La propuesta surge del trabajo de los cuatro equipos ganadores del concurso de ejes verdes y se aplicará de entrada en las calles del Consell de Cent, de Girona, de Rocafort y del Comte Borrell. Este será el primer paso para extender el modelo de las supermanzanas en el ámbito de la trama Cerdà y supondrá un cambio de paradigma respecto a cómo se había concebido hasta ahora la urbanización del espacio público.
Si el modelo de calle que imperaba en el pasado era el de una calle al servicio de los coches, el modelo de calle que se implantará a partir de ahora en todos los ejes verdes de la Supermanzana Barcelona dará prioridad absoluta a los peatones, y los vehículos se convertirán en agentes invitados. Solo podrán circular por estos ejes en casos excepcionales, a baja velocidad y sin recorridos rectos. La calle tendrá, pues, un uso social y fomentará el comercio de proximidad fachada a fachada, gracias también a la implantación de las plataformas únicas, para que las personas puedan disfrutar de todo el espacio, sin la diferencia de alturas entre la acera y la calzada.
Más sostenible e innovador
La calle del siglo XXI pasará de un subsuelo compactado e impermeable, que no permite aprovechar el agua, a un subsuelo permeable y fértil que favorecerá el crecimiento del verde y del arbolado y la gestión de un 30 % del agua de la lluvia. Además, los árboles ganarán protagonismo (pasarán de una superficie del 1 % al 10 % como mínimo), y se incorporarán sistemas fotovoltaicos que permitirán utilizar la energía para el consumo de la misma calle, en el alumbrado o los equipamientos municipales próximos. Precisamente, la iluminación es uno de los aspectos que también cambian, con nuevas farolas más bajas, situadas en lugares centrales de la calle para favorecer los usos sociales.
Por otra parte, será una calle cien por cien accesible, para facilitar el paso y la estancia de cualquier colectivo, y dispondrá de más mobiliario urbano (bancos, fuentes, zonas de juego y mesas), espacios de estancia y espacios para el juego infantil.
La previsión es que las obras empiecen en junio del año que viene, con una inversión de 37,8 millones de euros, y que se terminen en el primer trimestre del 2023. En un futuro, el objetivo es conseguir extender el modelo a 21 calles del distrito de L’Eixample, es decir, que una de cada tres calles sea un eje verde. Además, con las 21 plazas que se generarán en los cruces, cada vecino y vecina de L’Eixample tendrá uno de estos ejes o una plaza a 200 metros de casa.