El sistema alimentario actual provoca hoy en día entre el 21 y el 37 % de las emisiones globales, porcentajes que podrían escalar hasta el 38 % en el 2050. Por este motivo, como señalan varios informes, es necesaria una transformación profunda de nuestros hábitos alimentarios y del funcionamiento del modelo alimenticio global para conseguir los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) definidos en la Agenda 2030.
Las ciudades, que son las grandes consumidoras de este sistema, tienen un papel estratégico en este proceso. Consciente de este hecho, Barcelona acogerá el próximo mes la séptima edición del Milan Urban Food Policy Pact (MUFPP) Global Forum, que reunirá a técnicos y representantes políticos de las principales ciudades tanto europeas como de otros continentes, así como miembros de agencias internacionales, de la comunidad científica y de organizaciones de la sociedad civil para abordar la mejor manera de promover la alimentación sostenible y hacer frente a la emergencia climática. Se calcula que evitando el despilfarro alimenticio se podrían reducir hasta un 15 % las emisiones alimenticias urbanas.
En el Foro se presentará The Barcelona Challenge for Good Food and Climate, una herramienta innovadora para animar las ciudades a trabajar en la transformación de los sistemas alimentarios, reducir el despilfarro alimentario y avanzar en el cumplimiento de la Agenda 2030.