¿Cuál es el origen de la Naranjada?

05/02/2024 - 11:08 h

El origen más primario del carnaval se encuentra en la época del Imperio romano, ¿pero desde cuándo se documenta la celebración del Carnaval de Barcelona? ¿Cómo ha evolucionado hasta ahora? Los primeros documentos que recogen celebraciones con disfraces y máscaras son del siglo XIV. Te proponemos un viaje al pasado para recorrer cómo se ha celebrado el desenfreno del carnaval en la ciudad a lo largo de los siglos.

La Naranjada

Las primeras referencias a la celebración del Carnaval de Barcelona datan del siglo XIV. Tienen mucho que ver con las naranjas y explican por qué hoy la Naranjada es el acto central de la fiesta.

Según el libro de costumbres del folclorista Joan Amades, una disposición del Consejo de Ciento prohibía, entre otras cosas, el uso de máscaras o cabalgar por la ciudad disfrazado. En protesta por los bandos privativos que dictaba el Consejo de Ciento, el pueblo lanzaba con la mano o con ballestas naranjas, serraduras y huevos podridos a las autoridades.

Las naranjadas pasaron a estar penadas con hasta 30 días de arresto y una multa económica.

Las juergas populares y de la aristocracia

Siempre que no hubiera alguna normativa o cuestión religiosa que lo prohibiera, el desenfreno y la transgresión del carnaval empezaban después de Navidad y acababan a mediados de febrero. Desde el siglo XVII hay constancia del uso de muñecos para parodiar a personajes ilustres y monarcas coronados como reyes del carnaval. En esta representación teatral participaba todo el mundo, ricos y pobres, mayores y pequeños, con disfraces y máscaras en la calle y en las fiestas privadas.

En el siglo XVII, las juergas populares de carnaval se celebraban en la calle de la Palla y en los alrededores de la plaza Nova y la plaza del Pi.

Las clases acomodadas organizaban una fiesta más señorial y caballeresca en el barrio más rico y animado de la ciudad, el Born. Días antes, la aristocracia se preparaba en calles, casas nobles y palacios para alojar a la comitiva real. El Arribo no era de la Reina Belluga sino de la Reina Catai. El séquito pasaba por el Pla de Llull, donde hoy encontramos El Born Centro de Cultura y Memoria, desfilaban por la calle de la Pescateria, entraban por los Canvis Vells y salían a la plaza Major, el actual paseo del Born.

En los siglos XVIII y XIX las fiestas, las jaranas y los desfiles se trasladaron a La Rambla. Como era una gran avenida extramuros, fuera de las murallas, había una anchura suficiente para que desfilaran carrozas y carruajes con personajes de la alta sociedad barcelonesa.

Los bailes de máscaras del siglo XIX

En el siglo XIX se empezaron a hacer célebres los bailes de máscaras que se organizaban entre enero y febrero. Como se celebraban en locales y teatros no estaban sometidos a tantas prohibiciones como las fiestas que tenían lugar en la calle. ¿Dónde iba a bailar la burguesía? Al Teatre Principal, a la Llotja de Mar y, más adelante, al Liceu y a otros círculos artísticos de la ciudad. El Teatre Principal era el más tradicional. Por una entrada se pagaban 5 pesetas de la época, unos 100 euros actuales.

La Patacada

Desde 1817, en la calle de las Tàpies, 6, entre los huertos de Sant Pau del Camp y las calles de la Estrella y Nou de la Rambla, había unos almacenes de indianos que se transformaban para celebrar los bailes de máscaras populares los días de fiesta. Eran tres naves de un industrial textil de renombre, Antoni Nadal i Derrer. El precio de la entrada era de una peseta, unos 20 euros hoy en día. Estos almacenes recibían el nombre de la Patacada por la costumbre de los bailadores de saludarse con golpes en la espalda.