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La abertura del callejón sin salida de la calle Madriguera con la Via de Bàrcino generará una nueva movilidad en el sentido de la salida de los vehículos y favorecerá la circulación por el interior de este sector de La Trinitat Vella

De callejón sin salida a abertura vial para facilitar la movilidad del barrio

Ya han comenzado las obras de abertura de la calle Madriguera en su intersección con la Via de Bàrcino (un ámbito situado en el oeste del Parc de La Trinitat), que en la actualidad es un callejón sin salida. Unos trabajos que, junto con las últimas mejoras de urbanización realizadas en el barrio, donde se tiende a reducir el número de vehículos aparcados para poder aumentar la calidad del espacio urbano, con nuevo arbolado, más mobiliario urbano, o aceras más anchas, ahora esta abertura generará una nueva movilidad en el sentido de la salida de los vehículos, y favorecerá la circulación por el interior, además de la adecuación del espacio libre que queda en el entorno

El Instituto Municipal de Urbanismo (IMU) ha puesto en marcha las obras de conexión de la calle de la Madriguera con la Via de Bàrcino, además de la adecuación del espacio libre que queda en el entorno (es decir, incluyendo desde la banda oeste de la Ronda de Dalt a la altura del Instituto Josep Comas i Solà y hasta la calle Tossal, ubicado más al Sur ), un ámbito inacabado de la punta Sur del barrio de La Trinitat Vella, en Sant Andreu.

Esta es una mejora urbana que está cofinanciada con el fondo europeo de desarrollo regional FEDER en el marco del EDUSI Eix Besòs, y que (específicamente con la abertura de este callejón sin salida, en Madriguera/Via de Bàrcino), generará una nueva movilidad en el sentido de la salida de los vehículos, favoreciendo la circulación por el interior de este sector del barrio. Y es que, por ejemplo, la IMD (Intensidad mediana diaria de vehículos) en la calle Madriguera, tiene un mínimo inapreciable con relación a las calles perimetrales del barrio, evidenciando su situación de callejón sin salida para vehículos.

Mientras que en paralelo, se realizarán mejoras de urbanización en el  ámbito situado en toda esta franja situada entre la Ronda de Dalt y la Via de Bàrcino, así como espacios situados en el  entorno inmediato de Madriguera. Éstas tenderán a reducir el número de vehículos aparcados para poder aumentar la calidad del espacio urbano con nuevo arbolado, más mobiliario urbano o aceras más anchas. Así, por ejemplo, la zona verde propuesta en la esquina con la Vía de Bàrcino acabará de dar continuidad a los recorridos perimetrales del barrio con el tejido urbano del interior.

Todo ello, urbanizando una superficie que engloba unos 731 m².

Hemos de pensar que todo el barrio de La Trinitat Vella ya funciona por sí solo como un callejón sin salida, delimitado por grandes infraestructuras de la ciudad, como la C-58 en el Norte, la C-33 en el Oeste, el nudo viario de La Trinitat, y la B-20 (Ronda de Dalt), en el Sur. Hasta hace relativamente poco tiempo solo había un punto principal de acceso en el barrio, en la zona Sur (plaza de Josep Andreu i Abelló) por debajo de la Ronda de Dalt que comunica con el resto del distrito y un vial perimetral que funciona como ronda dentro del barrio, la Via de Bàrcino. De todos modos, hay que subrayar que, recientemente, se ha mejorado el acceso, tanto a nivel rodado o de peatones para entrar y salir del barrio desde la Meridiana y conectarlo con el barrio de La Trinitat Nova, en la parte Norte.

 Antecedentes del barrio

Para entender las obras de mejora que ahora ponemos en marcha, hay que tener una visión de conjunto de todo este ámbito y, por extensión, de los últimos cincuenta años de historia urbanística de La Trinitat Vella.

Antes de ser el barrio actual, La Trinitat era un extremo alejado del municipio independiente de Sant Andreu de Palomar, situado sobre el cerro que ahora lleva su nombre, antes conocido como ‘Coll de Finestrelles’. Fue entre 1952 y 1954 cuando cambió radicalmente el aspecto desértico y campesino de esta zona de Barcelona. Parte de las viñas desaparecieron y dieron lugar a bloques de viviendas, y la parte más alta se convirtió en prisión, que ahora hace aproximadamente unos diez años empezó su proceso de remodelación y dignificación.

Pocos años después, una política de expansión de nuevas vías de circulación separó La Trinitat en dos barrios (Nova y Vella). Y de aquí pasamos a 1992, fecha en que se construye el Nus de la Trinitat, eje y confluencia de las rondas que rodean la ciudad de Barcelona.

Al situarse sobre un emplazamiento con una topografía con muchas pendientes, sus calles y edificaciones acusan problemas de adaptación topográfica como la definición de una trama de calles muy estrechas y con inclinaciones muy pronunciadas que han generado escalas y muros en ciertos puntos. Además, el tejido residencial está muy congestionado y consolidado, con un nivel de construcción sencillo , con edificaciones no muy altas con un máximo de cinco plantas de altura, y con una tipología de isla cerrada.

Una de estas calles la obra de la cual se verá afectada positivamente, la Via de Bàrcino, funciona como vial perimetral del barrio, ordenando varias entradas desde la Ronda de Dalt  y desde la avenida Meridiana. También, hay que destacar que en la parte inferior del barrio se encuentran las diferentes equipaciones y zonas verdes, así como la parada de metro que lleva el mismo nombre. Mientras que en la zona central se concentran los comercios alrededor de la plaza del Mercado y los cruces entre las calles del Turó de la Trinitat y la Foradada.

Finalmente, nos situamos en 1996, año en que se aprobó inicialmente el Plan Especial de Reforma Interior del sector que hoy nos ocupa (Trinitat Madriguera), y en 2002 se aprueba inicialmente el proyecto global de urbanización de este PERI.

Así pues, y por lo que podemos ver, el barrio de La Trinitat Vella funciona, como ya hemos comentado líneas arriba, como un ámbito geográfico de ‘tapón de botella’, delimitado por grandes infraestructuras viarias.

Mobiliario urbano

El mobiliario urbano existente en este ámbito es muy reducido y queda totalmente afectado por la nueva propuesta. Así, por ejemplo, ciertos elementos como barandillas de rampas y escalas dejan de tener sentido porque los elementos a los cuales dan servicios desaparecerán. En este grupo también incluimos pilones, señales verticales de tráfico o papeleras existentes, para citar algunos.

La propuesta que se implementará agrupa el mobiliario urbano en el nuevo sobreancho de la acera oeste de Vía de Bàrcino, donde encontraremos: sillas con estructura de fundición de aluminio y madera de bolondo, papeleras de 70l, alcorques de acero galvanizado, pilonas de acero y varios aparcabicicletas de tubo circular galvanizado, entre otras mejoras.

En este apartado también queremos destacar que, en esta intersección (en zona verde, y a pesar de que está para confirmar la ubicación concreta) se colocará un atril metálico que recordará con texto e imágenes el Rec Comtal, recuperando la memoria histórica de aquella vía de agua actualmente desaparecida bajo las nuevas urbanizaciones del barrio.

Recordemos que el Rec es una acequia de la Edad Media, que se cree que fue creada a lo largo del siglo X, y que se nutre de las aguas freáticas del río Besòs. A lo largo de su recorrido por nuestra ciudad, movía molinos de harina y destinados al textil.

Estructuras

La diferencia de cota existente actualmente entre la calle de Madriguera y la Vía de Bàrcino, donde encontramos unas escalas en el ámbito de peatones, será resuelta a través de esta intervención que ahora practicaremos (nivelando la cota entre el primero y el segundo y dejando a los vehículos rodados).

Además, en esta acera oeste de la Vía de Bàrcino instalaremos un muro de contención de tierras para reducir la pendiente del talud de la zona ajardinada en este punto. Un muro (revestido con chapa de acero pintado) que al estar en contacto con tierras vegetales, va protegido con lámina geotextil perimetral.

Jardinería y riego

La propuesta de nueva plantación seguirá la actual alineación de plátanos en la Via de Bàrcino; mientras que en el lado Madriguera se sumarán unas cuantas unidades de almeces y acacias de Constantinobla. Unas zonas ajardinadas que se tratarán como prado florecido con dos mezclas diferentes en función de si se realiza su plantación.

Se ha diseñado una red de aspersores, difusores y de goteo que servirá para regar las nuevas zonas ajardinadas, así como los árboles de nueva plantación de la urbanización.


Alumbrado público, seguridad viaria, limpieza urbana y red eléctrica

En cuanto a las afectaciones del alumbrado público existente, solo se prevé el cambio de posición de la última luminaria de la calle de la Madriguera. Así, con la nueva actuación se propone su desplazamiento para dejar todos los elementos de alumbrado alineados con la acera lado montaña. Las columnas serán cilíndricas de acero galvanizado (altura de 4,5 m con doble proyector LED de 3.000° de temperatura de color). Mientras que en la Via de Bàrcino se propone mantener los mismos elementos y las mismas posiciones, pero variando su cota actual para adaptarla al nuevo trazado de calle.

Pasando a la señalización, en el caso de la horizontal, se pintará el eje de la Via de Bàrcino con dos sentidos de circulación; también, las zonas de aparcamiento de vehículos, zonas de carga y descarga y vados. Aquí también incluimos los pasos de peatones, franjas de parada, ubicación contenedores, etc.

Y, en el caso de la calle de la Madriguera (que tiene un sistema de aparcamiento trimestral alternativo a ambos lados de la calle, que se eliminará), con la nueva propuesta el aparcamiento quedará definido permanentemente en el lado montaña de la calle.

Respecto de los elementos que hacen referencia a la limpieza urbana, habrá nuevas papeleras y contenedores. Y, la afectación fundamental de la red eléctrica es la supresión de la red aérea que pasaba por la calle de la Madriguera y que ahora se convertirá en linea sepultada.

También, y ya para cerrar este apartado, hay que subrayar que en esta zona se implantarán nuevos SUDS (Sistemas de Drenaje Sostenible), dando compromiso a los criterios sostenibles que la ciudad impulsa: protegiendo espacios libres y la biodiversidad, así como ampliar el verde urbano; crear espacios públicos de calidad; mejorar la movilidad; lograr niveles óptimos de calidad ambiental; o reducir la producción de residuos.

Esta obra, que está impulsada por el IMU, tendrá una duración aproximada de 5 meses y tiene un coste aproximado de 841.000€ (IVA incluido).