LA ENTREVISTA | Jenabou Dembaga: “Son las mujeres como conjunto, como comunidad, las que pueden movilizar y pueden actuar y cambiar la sociedad”
Del 29 de junio al 6 de julio vuelven las jornadas “Fe(r) i dones”, organizadas por la Oficina de Asuntos Religiosos en colaboración con el Real Monasterio de Santa Maria de Pedralbes. En esta segunda edición, con el subtítulo “Comunidades como agentes de cambio”, se quiere explorar y debatir cómo las mujeres de creencias y convicciones diferentes se organizan y actúan en el ámbito comunitario, siempre teniendo presente la voluntad de visibilizar y valorar el papel de las mujeres en las distintas convicciones y creencias. En esta edición, entre muchas de las novedades, se añade al comisariado, junto con Montse Castellà, Jenabou Dembaga Susoko, que ya participó en las primeras jornadas y que hoy entrevistamos.
Para empezar, ¿nos puedes explicar tu trayectoria profesional, académica, como activista, etc.? ¿Estás vinculada a alguna entidad?
Mi trayectoria se definiría en tres ejes: por una parte, la trayectoria profesional, por medio de la cual he tenido la oportunidad de ser invitada a ser comisaria de estas jornadas, y estoy aprendiendo y disfrutando mucho; mi trayectoria académica, que está enfocada sobre todo en la sociología y en la educación infantil, y he trabajado temas relacionados con el género, la racialización, la etnicidad, etc.; y, finalmente, mi trayectoria como activista, que está muy vinculada a la trayectoria académica y tiene mucho que ver con el activismo afrofeminista, el activismo en contra de la islamofobia y las discriminaciones por motivos religiosos. Actualmente estoy vinculada a dos entidades que trabajan en estos ámbitos: Diabi ji Soninké, una entidad en el Estado español que trabaja temas de las comunidades soninkes*, y Umbrales Umma, un grupo de mujeres musulmanas que trabajan diferentes temas relacionados con las mujeres y la religión musulmana. El concepto de esta entidad es trabajar, debatir y reflexionar sobre todas aquellas personas que vivimos dentro del “umbral” del islam, incluyendo, también, a aquellas personas que no son propiamente musulmanas.
Creyente, joven, mujer, activista, feminista, musulmana, afrodescendiente, etc. ¿Cómo es convivir con todos estos conceptos en el contexto social actual?
Hoy en día hay un auge de los movimientos feministas y también un auge de los movimientos antirracistas. Soy plenamente consciente de que estas diversidades que me atraviesan me hacen ver que las personas no somos monolíticas, sino un conjunto de muchas cosas, que nos hacen ricas en el ámbito espiritual, cultural, social, etc. También se enriquece el movimiento social y civil de la ciudad. Es decir, las personas están atravesadas por muchas diversidades y pluralismos diversos, no solo de la parte espiritual, sino también la diversidad de género, origen, la lengua, etc., lo que hace que Barcelona tenga una ciudadanía rica, plural y diversa.
Participaste en la primera edición de las jornadas “Fe(r) i dones” (2021). ¿Cómo la valoras?
La valoro muy positivamente, tanto ahora como en el momento en que participé en octubre del año pasado, porque eran unas jornadas que aglutinaban a diferentes mujeres de tradiciones religiosas y espiritualidades, se representaba una pluralidad de convicciones de comunidades y entidades de Barcelona, y yo no tenía constancia de que se hubiera hecho ningún acto similar. Era un encuentro para trabajar desde la mirada de las mujeres. No había participado nunca en un acontecimiento en que hubiera mujeres de comunidades religiosas: por ejemplo, no sabía que había comunidades de mujeres judías en Barcelona, y las conocí en las mesas de reflexión que se organizaron. Pude intercambiar reflexiones e impresiones con compañeras que tenían enfoques muy interesantes y tenían sus propias luchas dentro de las comunidades. También pienso que las jornadas permitieron visibilizar el papel de las mujeres y su importancia en las diferentes tradiciones espirituales a escala global y, evidentemente, a escala local, en Barcelona.
Este año eres cocomisaria de la segunda edición. ¿Qué encontraremos de nuevo que las haga interesantes?
Estas jornadas, en la segunda edición, se centrarán en las comunidades de mujeres como agentes de cambio. Es decir, el año pasado se trataban temas como los textos sagrados, las prácticas rituales y la transmisión religiosa y espiritual y cómo eran entendidos y vividos desde las diferentes perspectivas de las mujeres en varias tradiciones. Y este 2022 son las mujeres como conjunto, como comunidad, las que pueden movilizar y pueden actuar y cambiar la sociedad. En definitiva, las organizaciones y comunidades de mujeres como agentes activos transformadores de la sociedad local y global.
Como acabas de comentar, las comunidades son las protagonistas de esta segunda edición. ¿Por qué esta temática, “comunidades como agentes de cambio”? ¿Por qué es importante que las mujeres se unan?
Las mujeres organizadas en comunidades y colectivos son esenciales para la transformación social, no solo en el ámbito religioso, sino también con respecto a transformación en todos los ámbitos de la sociedad catalana y, en concreto, en la ciudad de Barcelona. Nosotras organizadas como colectivo creamos redes, sinergias y uniones entre diferentes convicciones espirituales, y eso hace que podamos decir: “Eh, nosotras estamos aquí, nos movilizamos como mujeres y también somos críticas con lo que pasa internamente”. La imagen que se tiene en muchos casos de mujer religiosa o espiritual es de una mujer pasiva, que no actúa, que se encuentra en un marco patriarcal. Es cierto, pero las mujeres han transformado y transforman la sociedad. Las mujeres siempre han sido agentes de cambio y estas jornadas visibilizan lo que ya se está y se estaba llevando a cabo. Vivimos en una sociedad patriarcal, pero hay que dejar constancia y visibilizar que la figura femenina siempre ha sido, es y será una figura transformadora.
Este 2022 hay varias novedades en las jornadas; por ejemplo, se amplían el formato de las actividades, la duración y los espacios. ¿Por qué?
La edición anterior se concentró en dos días, en dos tardes, y el espacio era el Real Monasterio de Santa Maria de Pedralbes. Este 2022, las jornadas serán del 29 de junio al 6 de julio, en diferentes horarios y en diferentes espacios de la ciudad. En primer lugar, hay que comentar la deslocalización. Habrá actividades en el Monasterio de Pedralbes, pero otras tendrán lugar en varios espacios de Barcelona; por ejemplo, la inauguración tendrá lugar en el Centro de Vida Comunitaria de la Trinitat Vella, muy idóneo por el tema que se tratará este año. Creemos que esta deslocalización hará más accesible la posibilidad de la ciudadanía de asistir, ya que habrá actividades que estarán “al lado de casa”. En segundo lugar, la variación de tipo de actividades hace que también sean diferentes públicos los que puedan estar interesados en asistir. Habrá talleres-puertas abiertas de comunidades de Barcelona, una conferencia, una mesa redonda con comunidades espirituales internacionales de mujeres, diálogos en las redes sociales con mujeres referentes en el ámbito religioso, visitas guiadas, etc., y también se incorporan actividades infantiles, especialmente el último día, para que las mujeres puedan disfrutar de las actividades del día de clausura, incorporando esta perspectiva de conciliación y accesibilidad. Por último, el hecho de que duren ocho días también va asociado a la variación de formato de actividades y para ampliar, así, el abanico de posibilidades de asistir y hacer las jornadas más accesibles. En definitiva, quieren ser unas jornadas enriquecedoras, no solo de contenido, sino también de forma.
Como explicabas, las comunidades virtuales serán también protagonistas de algunas de las actividades. ¿Qué opinas del crecimiento de la religión y la espiritualidad en las redes sociales?
Actualmente, las redes sociales son herramientas muy potentes y enriquecedoras, que permiten crear comunidad y movilizan a muchas personas. Además, puedes encontrar referentes en todos los ámbitos con los que puedes identificarte, como en el ámbito religioso, feminista, antirracista, etc. Es una plataforma muy importante para la movilización de la sociedad civil. Creo que visibilizar a estas mujeres referentes en las redes sociales y en las comunidades virtuales como agentes transformadoras y creadoras de comunidades, de actividades y talleres en las plataformas virtuales es muy importante. También hay que hacer constar que a la vez exponen y debaten sobre problemáticas que existen internamente sobre el género, las relaciones entre mujeres y hombres, etc., y eso, a mi parecer, creo que las convierte en focos muy potentes y a las que tenemos que prestar atención.
A raíz de la pandemia, el aislamiento físico que hemos sufrido en el ámbito relacional ha hecho que buscáramos figuras de liderazgo, actividades, etc., en todas las esferas de nuestra vida. Las redes sociales han venido para quedarse. Con vistas al futuro, pienso que las comunidades religiosas de mujeres serán muy importantes en estas comunidades virtuales. Especialmente referentes de mujeres religiosas, que antes, en nuestra infancia o adolescencia, no encontrábamos ni en la televisión. En cambio, ahora hay chicas que se sienten identificadas con estas mujeres referentes, que las ayudan a vivir sin complejos, con autoestima. Por ejemplo, ves a una mujer musulmana, con velo y que trabaja en política y es muy transformador.
En general, ¿por qué son importantes las jornadas “Fe(r) i dones”? ¿Qué impacto esperas que tendrán?
Personalmente creo que son de relevancia para desmitificar el papel pasivo de las mujeres dentro de las propias comunidades religiosas. Las jornadas permiten visibilizar este papel de las mujeres, organizadas en comunidad, como agentes de cambio; las mujeres como transformadoras no solo en el pasado, sino también en el futuro. “Aquí estamos y seguimos caminando”. Con esta premisa espero que, poco a poco, sean unas jornadas que puedan ser un referente de Barcelona y para Barcelona, no solo para las mujeres barcelonesas, sino también para las comunidades de mujeres a escala internacional. Que “Fe(r) i dones” sea un referente y pueda crear sinergias y diálogo interreligioso entre diferentes comunidades de mujeres, a la vez que permitan desmitificar y deconstruir el estigma de mujer religiosa como mujer pasiva. En definitiva, querría que las jornadas se consolidaran como un pilar que ponga en valor y visibilice la figura femenina de la “mujer activa” dentro de las tradiciones religiosas y espirituales.
Para acabar, ¿cómo ves el futuro y la proyección de las mujeres en las diferentes tradiciones religiosas y espirituales? ¿Hacia dónde va?
Considero que las mujeres espirituales tendrán un papel muy importante para explicar nuestras sociedades contemporáneas en un futuro. Primero, a mi parecer, en referencia a las discriminaciones por motivos religiosos; es decir, quien recibe el impacto más agresivo mayoritariamente son las mujeres. En segundo lugar, actualmente, me consta que las comunidades de mujeres están luchando contra temas transversales como el cambio climático, las actitudes machistas, el racismo, la deforestación, etc. Estas luchas, mayoritariamente, son lideradas por comunidades de mujeres. Las mujeres y las religiones creo que tendrán un papel muy importante en el futuro, no solo a escala local, sino también a escala global. Y añadiría que, en mi opinión, las mujeres somos más dialogantes, somos más propensas a crear puentes interreligiosos e intrarreligiosos entre mujeres por nuestro papel en los cuidados. La imagen de mujer religiosa tan estigmatizada como mujer pasiva que no actúa ya no es representativa en un mundo globalizado como el nuestro.
Recupera la entrevista a Montse Castellà i Olivé, comisaria de la primera edición y cocomisaria de la edición de este año junto con Jenabou Dembaga aquí.