Historia
El Fort Pienc nació como zona de fortificaciones. Felipe V, al establecer el sistema de vigilancia de la ciudad, levantó la Ciudadela y un fuerte avanzado, cerca del camino que salía del Portal Nou, el Fort Pius. Su existencia pasó sin pena ni gloria y en 1869 se derribó, junto con la Ciudadela. Muy cerca se construyó, en 1861, la estación de ferrocarril de la línea de Lérida. La fachada de aquellos edificios de estilo neoclásico es, hoy, la fachada lateral del actual edificio, ampliado en 1910 con una gran cubierta de hierro.
La estación del Norte dio personalidad a un barrio situado entre la vía del tren y la Gran Vía. Se localizaron muchos transportistas en torno a la antigua carretera de Ribes, una vieja vía de salida de la ciudad desde la época romana y hasta que se desarrolló L’Eixample.
Después del cierre de la estación ferroviaria en el último cuarto del siglo XX, en las últimas décadas se ha ido transformando la fisonomía del barrio. La antigua estación ferroviaria se ha convertido en la principal estación de autobuses de la ciudad. Junto a ella se construyó un parque urbano importante y, al otro lado, un gran conjunto de equipamientos (jardín de infancia, apartamentos tutelados para las personas mayores, mercado, biblioteca...) que se ha convertido en el referente de un nuevo modelo de integración de los equipamientos y los espacios públicos con el objetivo de aglutinar la vida de los barrios.