El del Ninot, el de la Boqueria, Sant Antoni, el de la Abaceria… Los mercados de Barcelona vertebran los barrios y acercan la alimentación sostenible a vecinas y vecinos. Hablamos con los y las comerciantes del Mercado de la Llibertat, en el barrio de Gràcia, sobre el papel de los alimentos y el comercio de proximidad en la dinamización de los lazos de barrio.
Patrícia, de Peixos Rafael, Dolors, de la Carnisseria Miquela Artés, y Tino, de Fruites Germans Mora, forman parte del programa Comerç Verd, que organizan conjuntamente el Instituto Municipal de Mercados de Barcelona y la Federación de Mercados Municipales de Barcelona con el fin de facilitar el acceso a una alimentación sostenible a toda la ciudadanía.
Conocer tu producto mejor que nadie
Para Patrícia, es importante participar en el proceso porque así se asegura que el círculo de producción y consumo se queda en casa: “Cuando el pescado es de proximidad, sabes cómo se ha pescado, quién lo ha manipulado y de qué manera lo ha hecho”. Esto le permite ofrecer el mejor producto a la clientela que pasa por su puesto diariamente, que adapta sus necesidades al género, que asegura conocer perfectamente.
Tino añade que comprar en los mercados es una manera de frenar el despilfarro alimentario. Es mucho más difícil que las frutas y verduras se estropeen en casa si, en lugar de una bolsa con quince mandarinas en estados de maduración diferentes, compras cinco e indicas a la persona que las vende si las quieres consumir hoy o que te aguanten cinco días.
Coincide en el argumento Dolors, que aclara que son los propios establecimientos los que manipulan el género, y que esta es la única manera de confirmar que las carnes y los preparados son de primera calidad. Además, también juegan el papel de ser el primer prescriptor de la alimentación sostenible, pues recomiendan a su clientela productos locales, ecológicos o procedentes directamente de la persona productora para sus recetas o preparados.
Proteger y potenciar el tejido de barrio
Esto es posible gracias a la relación de confianza entre comerciante y cliente que se logra en los mercados. Tino describe la experiencia de comprar en el mercado como algo cultural: “No solo estás haciendo la compra, también creas un impacto positivo en el tejido del barrio, dando la importancia que merecen a las relaciones personales, el producto, su historia y el tratamiento que se hace de él”.
Además, dada su experiencia, los y las comerciantes también pueden dar consejos sobre cómo manipular los alimentos, ayudar a la clientela a pensar recetas para sus comidas o recomendar un producto u otro para una preparación en particular. “Muy a menudo se acercan clientas y preguntan cómo preparar un fricandó o cuál es la mejor parte del pollo para cocinar en salsa y yo se lo cuento, porque he hecho estas recetas mil veces”, admite Patrícia.
Comerç Verd, en todos los barrios
El programa Comerç Verd se inició en el año 2021 y ya incluye 619 establecimientos, como los de Patrícia, Dolors y Tino, adheridos. Está presente en todos los mercados alimentarios de la ciudad e, igual que en el Mercado de la Llibertat, los y las comerciantes estarán encantados de acercar la alimentación sostenible y los productos de calidad y proximidad a tu casa.