra Civil, obra de Juan Guzmán. Al pie de la imagen, hecha con fines propagandísticos, decía: “Barcelona, 21 de julio de 1936. La miliciana Marina Jinesta, miembro de la juventud comunista, posa en la terraza del hotel Colón, donde se ha establecido una oficina de alistamiento de milicianos”. Durante la guerra trabajó como periodista y traductora, pero con la victoria franquista acabó encarcelada en un campo de concentración. Liberada un par de meses después, huyó a Francia, desde donde se embarcó a la República Dominicana hasta 1946, de donde tuvo que volver a exiliarse debido a la persecución de republicanos y republicanas españoles que lideró el dictador Rafael Trujillo. Volvió a Barcelona con la llegada de la democracia, y en 1976 publicó dos novelas galardonadas: Els antípodes, con la que ganó el Premio Fastenrath de los Juegos Florales de Barcelona en 1977, y En vindran d’altres, Premio Salvador Seguí de los Juegos Florales de la Lengua Catalana en el exilio.
Periodista e intérprete, protagonizó una de las imágenes icónicas de la Guerra Civil española, obra de Juan Guzmán, en la azotea del Hotel Colón de Barcelona, fusil al hombro y vestida de miliciana.