Nuevos restos localizados durante la segunda fase de la intervención arqueológica en la calle Girona (lado Besòs) confirman el cariz religioso de la construcción encontrada en la primera fase de los trabajos, y todo indica que se trata del convento de los capuchinos de Montcalvari, construido a partir de 1578.
En esa primera fase, que comprendía el lado Llobregat de la calle Girona (tramo entre la avenida Diagonal y la calle Mallorca) se documentaron diversas estructuras que, inicialmente, se identificaron como restos de una masía. Pero ya en ese momento, un estudio histórico que estaba realizando uno de los miembros del equipo de trabajo, el arqueólogo Eric Sobrevia, apuntaba que se podía tratar de los restos del convento de los capuchinos. Estos restos estaban cortados por el colector existente en el centro de la calle Girona.
Según el estudio de Sobrevia, el convento fue ocupado por las tropas francesas durante el asedio de 1697 y usado como hospital de campaña. Durante el asedio de 1713-1714, en el marco de la Guerra de Sucesión, fue bombardeado, lo que explicaría la presencia de balas de cañón. Según las fuentes históricas consultadas, los restos del edificio fueron alquilados a un campesino a condición de ir rehabilitando y recuperando algunos espacios, convirtiéndose, con el tiempo, en la masía que se derribó en torno a 1900, en el momento de construir el Eixample.
Los trabajos arqueológicos en esta zona del Eixample empezaron en septiembre de 2022 bajo la dirección de la arqueóloga Marta Lucas Aragay, de la empresa Global Geomática.