El área de esparcimiento pasará a formar parte del conjunto del parque gracias a unos muro-vallas adaptados a las formas onduladas y orgánicas del conjunto y un recorrido que permitirá llegar desde la entrada por la esquina de la calle de los Almogàvers con Sardenya hasta el parque. Esta intervención también comportará otras mejoras, como la sustitución del muro de hormigón del chaflán de Sardenya-Almogàvers, que es totalmente opaco, por una valla metálica que favorecerá la visibilidad entre el parque y la calle. También se abrirá una nueva entrada, en la banda del cruce de la calle de Sardenya, y se mejorará la accesibilidad de los caminos.
Nueva iluminación, mobiliario sostenible y zona verde
Otros cambios que prevé la actuación serán en el alumbrado, que ahora dispondrá de ledes, y el mobiliario urbano, que se integrará a las formas curvilíneas de los parterres, papeleras y abrevaderos de agua potable para perros; por otro lado, se mantendrá el 40 % de la superficie de las zonas verdes. El proyecto también contempla que en el interior del área de perros haya un gran espacio con arena para que los animales puedan jugar, la plantación de arbustos y la utilización de materiales reciclados, de durabilidad elevada y certificados con ecoetiqueta.
El proyecto nace del acuerdo entre el vecindario y tenedores de perros para poder disponer de dos zonas diferenciadas que garanticen la convivencia en el parque entre los que van con perros y los que utilizan las áreas de juegos, los espacios libres y los espacios verdes sin mascota.
Las obras, enmarcadas en el plan de ciudad para establecer espacios destinados al esparcimiento y el paseo de los animales de compañía, tienen un presupuesto de 1,1 millones de euros y está previsto que finalicen en marzo.