La exposición “Hechizos y disidencias”, que podrá visitarse hasta el 30 de diciembre en el Centro LGTBI, resignifica varias tradiciones espirituales en clave queer
Esta no es una exposición cualquiera. Quien cruza las puertas del Centro LGTBI y visita las piezas expuestas detrás de los cristales no solo se ve ante obras artísticas, sino que enfrenta espejos que conectan con una parte a menudo escondida de la propia persona: su espiritualidad.
“Esta exposición es como un mapa que recorre diferentes formas de vivir la espiritualidad de personas disidentes. Pretende expresar cómo nuestros vínculos, recorridos y experiencias se ven atravesados por la espiritualidad y cómo estas vivencias las hemos reformulado, reapropiando lo que nos interesaba y dejando atrás lo que nos hacía daño”, explica Xeito Fole, parte del equipo de programación del Centro LGTBI y curador de la muestra, junto con Julia Pardo.
Así, las obras de la exposición invitan a viajar por territorios y tradiciones diversas, como las de México, Chile, los Pirineos, Argentina o Andalucía, entre otros. “Estos territorios están atravesados por lógicas coloniales y de extractivismo sociocultural y económico, y creemos que es tarea de las instituciones culturales forzar espacios donde estén representados y abrir fisuras que quizás son incómodas, pero que a buen seguro son necesarias”, dice Julia Pardo, curadora de la exposición y que también integra el equipo de programación del Centro.
Se pueden ver, por ejemplo, tres obras del colectivo artístico Las Migras de Abya Yala, integrado por mujeres migradas desde América Latina a Barcelona y que provienen de una exposición anterior presentada en el 2021 en el espacio feminista Ca La Dona. “Buscábamos otras maneras de sentipensar el encuentro con el cosmos, resignificar la memoria y poner en valor la ancestralidad de nuestras antepasadas, víctimas de genocidio”, afirma Lorena Àlvarez, integrante del colectivo.
Plantas nativas de Chile como el calafate, animales autóctonos como el cóndor y representaciones de personas indígenas que han sufrido el desarraigo forzado son las protagonistas de la obra de Paula Tikay que se puede ver en la exposición. A su lado, la artista mexicana Victoria Villasana rinde homenaje a una chamana que quiere simbolizar a todas las mujeres sabias con conocimientos de medicina tradicional.
Siguiendo esta línea, la obra propuesta por Daniela Benítez y Daniela Efímera parte de un proceso muy personal en el que las autoras, migradas desde hace años a Barcelona, tenían que volver a visitar a sus familias en sus territorios de origen. “La obra habla de romper algunos hilos con las antepasadas, como los de la culpa, muy presente en nuestros territorios debido a la imposición de la religión católica. También queríamos mostrar nuestra identidad: no somos negras ni blancas, somos marrones porque descendemos de personas indígenas. Por eso utilizamos imágenes de nuestras madres y abuelas, conectadas en un telar con fotos de nuestras infancias y las de compañeras de Brasil, Chile, Venezuela, Argentina o México”, explica.
Por su parte, el artista mexicano residente en Barcelona Rapha Hu cuenta que en las ilustraciones que se incluyen dentro de la muestra mezcla elementos de las tradiciones de la brujería europea, como el ritual del vuelo con plantas como el estramonio o la belladona, con otros de carácter más pop, como los juguetes típicos de los niños de los años 90 del siglo pasado.
En el caso de la escritora y artista canaria Roberta Marrero, las imágenes proponen un universo en el que conviven imaginería católica, estrellas del Hollywood clásico, tradiciones esotéricas como la quiromancia, o el mundo homoerótico de los dibujos de Tom de Finlandia.
Arte desde los activismos
La exposición no solo recoge las piezas por su valor estético, sino que también quiere convertirse en un espacio para visibilizar reivindicaciones presentes en los colectivos feministas y LGTBI.
En este sentido, se incluyen dos piezas que provienen de las I Jornadas Estatales Autogestionadas sobre Bisexualidades, celebradas en torno al 23 de septiembre de 2022 en el marco del Día de la Visibilidad Bisexual.
La primera de ellas es un conjuro que se recitó en estos encuentros, al final de un taller de astrología que se presentó como “una potente herramienta de autoconocimiento que resiste la hegemonía y ha sido muy denostada por el capitalismo clasista”, recuerda Yaiza, una de las participantes de las Jornadas. “El 23 de septiembre no solo es el Día de la Visibilidad Bisexual, sino que también es el equinoccio de otoño (en el hemisferio norte), y el hechizo nos pareció una forma legítima de juntar la rabia de las manifestaciones a las que vamos juntas, con la alegría y la celebración de las comunidades que formamos con nuestras amigas”, añade.
Otra de las actividades de las Jornadas fue un taller sobre memoria histórica bisexual que concluyó con una propuesta de ‘collage’ analógico que tuvo como resultado otra de las piezas de “Hechizos y disidencias”. “En esta obra establezco un paralelismo entre la imagen de las brujas, que forman parte de una historia ahogada y marginada, y mi vivencia como persona bisexual, que salió del armario muy tarde, lo que desgraciadamente es muy común en las identidades bi”, dice su autora, Letícia P.F. de Bobadilla.
También procedente de la reivindicación activista es el Santo Coño Insumiso, que se exhibe en el Centro acompañado por los cánticos inspirados en las manifestaciones feministas en las que esta figura salió en procesión: el 8 de marzo de 2013 en Málaga, y el 1 de mayo de 2014 en Sevilla.
Las activistas participantes de estas manifestaciones fueron objeto de denuncias por parte de un colectivo de abogados cristianos vinculado a partidos de extrema derecha, que las acusó de presuntos delitos de odio contra los sentimientos religiosos, explica Manuela, activista feminista andaluza residente en Barcelona.
Mientras que las activistas de Sevilla quedaron absueltas, el proceso contra las feministas de Málaga continúa abierto y se ha presentado un recurso ante el Tribunal Constitucional. El año 2019, feministas andaluzas residentes en Barcelona crearon la figura del Santo Coño Insumiso y la llevaron en procesión en apoyo de sus compañeras perseguidas judicialmente.
“El Santo Coño Insumiso supone una forma de reapropiación cultural de la herencia judeocristiana de las feministas de Andalucía y de las tradiciones de raíz morisca que han desembocado en lo que hoy conocemos como Semana Santa”, expresa Maria, otra de las integrantes del colectivo.
“Hechizos y disidencias” se completa con una ilustración de Natalia Saldaña, que representa una planta propia de los Pirineos a la que se le atribuyen propiedades mágicas y medicinales, y con la pieza “Àngel Negro”, de la activista intersex Mer Gòmez, que fue creada en el marco de la actividad “Miradas insumisas” del Museo Nacional de Arte de Cataluña.
La exposición, que forma parte del ciclo de programación sobre “Espiritualidades”, se podrá visitar hasta el 30 de diciembre en el horario de apertura del Centro LGTBI: lunes: de 15.30 a 20.30 h; de martes a viernes: de 10.00 a 14.00 y de 15.30 a 20.30 h, y sábados: de 10.00 a 14.00 y de 15.00 a 20.00 h.