Con el Jardí de Cristina Fernández Pereira, el nomenclátor de la ciudad incorpora más nombres de mujeres en el espacio público.
El descubrimiento de la placa ha tenido lugar este sábado 1 de abril, y ha ido acompañado de un acto de homenaje a la vida de Cristina Fernández Pereira, de oficio portera, que fue ejecutada en el Camp de la Bota por el régimen franquista en el año 1939. Miquel Salas, del grupo de memoria histórica de Sant Antoni, ha repasado el contexto político, educativo y social de la época e Isabel Pellejero y Eduard Musulén, autores del libro Puerta a ningún sitio, han explicado la historia y las circunstancias que derivaron en la ejecución de Cristina Fernández. La cantautora Maria Cambray y el percusionista Gustavo Benavides han ofrecido un duo de rumba.
El acto también ha contado con los parlamentos de la consejera de memoria histórica, Carme Méndez, la presidenta del Consejo del Distrito, Eva Baró, y el regidor del Distrito, Pau Gonzàlez, que ha destacado la tenacidad y la perseverancia de las personas que han hecho posible el acto y su contribución a recuperar las memorias silenciadas.
En Barcelona, las porteras fueron uno de los colectivos profesionales más represaliados cuando acabó la guerra. De los 3.267 ingresos en la prisión de mujeres de les Corts en los primeros meses de la postguerra, 108 eran porteras.
Cristina Fernández fue una de ellas. Trabajaba de portera en una finca de la calle de Tamarit con Comte Borrell, en el barrio de Sant Antoni. Estaba casada y era madre de un hijo. El propietario de la finca la acusó de haberlo denunciado al bando republicano por fascista, motivo por el cual fue detenida el 5 de marzo de 1939 e ingresada en la prisión de Mujeres de les Corts. El 13 de mayo del mismo año, fue fusilada en el Camp de la Bota, a la edad de 39 años. Cristina fue una de las 11 mujeres que los franquistas asesinaron en el Camp de la Bota sobre un total de 1.717 víctimas republicanas, de las cuales se tiene conocimiento de su ejecución entre 1939 y 1952. Su marido, Baltasar Paz Fernández, acusado de haber luchado en la defensa de Madrid, fue condenado inicialmente a 20 años de prisión.
La Ponencia del Nomenclátor dió el visto bueno en el mes de diciembre a varias denominaciones de espacios públicos de la ciudad. En concreto, en el Eixample tiró adelante la propuesta de Jardí de Cristina Fernández Pereira para el interior de manzana del antiguo cine Urgell, situado entre las calles del Comte d’Urgell, de Floridablanca, del Comte Borrell i de Sepúlveda. Con esta incorporación, el nomenclator de la ciudad gana más nombres de mujeres en el espacio público.