En poco más de un año, según la Organización Mundial de la Salud, la pandemia provocada por la COVID-19 ha causado cerca de tres millones de muertos en todo el mundo y hace aumentar la pobreza y las desigualdades a escala global.
La respuesta científica ha supuesto el descubrimiento y la creación de vacunas en tiempo récord, con una inversión pública que se calcula que supera los 25.000 millones de euros. Sin embargo, la Declaración de Barcelona por la liberación de las patentes denuncia que el ritmo de producción y llegada de las vacunas es limitado y desigual y que las causas principales son las patentes y el secretismo.
Por todo ello, la declaración solicita a las autoridades estatales y europeas que se activen los mecanismos excepcionales previstos en la legislación internacional para que las industrias farmacéuticas liberen temporalmente las patentes para acelerar al máximo la capacidad global de producción, y que se haga de manera transparente.
El texto, que está abierto a nuevas adhesiones, lo firman Médicos Sin Fronteras, Médicos del Mundo, Oxfam Intermón, Amnistía Internacional y Medicus Mundi, además del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona, el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y la Agencia de Salud Pública de Barcelona. De manera individual también se han sumado la jefa de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Vall d’Hebron, Magda Campins; el director de Análisis y Desarrollo Global de ISGlobal, Rafael Vilasanjuan, y el epidemiólogo del Hospital Clínic y catedrático de la Universidad de Barcelona Antoni Trilla.
Por su parte, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha mostrado el compromiso para promover el apoyo de más ciudades a través de las redes de gobiernos locales, regionales e internacionales a las que tiene acceso la ciudad.