Los nuevos radares de tramo que empiezan a funcionar están instalados en:
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- Túnel de la Rovira, entre la plaza de Alfons el Savi y la rambla del Carmel, en ambos sentidos, con una velocidad máxima de 60 km/h.
- Túnel de Badal, entre la plaza de Cerdà y la avenida Diagonal, en ambos sentidos, con una velocidad máxima de 60 km/h.
- Túnel de las Glòries, en ambos sentidos, con una velocidad máxima de 50 km/h.
- Ronda del Litoral, entre el barrio de la Barceloneta y la carretera de Miramar, en ambos sentidos, con una velocidad máxima de 60 km/h.
Los radares de tramo incorporan una tecnología de cámaras y lectura de matrículas que permite calcular la velocidad media a la que circula un vehículo e identificar los que superan el límite de velocidad de manera continuada. Evitan el efecto frenada-acelerón que se puede producir en los puntos de control de velocidad fijos y permiten a los conductores corregir a lo largo del tramo un exceso de velocidad puntual.
Objetivo: reducir la siniestralidad
El exceso de velocidad es uno de los factores que más influyen como causa indirecta de accidentes en Barcelona. Por eso, uno de los objetivos municipales es reducir la velocidad en la ciudad, con el objetivo de consolidar Barcelona como ciudad 30 y garantizar el cumplimiento de los límites establecidos.
En este sentido, se ha hecho una apuesta para dotarse de un sistema de control automático de los excesos de velocidad a través de una red de radares en el interior de la ciudad, una medida que responde a los objetivos que marcan el Plan de movilidad urbana (PMU) 2024 y el Plan local de seguridad vial de Barcelona 2019-2022.
Además de los radares de tramo, también se están instalando 17 radares de punto, situados mayoritariamente en entornos escolares, que empezarán a funcionar a partir del mes de septiembre.