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Los músicos Monné de Olesa y de Esparreguera
Los Monné de Olesa y de Esparreguera han sido una estirpe de músicos activa desde antes de 1850 hasta prácticamente nuestros días: intérpretes, compositores, arreglistas, copistas, jefes de orquesta, representantes, maestros de música y directores de coral. Diversas ramas de los Monné habían conservado la mayor parte de la documentación musical generada por la familia y han asegurado su conservación y accesibilidad pública cediéndola al Archivo Municipal de Olesa de Montserrat y al Museu de la Música de Barcelona. El fondo lo forman miles de documentos: partituras, fotografías, facturas, carteles, tarjetas, programas, liquidaciones de autores y materiales didácticos.
Los primeros Monné documentados como músicos son los hermanos Monné-Batallé, nacidos entre 1839 y 1864. Hay motivos no sólo para pensar que había antecedentes musicales ya en la propia familia Monné sino que sus miembros, en diversas generaciones, estaban emparentados con otras familias de músicos de la zona, empezando por los Cortada y por los Pujol, siguiendo por los Cañadell, Simon, Parera y Margarit. Incluso hay alguna posibilidad que estos Monné músicos del Baix Llobregat fueran parentes lejanos de los Munné pianeros en Barcelona en el tercio central del siglo XIX.
Las dos primeras generaciones de los Monné de Olesa aparecen en los registros como alpargateros, pero a partir de la tercera, la de los Monné-Batallé, los músicos constan como cafeteros. En los cafés solía haber piano, y los Monné lo tocaban ellos mismos en los que regentaban.
No sabemos nada de las chicas Monné-Batallé, pero al menos dos hijos de la mayor (Rosa) serán también músicos: Màrius y Agustí Simon Monné. En la siguiente generación, durante la segunda década del siglo XX, encontramos que al menos las hermanas Rosa y Josepa Monné Casanovas actúan públicamente como intérpretes de piano, y la participación de miembros femeninos de la familia en actividades de interpretación musical profesional continuará hasta la Guerra Civil. El caso más notable es el de Francesca Monné Subirana (1906-c.1990), una de las primeras vocalistas de orquesta, fundadora de la primera orquesta femenina de Catalunya, intérprete de saxo y de piano, titular y directora de la orquesta que formó en su exilio francés....
Los Monné trabajaban sobre todo en sus propios pueblos de Esparreguera y Olesa, y alrededores; pero, a medida que aumentaban las facilidades de desplazamiento, habían actuado desde el Camp hasta el Empordà y la Catalunya del norte. Tocaban, pues, en todo tipo de ocasiones y, por lo tanto, interpretaban repertorio de todo tipo, tanto propio como de otros autores: bailables del día, desde lanceros, rigodones, polcas y valses hasta pasodobles, jimmies, bogies o fox-trots; música de iglesia; músicas para la Passió; composiciones especiales para las Hijas María y para ciertas inauguraciones; arreglos de fragmentos de ópera o de zarzuela para los conciertos. A partir de un momento dado, aparecían también composiciones u orquestaciones de sardanas, de caramelles, de “ballets catalanes” y de piezas del entorno del Orfeó Català (obras de Vives, Millet, Nicolau, Toldrà, etcétera).
En los fondos conservados se encuentran asimismo recursos para la enseñanza musical, que es también una actividad largamente practicada en el seno de la familia: libros editados de otros autores y manuscritos de los mismos Monné, que tratan de solfeo, armonía, contrapunto, y ejercicios para piano, trombón, contrabajo, etcétera. Se encuentran también materiales de Narcisa Freixas y de Joan Llongueras.
Otras actividades largamente practicadas por los Monné han sido la representación, el arreglo y orquestación, la copistería musical y la dirección de coros de todo tipo.
Las piezas religiosas son más duraderas que ningún otro repertorio y, por tanto, no es extraño que estén muy presentes en las series de partituras, sobre todo si eran de composición propia (trisagios, misas, stabats, misereres, rosarios, orquestaciones de goigs). Pero fuera del repertorio obligado por los vencedores de la Guerra Civil no hay indicios de un sesgo ideológico: se conservan papeles de la Marcha de las Hijas de María de la misma época y mano que de La Marsellesa, señal que, realmente, tocaban de todo y para todo tipo de auditorios.
Los músicos eran pluri-instrumentistas, todos tocaban por lo menos un instrumento de cuerda (a menudo, también uno de viento) y tenían formación de pianista; de hecho, Feliu Monné Batallé, Àngel Monné Monné, y Quico, Rosa, Pepita Monné Casanovas habían tocado regularmente el órgano o el armonio en la iglesia, antes y después de la Guerra Civil. La tradición familiar recuerda que se consideraba que la formación básica de un músico pasaba por saber tocar un instrumento melódico (generalmente el violín) y el piano, este último para comprender la armonía. Por lo que parece, la mayoría de los descendientes de los Monné-Batallé tuvieron formación musical, incluso los y las que nunca se dedicaron profesionalmente a la música; eran y son capaces de leer una partitura y tocar algún instrumento. Por ejemplo, Antònia Galceran Monné explicaba que no sabía ni cuándo ni cómo había aprendido música, como tampoco recordaba cuándo había aprendido a caminar: «las notas, las he sabido de siempre», decía.
Las orquestas eran de unos diez o doce músicos, pero podían ampliarse o reducirse en función de las necesidades o del presupuesto de cada ocasión; aparecían como formaciones de cuerda, de cuerda y viento, de viento y percusión, etc. La sola serie de fotografías del fondo muestra tanto la evolución de las formaciones musicales (sobretodo de baile) como la adaptación de los músicos a las novedades; por ejemplo, la adopción de instrumentos de cobla a la ampurdanesa (1908) o de jazz-band (1934).
Una parte del repertorio, más considerable cuanto más se retrocede en el tiempo, era de composición propia: muchos bailables y piezas religiosas, muchas piezas para ocasiones concretas, etcétera. Otra parte, importante, eran adaptaciones o arreglos de piezas de otros autores; dentro de esta se han de destacar las músicas procedentes de etapas anteriores utilizadas en las representaciones de los Pastorets y de la Passió, o en otros dramas sacros y actos religiosos de Semana Santa. Está también la presencia, progresivamente creciente a partir de la aparición del gramófono y de la radio, de instrumentaciones enteras hechas por otros, ya sean manuscritas o impresas. Por su singularidad, debe mencionarse la serie de piezas compuestas para grallas largas y percusión, estudiada y publicada por Xavier Bayer en el año 2000.
Las partituras conservadas por la familia ratifican que el compositor principal de la estirpe es Feliu Monné Batallé (1864-1935). Casi todo el resto de músicos de la familia tienen, por lo menos, alguna composición y, por supuesto, muchos arreglos.
Los pasionistas en los documentos Monné
Todos los miembros de la estirpe que habían tocado en las orquestas de la familia habían participado, obviamente, en el acompañamiento musical de las representaciones de la Passió en Olesa o en Esparreguera; de algunos, como Andreu Monné Duran, lo sabemos por el testimonio de su nieta Laia Monné. Pero, en general, podremos hablar sólo de los que encontramos documentados, que son los autores, arreglistas o directores que constan en los papeles: Pau Cortada Singla (¿¿??-1875), Josep Pujol Torres (1848-¿¿??), Fèlix Monné Batallé (1841-1900), Agustí Monné Batallé (1850-1923), Feliu Monné Batallé (1864-1935), Josep Monné Dinarès (1878-1954), Francesc Monné Casanovas (1882-1959), Àngel Monné Monné (1921-1999), Agustí Monné Vilajusana (1918-2013).
El libro El llegat dels músics Monné d’Olesa i d’Esparreguera. Amb notícia de les músiques de Passió que conté, publicado en Esparreguera este enero, recoge detalles de este fondo y de sus creadores, en base a más de 600 referencias documentales del propio fondo.