La Borda

El individualismo y el capitalismo cansan mucho

 

Joan, un mallorquín vecino de Barcelona desde hace 14, no se imaginaba el año 2006 cuando se manifestaba con V de Vivienda por una vivienda digna (recordamos el eslogan: "no tendrás una casa en la puta vida"), que un día participaría en la construcción de un edificio comunitario, asequible, ecologista, anticapitalista y feminista donde terminaría viviendo.

Este edificio se llama La Borda, ya que adopta el nombre de la cooperativa que lo gestiona. Cuenta con 28 viviendas, varios espacios comunitarios y se sitúa en el barrio de La Bordeta. La titularidad del edificio es cooperativa, si bien el proyecto ha sido posible gracias a la cesión del derecho de superficie de un terreno municipal durante 75 años. Por este motivo, podemos hablar de vivienda pública-cooperativa.
 

¿De qué necesidad nace La Borda?

Pues mira, en los 14 años que llevo en Barcelona he vivido en 19 viviendas diferentes debido a subidas abusivas del precio del alquiler, edificios ruinosos y otras circunstancias que me obligaron a marchar.
La Borda surge para dar estabilidad a esta situación tan habitual en Barcelona y ofrecer un precio asequible. Por otro lado, el individualismo cansa mucho, La Borda quiere evitar el hecho de no conocer a tu vecino y, por ello, es un edificio que promueve la vida en colectividad a través de la construcción de espacios comunes.

¿Qué ideología o pensamiento tiene la cooperativa?

La Borda se apoya y se construye a partir de la Economía Social y Solidaria (ESS), el feminismo y el ecologismo. La mayor parte de los vecinos y vecinas que vivimos en este edificio estamos implicados en otros proyectos basados ​​en la ESS o el activismo por el derecho a la vivienda. También, muchas de las mujeres que forman parte de La Borda forman parte activa de diferentes organizaciones feministas. Por otra parte, el edificio se ha construido bajo criterios sostenibles para no afectar negativamente al medio ambiente.

"La Borda es una vivienda asequible, comunitaria, sostenible, anticapitalista y feminista"

¿Qué ventajas sociales conlleva vivir en este edificio?

Uno de las principales ventajas es su precio asequible ya que es una vivienda de protección oficial. Por otro lado, no menos importante, la vida en comunidad. Sin ir más lejos, el comedor comunitario, aún en proceso de auto-construcción, será una oportunidad para establecer dinámicas sociales entre nosotros.
Otro punto central es el reparto colectivo de las tareas de cuidado para que no recaigan siempre sobre las espaldas de las mujeres. Actualmente estamos teniendo este debate, que aún no está resuelto, porque llevamos poco tiempo viviendo en el edificio y aún estamos elaborando esta cuestión tan fundamental para vivir de otra manera.

¿Nos puedes decir el precio que pagas?

Pues un piso de 63m2 cuesta 538 € más los gastos, aunque habiendo espacios comunes (lavandería, terraza, comedor) los metros se amplían. Además, en un futuro el precio bajará un poco. También, el hecho de tener una lavandería compartida permite ganar espacio dentro de las viviendas.

Por otro lado, con la voluntad de ayudarnos entre nosotros también hemos creado un fondo mutual. Cada mes destinamos 5 euros de la mensualidad a este fondo por si un día alguna persona de La Borda se queda sin trabajo y no puede hacer frente al precio del alquiler. Es una herramienta de apoyo mutuo económico.

¿Y ventajas ambientales?

El edificio está construido principalmente con madera, esto lo hace más confortable, aunque produce un ambiente seco en el interior de los pisos. También cuenta con un invernadero, que se abre y se cierra para regular la temperatura interior, ventilar el edificio y refrescarlo.

Los consumos energéticos provienen de la cooperativa Som Energia, y nos calentamos mediante una caldera de biomasa. La Borda se considera un edificio pasivo, esto quiere decir que durante su construcción ha producido menos C02 de lo que ha absorbido el material con el que está construido.

Queremos que La Borda sea un edificio lo más autónomo y soberano posible en términos energéticos, por eso tenemos la intención de instalar una placa solar en la azotea, tan pronto como sea posible.

También, luchamos mucho para que no tuviera parking, un hecho que estaba prohibido por una normativa que, finalmente fue modificada en un pleno del Ayuntamiento. Hoy día los vecinos y vecinas de los edificios covivienda, cooperativos o de protección oficial pueden decidir si sus promociones tendrán o no parking. Por lo tanto, La Borda ha influido también en las políticas urbanas medioambientales.

¿Os habéis encontrado con alguna dificultad?

Nos hemos encontrado con dificultades económicas. Si bien de los 3.200.000 millones que ha costado La Borda, 600.000 provienen de fondos públicos, no existen programas establecidos de financiación de proyectos similares, ni en Cataluña ni en el estado español. Además, el dinero público llego una vez el edificio ya estaba construido.

La Borda tiene 48 financiadores diferentes y hemos tenido que hacer muchas campañas para conseguirlos. La mayor parte del presupuesto proviene de Coop57, sin su participación inestimable La Borda no sería posible. También, hemos aportado mucho  las personas que vivimos aquí, y hemos disfrutado de préstamos que nos han hecho entidades sociales y personas individuales a un interés bajo. Podríamos decir que La Borda es una experiencia de financiarización desde abajo, que, dato muy importante, no ha hecho uso de ningún banco capitalista.

Otra característica del proyecto es la gran cantidad de trabajo voluntario que ha requerido y requiere. Llevamos 5 años muy intensos de trabajo voluntario, algunas personas 7 años, y sabemos que no todo el mundo puede asumir este ritmo. En otras palabras, diré que el proyecto ha dado muchas alegrías, pero nos las hemos ganado con mucho trabajo y autogestión.

¿Tenéis mucha lista de espera para entrar a vivir en La Borda? ¿Os habéis planteado replicar este proyecto en otro espacio de Barcelona o Cataluña?

Si, mucha. Los socios expectantes son tantos que han formado otra cooperativa que se llama Sotrac. De La Borda también ha surgido La Dinamo que es una asociación que se dedica a reproducir este modelo. Ha puesto en marcha otra promoción a Sants que se llama La Diversa y tiene otros proyectos similares en marcha en otros lugares. También está trabajando en la publicación de una guía elaborada a partir del conocimiento generado en La Borda, hecha para facilitar la réplica del modelo.

Hemos visto en vuestra web que para acceder a un piso de la cooperativa hay que hacer una aportación de 15.000 euros. ¿Creéis que un proyecto como el vuestro se podría abaratar para hacerlo más accesible?

En total cada vivienda aporta 18.500 € al capital social de la cooperativa. Se debería poder abaratar. En 20 años las socias y socios de La Borda ya habremos pagado el edificio. Nos queda pendiente decidir si seguiremos pagando una mensualidad de la que se derive un fondo mutual, útil para crear proyectos como el nuestro, y que, de este modo, los usuarios no requieran un esfuerzo económico inicial tan grande.

También esperamos que, con el tiempo, se pongan en marcha más vías de financiación públicas destinadas a esta tipología de iniciativas. Ojalá! Habrá que presionar y movilizarnos si lo queremos conseguir.

Por otra parte, cabe mencionar un debate que están llevando a cabo en Coop 57 sobre la posibilidad de comprar terrenos para construir más vivienda cooperativa. Aunque tampoco esto es una garantía de reducir las inversiones iniciales, seguro que será de gran ayuda e un impulso.

Ante la crisis para el acceso a la vivienda digna, ¿creéis que la solución pasa por proyectos como el vuestro o se deben hacer cambios más estructurales?

Estructurales, esto es una herramienta, un modelo alternativo más para hacer frente a la situación actual, pero se debe cambiar la LAU (Ley de Arrendamientos Urbanos) y regular el mercado de la vivienda como se hace en otras ciudades del mundo . Necesitamos normativas que impidan el abuso sistemático, la pobreza energética y los desahucios. Necesitamos una Ley de vivienda, en otras palabras, que ponga la vida en el centro.

 


 

La Fábrica del Sol se ha acercado a La Borda, un nuevo edificio del barrio de Sants para hablar con Joan Miquel Gual, vecino y miembro de la comisión de comunicación del proyecto, para conocer una nueva manera de concebir la vivienda.