El sello que presentamos se emite y se pone en circulación durante la Segunda República Española, el periodo político tuvo lugar del 14 de abril de 1931, con la deposición de Alfonso XIII, hasta el 1 de abril de 1939, fecha de finalización de la Guerra Civil.

Las emisiones filatélicas de la Segunda República española destacan por la calidad de sus ejemplares. La serie de personajes, conocida en algunos casos como “Prohombres republicanos”, es una muestra de este buen trabajo. De este momento también podemos citar series conmemorativas de grandes eventos como la expedición del aviador y aventurero Francisco Iglesias al Amazonas, el 40.° Aniversario de la fundación de la Asociación de Prensa de Madrid y las del tricentenario de la muerte del escultor Gregorio Fernández. Pero, hoy, queremos dedicarle un Singular a una anécdota histórica bastante curiosa.

Retrato de Lope de Vega, Eugenio Cajés, 1612-1615. Fuente: Wikipedia

El sello de 15 céntimos conmemora el tricentenario de la muerte de Lope de Vega (Madrid, 1562-1635). Félix Lope de Vega y Carpío es reconocido internacionalmente como uno de los mejores poetas y dramaturgos del Siglo de oro español. Su estilo particular innovó dentro del mundo de la prosa, su visión renovada dio lugar a una nueva concepción dramática arriesgada y también exitosa. Sus obras reflejan historias de la vida popular, combinando magistralmente el elemento trágico y la comedia, y apelando a menudo a la honra y al honor.

Iconográficamente, el sello resulta bastante curioso ya que la imagen principal la ocupan tres elementos singulares: un escarabajo boca arriba (supondremos que está muerto), un ramo de rosas y una leyenda escrita en latín. Podríamos empezar a desvariar inventando teorías que explicarían qué sucede en la escena, pero los antecedentes de esta vanitas habrá que buscarlos (como en buena parte de sus obras) en la misma biografía del autor.

El éxito y la preciada reputación del literato le proporcionaron muchas amistades y admiradores, como por ejemplo Quevedo o Alarcón. Pero, del mismo modo, le acarrearon rivalidades memorables y sonadas como las de Góngora o Cervantes. Y la historia que cuenta este sello se decanta más por esta segunda opción, en este caso, la enemistad lleva el nombre del poeta Pedro Torres Rámila.

La biografía de Pedro Torres se conoce, en gran parte, por las discrepancias literarias con Lope de Vega. Torres criticaba duramente la obra de Lope de Vega, le acusaba de no respetar los preceptos aristotélicos clásicos de la comedia donde la historia se debe situar en un mismo lugar, un tiempo y una acción. Una de las situaciones más incómodas tuvo lugar en 1617, cuando Rámila publicó una sátira titulada Spongia. La obra cuestionaba abiertamente la honorabilidad personal y literaria de Lope de Vega, y por tanto se convertía en un agravio formal y directo a su honra. La publicación de esta obra ocasionó un gran revuelo entre los dramaturgos partidarios y amigos de Lope de Vega. La venganza hacia Rámila se expresaría un año más tarde a través de la publicación de Expostulatio Spongiae a Petro Turriano Ramila nuper euulgatae (1618). El autor rebate con argumentos sólidos todas las afirmaciones hechas, a la vez que incluiría ilustraciones alegóricas y satíricas del enfrentamiento. Entre ellas, encontramos la escena de un escarabajo, o también Pedro Torres, muerto abrumado por la grandeza y superioridad de una rosa, personificando la figura de Lope de Vega, y una sentencia lapidaria: Odore enecat suo (Mata con su olor).

La repercusión de esta ilustración fue tan grande a lo largo del tiempo que, incluso, para conmemorar el 300 aniversario de la muerte del dramaturgo se seleccionó como viñeta del sello.