Glossari

Glosario

Glosario

Analfabetismo emocional: dificultad de algunos hombres para reconocer sus propias emociones (y las ajenas) y expresarlas de forma saludable a causa de la socialización diferencial de género y de una identificación con el modelo de masculinidad hegemónica tradicional. La única emoción que se permite expresar abiertamente a los hombres desde este modelo es la ira o la rabia. Por lo tanto, no sólo es la falta de empatía, sino también la dificultad de muchos hombres de expresar emociones y sentimientos como la impotencia, la tristeza, el miedo o la incertidumbre porque se  considera un síntoma de debilidad y vulnerabilidad.

Asertividad: capacidad de autoafirmar los propios derechos sin dejarse manipular y sin manipular a los demás. Ser asertivo consiste en ser capaz de plantear y defender un argumento, una reclamación o una postura desde una actitud de confianza en uno mismo, aunque contradiga lo que dicen los demás, lo que hace toda la gente o lo que se supone que es correcto.

Autocuidado o cuidado de uno mismo: práctica de actividades que las personas dirigen hacia sí mismas o hacia el entorno para regular factores que afectan al propio desarrollo en beneficio de la propia vida, salud y bienestar, tanto físico como psicológico.

Acoso escolar: cualquier forma de violencia (física, verbal, psicológica, social o sexual) que se produce de forma repetida y reiterada en el tiempo por parte de uno o más alumnos hacia otro en el ámbito escolar. Destaca la continuidad en el tiempo de las agresiones, así como el desequilibrio de poder y la intención consciente de la persona agresora para causar daño, provocando a menudo la exclusión social de la persona que recibe dicha violencia. Este tipo de acoso a menudo viene acompañado por el silencio, la indiferencia o la complicidad de los demás alumnos.

Acoso homofóbico o LGTBIfóbico: tipo de acoso que se ejerce sobre personas por su orientación sexual no normativa (LGTB: lesbianas, gays, transexuales y bisexuales). También lo pueden sufrir las personas que conviven con una persona de orientación sexual no normativa (familiares, amistades, etc.) o personas que no cumplen las normas del sistema sexo-género.

Ciberacoso: uso de los medios telemáticos (Internet, telefonía móvil y videojuegos en línea) para ejercer acoso psicológico entre iguales.

Coitocentrismo: creencia o suposición basada en una estructura social patriarcal, que entiende el coito heterosexual (penetración del pene en la vagina) como la práctica sexual estándar, y relega el resto de prácticas sexuales a una situación de inferioridad.

Comunicación o lenguaje emocional: herramientas comunicativas que permiten a las personas identificar, reconocer y expresar sus emociones y sentimientos.

Conciliación de la vida personal, laboral, social y familiar: posibilidades que tiene una persona de desarrollar de forma simultánea los diferentes ámbitos de su vida. Implica disponer de tiempo y de los recursos necesarios, lo que requiere unas políticas activas de creación de servicios y de fomento de estructuras organizativas y sociales que faciliten la combinación de diferentes actividades. Como medida de impulso de la igualdad de género es fundamental que cualquier acción de promoción de la conciliación esté dirigida a hombres y mujeres. Ayudar a las mujeres a conciliar tiene el efecto contrario, ya que es una manera de reforzar su rol de cuidadoras y principales responsables del hogar.

Corresponsabilidad: distribución equilibrada, equitativa y funcional de la planificación, organización y realización de las labores domésticas, del cuidado de menores y de personas dependientes, de los espacios de educación y del trabajo remunerado.

Desigualdades de género: fenómeno que atribuye a un género determinado (el femenino) menos posibilidades sociales a favor del otro género (el masculino), otorgando privilegios concretos a los hombres por encima de las mujeres.

División sexual del trabajo: reparto social de labores en función del sexo, según el cual se asigna a las mujeres el trabajo reproductivo, no remunerado y desarrollado en el ámbito doméstico, y a los hombres el trabajo productivo, remunerado y en el ámbito público, concretamente en el mercado laboral.

Doble jornada: suma de la jornada laboral y una jornada posterior dedicada principalmente a las labores del hogar y al cuidado de personas dependientes. Es una situación a la que se ven sujetas muchas mujeres que, además de desarrollar un trabajo remunerado, cargan con el peso del trabajo doméstico no compartido. Se habla de triple jornada cuando además se suma una tercera dedicada a actividades políticas y comunitarias.

Doble presencia: situación en la que, incluso cuando se produce un reparto equilibrado en la realización de las labores domésticas y de cuidado, la responsabilidad sobre su gestión y planificación acostumbra a recaer sobre las mujeres. Aunque no implique una doble jornada física, el tiempo y la energía dedicados a esta función organizadora conllevan una suma de responsabilidades que las mujeres asumen simultáneamente. La doble presencia genera sentimientos de frustración y culpabilidad por no poder atender a todas las demandas y, además, entraña dificultades añadidas que disminuyen las posibilidades de acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad.

Empatía: capacidad de entender la postura de los demás y vivir como propios sus sentimientos.

Equidad de género: término utilizado a veces como sinónimo de igualdad y otras veces como concepto diferenciado, entendiendo que la igualdad pone el acento en la equiparación de derechos y obligaciones entre las persones (igualdad formal, igualdad del punto de partida, igualdad de oportunidades), mientras que la equidad se focaliza en la situación real de las personas (igualdad real, igualdad del punto de llegada, igualdad de resultados) y cuestiona las relaciones de poder. En este segundo sentido, la equidad pone el acento en el proceso, en las medidas y en la posibilidad de tratar diferentes personas que tienen realidades desiguales para compensar el desequilibrio histórico y conseguir que un día se pueda lograr la igualdad real. Se dice que bajo el paradigma de la igualdad a menudo se pretende que las mujeres se adapten a las estructuras, valores y comportamientos asociados a los hombres. En cambio, el enfoque de la equidad tiene en cuenta la diversidad de necesidades de hombres y mujeres en cada contexto.

Escucha activa: forma de escuchar que no sólo oye y percibe las vibraciones de los sonidos que emite el emisor sino que le hace saber que está siendo escuchado y que, por lo tanto, le entiende.

Espacio privado: espacio propio que permite desarrollar los intereses y las aficiones personales, y preparase para proyectarlas posteriormente en el ámbito público. En el caso de las mujeres, es frecuente que este espacio se confunda con el espacio doméstico o familiar.

Espacio público: espacio donde se desarrolla la vida laboral, social, política y económica. Es el lugar donde hay participación y reconocimiento social. Se identifica con el ámbito productivo tradicionalmente asignado a los hombres.

Estereotipos de género: conjunto de ideas preconcebidas, simplificadas, generalizadas y distorsionadas sobre las características, los atributos y los comportamientos que se consideran socialmente propios, esperados y adecuados para los hombres y para las mujeres en una sociedad determinada. Son fáciles y rápidos de activar, funcionan de forma automática y presentan una gran estabilidad y resistencia al cambio.

Falocentrismo: creencia o suposición, basada en una estructura social patriarcal, que otorga mayor importancia al pene (falo) en el ámbito de la sexualidad por encima de todo lo demás.

Género: construcción sociocultural que categoriza a las personas en función de su sexo biológico, y varía según el tipo de cultura, sociedad y época histórica. En tanto que concepto construido, es también modificable. No debe confundirse con el sexo, que hace referencia a unos rasgos biológicos. El género conforma el conjunto de características psicológicas, de comportamiento, de roles, de valores y de expectativas sociales que se asignan en función del sexo.

Heterocentrismo o heterosexualidad normativa: creencia o suposición, basada en una estructura social patriarcal, que presupone que todas las personas son por naturaleza heterosexuales y que están por encima de las demás opciones sexuales.

Homofobia: aversión o discriminación contra las personas homosexuales. Suele implicar odio, hostilidad o desaprobación hacia personas de esta orientación sexual y, a menudo, hacia la misma idea de diversidad sexual.

Identidad de género: internalización psicológica de las características masculinas o femeninas, es decir, la autopercepción de las características que el género otorga a hombres y mujeres en una sociedad. Puede coincidir o no con su sexo y su género socialmente asignado, y surge a partir de un proceso complejo de interacción entre una persona y las de su alrededor. En el caso de la transexualidad no coinciden el sexo biológico y la identidad de género, puesto que la persona se siente del género no asignado a su sexo biológico.

Machismo: conjunto de actitudes, comportamientos, prácticas sociales y creencias destinadas a justificar y promover el mantenimiento de actitudes discriminatorias hacia las mujeres.

Masculinidad hegemónica: conjunto de valores, actitudes y características que se asocian a la masculinidad tradicional occidental. Este modelo está formado por el grupo de hombres que disfrutan de una posición de poder y de liderazgo social legitimada por el patriarcado, lo que garantiza la posición dominante de los hombres y la subordinación de las mujeres.

Masculinidades alternativas (nuevas masculinidades): conjunto de propuestas que tienen como objetivo generar o construir modelos alternativos respecto a la masculinidad hegemónica tradicional. Se refiere a la expresión no normativa de la masculinidad, transcendiendo los estereotipos de género.

Micromachismo: ejercicio de poder pequeño, invisible, de baja intensidad y cotidiano que permite a los hombres hacer lo que quieran pero impide que las mujeres hagan lo mismo. A través de este mecanismo se perpetúa la situación de dominación de los hombres por encima de las mujeres.

Misoginia: aversión u odio a las mujeres. Es una tendencia ideológica, social o psicológica que se basa en el menosprecio hacia la mujer y hacia todo lo que se considera femenino.

Patriarcado: formación social en la que los hombres ostentan el poder, es decir, es el sistema de dominación de los hombres sobre las mujeres. Ideológicamente, el patriarcado naturaliza la valoración desigual y otorga superioridad y autoridad moral a los hombres por encima de las mujeres. Su supervivencia se basa en la repetición de unos patrones que, a través de las leyes, las tradiciones, las costumbres y la educación, refuerzan los roles de dominación y sumisión de los hombres y de las mujeres, respectivamente.

Perspectiva de género: enfoque que intenta conseguir la igualdad de oportunidades real y efectiva entre hombres y mujeres en la sociedad a partir de tomar en consideración de forma sistemática las diferencias entre hombres y mujeres en cualquier actividad o ámbito y cuestionar los roles socialmente atribuidos a cada sexo. Entendiendo que las desigualdades y discriminaciones entre hombres y mujeres tienen un origen social, se analizan sistemáticamente las estructuras y los mecanismos que contribuyen a perpetuar estas relaciones de desigualdad entre hombres y mujeres para introducir cambios hacia una mayor equidad.

Poder: capacidad de imponer la propia voluntad en el comportamiento de otras personas (en el ámbito social, familiar, sexual, etc.). Esta es la concepción del poder más habitual, pero existe también la que considera que, además de este “poder sobre alguien” (que remite a dominio, opresión, control e imposición) hay un “poder para hacer cosas de forma individual u organizada con otras personas”, no contra ellas. Esta segunda es una concepción del poder que remite a la creación, la capacidad de decisión, la autonomía y el empoderamiento.

Orientación sexual: atracción amorosa y/o sexual continuada por personas en función de su sexo. Normalmente se acostumbran a estudiar tres orientaciones sexuales: la heterosexualidad (atracción hacia individuos del sexo opuesto), la homosexualidad (atracción hacia individuos del mismo sexo) y la bisexualidad (atracción hacia individuos del mismo sexo y del sexo opuesto). La orientación sexual es diferente de la conducta o las prácticas sexuales, ya que las persones pueden expresar o no su orientación sexual en sus prácticas (por ejemplo, se puede ser homosexual y mantener prácticas heterosexuales).

Presión de grupo: fenómeno que se refiere a la fuerza o la influencia que ejerce un determinado grupo hacia una persona o más con el resultado de condicionarla o presionarla para cumplir con una norma o expectativa social. Esta presión la ejerce el grupo o subgrupo dominante, haciendo valer la legitimidad que le otorga su posición privilegiada.

Privilegio: tratamiento de excepción beneficioso para una persona o grupo de personas por su condición al nacer y la posición que ocupa dentro de un sistema social determinado.

Roles de género: conjunto de actitudes, tareas y comportamientos que se atribuyen a hombres y mujeres en una sociedad y en un momento histórico determinado en función de su sexo.

Salud: estado de bienestar físico, mental y social completo (y no sólo ausencia de enfermedad o dolor). Así, la OMS, a través de la Carta de Ottawa (1986) y de acuerdo con el concepto de salud como derecho humano fundamental, establece que hay determinados prerrequisitos para la salud, incluyendo la paz, recursos económicos y alimentarios adecuados, la vivienda, un ecosistema estable y un uso sostenible de los recursos. El reconocimiento de estos prerrequisitos pone de manifiesto la estrecha relación que existe entre las condiciones sociales y económicas, el entorno físico, los estilos de vida individuales y la salud.

Sexismo: discriminación basada en el sexo de la persona que la sufre. Esta discriminación se sustenta en una estructura social discriminatoria.

Sexualidad: aspecto central del ser humano a lo largo de su vida que engloba el sexo, la identidad de género y los roles, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción. La sexualidad se vive y se expresa en pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, roles y relaciones. Aunque la sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no siempre se experimentan o se expresan todas. La sexualidad está influenciada por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales.

Sistema sexo-género: sistema de organización social que identifica el sexo biológico con atribuciones sociales y culturales, determinando las posibilidades de desarrollo de hombres y mujeres. Es un sistema de organización de las identidades y también de jerarquización del poder, ya que atribuye un valor inferior a lo que define como propiamente femenino.

Socialización diferencial de género: conjunto de estímulos, tanto formales como informales, que recibimos a lo largo de la vida y que nos conducen a construirnos como hombres o como mujeres mediante el aprendizaje de los roles y los estereotipos de género en función del sexo biológico. Los principales agentes socializadores son la familia, el colegio y el grupo de iguales, aunque cada vez tienen más peso los medios de comunicación y los espacios de educación no formales.

Techo de cristal: alusión metafórica a las barreras transparentes que impiden a muchas mujeres con elevada calificación acceder y promocionarse en las esferas del poder económico, político y cultural. Estas barreras pueden ser de muchos tipos y ejercer diferentes grados de determinación, pero existe un consenso sobre la combinación de explicaciones basadas en factores personales, derivados de la socialización diferencial entre hombres y mujeres, y explicaciones basadas en factores externos, derivados de las relaciones de poder asimétricas.

Trabajo productivo: conjunto de actividades remuneradas que producen bienes y servicios en la economía mercantil. Se identifica con el espacio público, tradicionalmente asignado a los hombres.

Trabajo reproductivo: conjunto de actividades no remuneradas relacionadas con los cuidados del hogar y de los miembros de la familia. Se identifica con el espacio doméstico, tradicionalmente asignado a las mujeres.

Violencia: interacción humana basada en conductas y situaciones que, de forma deliberada, provoca o amenaza con hacer daño (físico, sexual, verbal o psicológico).

Violencia estructural: concepto procedente de la sociología que hace referencia a una forma de violencia en la que algún tipo de estructura social damnifica a una persona o a un grupo impidiendo que logren cubrir sus necesidades.

Violencia hacia las mujeres: actos mediante los que se discrimina, se ignora, se somete y se subordina a las mujeres en los diferentes aspectos de su existencia. Son todos aquellos ataques materiales y simbólicos que afectan a la libertad, dignidad, seguridad, intimidad e integridad moral o física de la mujer.

Violencia machista: forma de violencia que se ejerce contra las mujeres como manifestación de la discriminación y de la situación de desigualdad en el marco de un sistema de relaciones de poder de los hombres por encima de las mujeres y que, ejercida de forma física, económica o psicológica, incluyendo amenazas, intimidaciones y coacciones, tiene como resultado un daño o un sufrimiento físico, sexual o psicológico, tanto si se produce en el ámbito público como en el privado.