Hace poco más de una semana que se presentó la hoja de ruta para transformar el sistema alimentario de la ciudad. Se trata de la Estrategia de alimentación saludable y sostenible Barcelona 2030, un documento consensuado por los principales actores de la ciudad, que, entre otros, establece y cuantifica una serie de propósitos que habría que alcanzar en los próximos 8 años.
Ahora, con la aprobación de la instrucción técnica de compra pública alimentaria de los servicios municipales de comedor, comidas, cáterin y vending, se ha conseguido encaminar, para lograr en los próximos años, el primero de estos propósitos: alinear el 100 % de la compra pública municipal con la alimentación sostenible y saludable inspirada en la dieta de salud planetaria.
Novedades en los criterios de adjudicación
Promovida en colaboración con la Dirección de Contratación, el Área de Ecología Urbana y otros agentes municipales, la nueva instrucción pública es una herramienta pionera para orientar de manera transversal e integral toda la compra pública alimentaria del Ayuntamiento de Barcelona.
De hecho, es esta transversalidad, que establece 12 ámbitos de actuación y que afecta a toda la organización, la que marca la diferencia con las anteriores medidas que otras ciudades del Estado o la propia Barcelona han ido introduciendo en los últimos años.
Además, servirá para integrar criterios sociales, ambientales y, por primera vez, de salud y sostenibilidad, y combinarlos con formación, la indicación de los instrumentos para facilitar la acreditación, el seguimiento del cumplimiento de los criterios y el acompañamiento, asesoramiento y formación técnica para las personas trabajadoras que tengan que redactar los pliegos.
Con respecto al cambio de criterios, a partir de ahora, el Consistorio garantizará la presencia de alimentos de proximidad, de temporada, ecológicos y saludables, siempre respetando el marco normativo europeo y en coherencia con la capacidad productiva del territorio.
También, se promoverá el aumento de la proteína vegetal y el reequilibrio de la proteína animal, la moderación de los azúcares añadidos, la reducción del despilfarro, la incorporación de la oferta de alimentos directos del campo, de circuito corto y de calidad diferenciada, o la reducción de la huella de carbono de los servicios municipales.
Una cesta de la compra con mucho volumen
Con la propuesta de los nuevos criterios de adjudicación, el objetivo del Consistorio ha sido triple: favorecer la salud de las personas y mejorar su dieta, fortalecer la economía local dando apoyo a los productos de proximidad y de temporada y, finalmente, reducir el impacto del sistema alimentario sobre el planeta.
Recordamos que, solo con el servicio regular de comida, la ciudad ofrece anualmente 310.000 comidas en compañía, 522.000 comidas en comedores sociales y 752.000 comidas a domicilio. Y, cada día, 7.900 comidas en las 103 escoles bressol. Un volumen de alimentos consumidos considerable y con un alto impacto transformador en el sistema alimentario.
Una medida realista, progresiva y replicable
Aunque se trata de una iniciativa innovadora, durante el proceso ha sido muy importante proponer una instrucción realista para que la oferta que hay actualmente disponible no haga inviable su aplicación. También es progresiva porque, cuanto más se promueva y se fortalezca la oferta saludable y sostenible del territorio, la red de abastecimiento será mayor. Pero, sobre todo, se trata de una instrucción que se puede convertir en un elemento tractor y de ejemplaridad para otras administraciones públicas, empresas y organizaciones, que pueden replicar el modelo.
Te dejamos aquí la Instrucción técnica para la aplicación de criterios de sostenibilidad en los servicios de alimentación (2022).