Para la mayoría de la ciudadanía Conxa Pérez es una gran desconocida. Pero en el barrio de Sant Antoni, y especialmente en el Mercado de Sant Antoni, era muy querida. Dos de sus amigas explicaron en el descubrimiento de la placa de la nueva plaza, el sábado 3 de julio, cómo era Conxa. Una mujer que no renunció nunca a sus convicciones libertarias y que después de la Guerra Civil se marchó al exilio como muchos otros significados políticamente. Al volver a Barcelona, continuó con su compromiso político y sindicalista e incluso escondió a compañeros antifascistas en su parada del Mercado.
El concejal del Distrito del Eixample, Jordi Martí Grau, resaltó en el acto de homenaje que es importante que “en los puntos de referencia no escojamos nombres resonantes de grandes señores, como es habitual, sino testigos de la lucha por las libertades de nuestro país”.