El edificio, en desuso desde que se construyó ahora hace quince años, tiene unos 3.170 metros cuadrados, y casi duplicará la superficie que ahora ocupa la escuela. Eso hará posible el crecimiento hacia el instituto escuela de dos líneas, y contribuirá a incrementar la oferta de plazas de escuela de primaria e instituto de secundaria públicos en el distrito de L’Eixample, donde la demanda de escuela pública es creciente por el gran déficit de plazas para cubrirla.
Paralelamente ha habido una primera reunión informativa con el centro y el AFA para trabajar el proyecto ejecutivo, en el que ya trabaja el Consorcio de Educación de Barcelona con la intención de licitar las obras durante el 2022.
El proyecto prevé la ampliación del comedor y del patio, a los que se añadirán nuevos espacios exteriores situados en diversas plantas y en la cubierta del nuevo edificio, y la protección con respecto a las condiciones ambientales de la calle de Londres.
Con la cesión del edificio para usos educativos se pone fin a un largo proceso. Inicialmente estaba previsto construir un bloque de vivienda dotacional destinada a los jóvenes, pero un grupo de vecinos y vecinas reclamaban su derribo para crear una zona verde y equipamientos. El Tribunal Supremo sentenció que no se derribara el edificio y que se destinara a equipamiento.