CRISTIANISMO CATÓLICO | "Sinulog: conmemoración de la evangelización de las Filipinas” #Trànsits
[NOTAS DEL PROGRAMA DEL CONCIERTO, EXTRAÍDAS DEL WEB DEL AUDITORI]
El Sinulog es al mismo tiempo una fiesta, un festival, un ritual y una celebración religiosa. Oficialmente establecido en 1980, ha sido declarado patrimonio cultural de Cebú, capital de la provincia epónima situada en la región central de Filipinas de Vizayas que, a su vez, se encuentra entre las otras dos regiones, la septentrional Luzón y la meridional Mindanao. Desde Cebú el festival se ha extendido por la diáspora filipina hasta llegar a Europa, Asia, Oceanía y las Américas. Si bien se celebra con una procesión mayor el tercer domingo de cada año, la fiesta comienza varios días antes y se extiende aun después de esa fecha. La celebración conmemora al Santo Niño, Jesús, que en forma de una estatua fue supuestamente donado en 1521 al rey/rajah de la isla de Cebú Raja Humabon (bautizado Carlos) y la reina Hara Humamay (bautizada Juana), por Fernando de Magallanes en su función de representante de la corona española. Aunque la leyenda indica que esta es una celebración alegre, voces críticas a esta interpretación apuntan a que se trataría de una conmemoración de los cebuanos muertos entre los asesinados en la violencia colonial.
En las celebraciones actuales convergen elementos paganos, cristianos y contemporáneos, mostrando tanto la creatividad como la capacidad de los pueblos para fortalecer elementos culturales precoloniales y enriquecer las identidades presentes. Las festividades del Sinulog destacan por sus procesiones, danzas y sus vistosas y sofisticadas prendas. En este sentido, Sinulog significa “danza elegante” y proviene de la raíz cebuana sulog, que significa “corriente de agua”. Es esta una descripción del movimiento corporal hacia adelante y hacia atrás de los bailarines que imitan el flujo de la corriente de agua al ritmo de los tambores, trompetas y gongs nativos (instrumentos que en la diáspora son muchas veces substituidos por otros). Entre las danzas, encontramos de tres tipos. La forma aparentemente más antigua la practican las tinderas, vendedoras y tendedoras de velas a quienes los creyentes compran velas para que ellas mismas presenten al Santo Niño. Encontramos, además, bailes organizados por compañías especializadas en los festivales religiosos. Estos bailarines recrean las escenas históricas cebuanas relacionadas con el Santo Niño. Finalmente, encontramos el desfile carnavalesco, con procesiones, carrozas y grupos de baile con sus trajes. Se han incorporado también disfraces que copian o aluden a modelos culturales contemporáneos e internacionales, como protagonistas y personajes de películas hollywoodienses. La celebración incluye la organización de diferentes tipos de concursos que pueden incluir: la mejor decoración, la mejor actuación de danza y de música, competición de fotografía, de cortometraje o de la reina del festival, entre otros.
Gracias a los esfuerzos ciudadanos durante las últimas décadas, el festival ha gozado de una creciente popularidad al tiempo que se ha convertido en una atracción turística, llevando a cierta comercialización de algunos de sus sectores. Para proteger los contenidos, las autoridades locales han patentado y registrado tanto la palabra Sinulog como el logo del festival, en lo que resultó ser la primera patente jamás concedida a un festival en Filipinas.
El Sinulog es también celebrado en la diáspora filipina, tal como viene ocurriendo en Barcelona desde hace 30 años. Iniciativa de la Asociación Visayas-Mindanao en Catalunya (VISMIN), las celebraciones tuvieron lugar inicialmente dentro de las primeras sedes de la parroquia filipina hasta que se establecieron en el espacio público, en la plaza de San Agustín, delante de la iglesia Inmaculada Concepción y San Lorenzo, lugar actual de la parroquia filipina. Durante este tiempo, la celebración se ha ido enriqueciendo con elementos propios de la comunidad local amparada en el barrio del Raval, que utilizan tanto elementos de música en vivo como otros grabados. En esta celebración barcelonesa se podrá ver tanto el baile tradicional del Sinulog como la misa tradicional especial de la festividad que sucede a continuación y que es oficiada por el cura de la parroquia filipina. Como en muchos otros sitios de la diáspora, la comunidad filipina en Barcelona ayuda a sus miembros en distintas cuestiones migratorias y de bienestar. Con una impresionante red de autoayuda comunitaria asiste a sus compatriotas en la búsqueda de empleo y vivienda, les facilita asesoramiento legal y les ofrece consejos para la educación de los niños y jóvenes. En este contexto, trabaja asiduamente para mantener, transmitir y desarrollar las culturas filipinas, sus costumbres, lenguas y patrimonio cultural, demostrando que el capital cultural traspasa las fronteras y fortalece el sentido de pertenencia a las culturas de origen.
Las actuaciones culturales relacionadas con la religión y la espiritualidad son especialmente importantes en la creación de lazos comunitarios en la diáspora. Estos dan soporte a las realidades migratorias al tiempo que activan los vínculos con el lugar de origen, reforzando de este modo los sentimientos de identidad.
Eva Marxen
Antropóloga