Homenaje a la resistencia durante la Guerra Civil

29/03/2023 - 20:27 h

Los impactos de metralla en la fachada de la iglesia de Sant Felip Neri son un recordatorio visible de los bombardeos que sufrió Barcelona durante la Guerra Civil. En la superficie de la ciudad permanecen las cicatrices del conflicto, pero el subsol es el testigo de la resistencia. La exposición “1.322. Refugios antiaéreos de Barcelona”, situada en la Modelo, inmortaliza los espacios de defensa pasiva de la ciudad y redecilla homenaje al valor de la sociedad civil. La muestra se podrá visitar entre el 30 de marzo y el 31 de julio.

Instalada en las galerías 3 y 4 del Espacio Memorial de la Modelo, la exposición ha sido concebida por la Concejalía de Memoria Democrática y refleja la extensa red de refugios que salvó miles de vidas entre el 13 de febrero de 1937, fecha en la que empezaron los bombardeos, y el 25 de enero de 1939.

Se trata de 170 instantáneas inéditas de la fotógrafa Ana Sánchez, las cuales revelan un patrimonio cívico, histórico y arquitectónico único en Europa. Las fotografías reflejan los túneles llenos de escombros, raíces, ladrillos o cables oxidados, y también el cemento que sellan su entrada. Se pueden ver refugios comunitarios, privados, fabriles y de dirigentes políticos que muestran una Barcelona escondida a diez metros bajo tierra.

También se exponen, gracias a la colaboración del MUHBA, unos cincuenta objetos encontrados a lo largo de las intervenciones arqueológicas realizadas en diferentes refugios, que ayudan a tomar conciencia de la vida bajo las bombas. Será la primera vez que estos materiales, conservados en el Centro de Colecciones de la Zona Franca, se muestren al público.

La exposición, comisariada por la propia Sánchez y el historiador Xavier Domènech, recoge imágenes de cuarenta refugios. Algunos serán mostrados por primera vez, como el refugio de la sede de la Junta de la Defensa Pasiva, situada en el paseo de Gràcia; el de la Escuela Popular de Guerra, ubicada en la Escola Pia de Sarrià, o el de la fábrica Damm.

El nombre de la muestra procede de la cifra de 1.322 refugios actualmente inventariados por el Servicio de Arqueología de la ciudad. En el web “La ciudad de los refugios. Catálogo de los refugios antiaéreos de Barcelona”, fruto de quince años de documentación e investigación, se puede consultar una compilación de estos refugios.

Más de veinte kilómetros de túneles

Durante los casi dos años de ataques permanentes contra la ciudad, Barcelona recibió 1.903 impactos de más de un millón de kilos de bombas, que provocaron más de 2.700 muertos y 7.000 heridos. La ciudad se convirtió en un campo de pruebas y experimentación bélica para la Segunda Guerra Mundial, pero también germinó una nueva manera de resistir: agujerear el suelo con un pico y una pala para tejer una eficaz red de protección inédita de más de 20 kilómetros de túneles.

De los refugios inventariados, tan solo un 5 % fueron construidos directamente por las instituciones, mientras que otro 10 % recibió una subvención pública. El resto fueron obra de la sociedad civil autoorganizada, protagonista de un movimiento ciudadano sin precedentes. De hecho, la densidad de refugios no se corresponde con las zonas más castigadas por la Aviazione Legionaria y la legión Cóndor, sino que está directamente ligada al tejido asociativo.

De esta manera, barrios como Les Corts, Sarrià o Sant Gervasi, que tenían menos densidad de población, disponían proporcionalmente de muchos menos refugios que Ciutat Vella, Sants o Gràcia, donde la cultura de cooperación entre los vecinos estaba muy arraigada.