La Trinitat Nova ha sido, tradicionalmente, una zona dedicada a la agricultura y a la explotación de pequeñas canteras. En 1825 se construyó en el barrio un acueducto que abasteció de agua Barcelona, y, a mediados del siglo XIX, se abrieron las primeras vías férreas.  A comienzos del siglo XX, se instalaron las primeras industrias —Teneria Ibèrica de Sant Andreu de Schmidt i Cia— y se reforzó la red eléctrica.

Desde entonces hasta la Guerra Civil, que lo truncó todo, hubo proyectos importantes de urbanización del barrio. Fue en los cincuenta cuando se le dio un impulso definitivo con la promoción de tres mil viviendas nuevas por obra del Patronato Municipal de la Vivienda, el Instituto Nacional de la Vivienda y la Obra Sindical del Hogar.

El resultado urbanístico a finales de los setenta fue un modelo de viviendas formado por bloques pequeños que estaban separados por pequeñas zonas ajardinadas. Estas viviendas sufrían graves patologías estructurales y necesitaron rehabilitaciones. Los accesos al barrio también han mejorado, sobre todo con la llegada del metro.