Un proyecto de escuela pública, laica y catalana que perdura hasta hoy día
Cuatro décadas después, la Pegaso continúa siendo un ejemplo de escuela de barrio que trabaja a favor de la infancia y sus familias, por el fortalecimiento del tejido vecinal y con una apuesta firme: ofrecer el mejor en la comunidad de niños y niñas del barrio. Si bien ya no es la escuela que era antes (ahora dispone de dos líneas y hay alrededor de 450 alumnos), los valores fundacionales de la escuela continúan siendo los mismos: educar en la solidaridad y el respeto, el civismo y la paz. Su proyecto educativo se puede consultar en su página web: “Educar y fomentar el respeto y el amor por la natura, haciendo conscientes los alumnos que nuestro propio futuro depende de un futuro sano y vigoroso del planeta. [Educar] en el espíritu crítico, que permita a nuestro alumnado percibir y analizar todo tipo de situaciones futuras”.
A través de una pedagogía activa y poniendo el énfasis en el conocimiento y reconocimiento del entorno, la escuela Pegaso se enfrenta a los retos del siglo XXI con una idea clara: hacer de la educación una experiencia vivencial. “Intentamos que todo los que aprenda nuestro alumnado esté relacionado con la realidad y forme parte de un aprendizaje activo y de vivencia. Por eso nos gusta trabajar con el entorno que nos rodea y hay muchos proyectos relacionados con el barrio”, asegura Elisabet Gutés, la directora del centro desde hace tres años.
En esta línea, el curso 2015-2016 se inició lo proyecte Camino Escolar, del cual también participan la escuela cuna Parca de la Pegaso, la escuela Cerro Azul y el Instituto Príncipe de Viana (instituto de referencia de la Escuela Pegaso). “Este proyecto nació con el objetivo de crear una red segura entre comercios y un grupo de escuelas próximas para fomentar la seguridad entre los alumnos que venden solo a la escuela”.
Uno de los ámbitos que más se trabajan a la Pegaso se la ciencia. Desde la escuela, el alumnado tiene la oportunidad de participar en proyectos y actividades de investigación como el Congreso de Ciencia o el programa Pequeños Talentos Científicos, que tienen como objetivo fomentar la experimentación y la investigación a los alumnos de Infantil y Primaria. “Los proyectos de ciencias son los que suelen gustar más a nuestro alumnado, porque los permite experimentar: se hacen charlas de diferentes temáticas y se fomenta la investigación”, asegura la directora del centro.
Estos programas se combinan con otros, como el Éxito, que ofrece refuerzo escolar a los alumnos de quinto y sexto que necesiten consolidar conocimientos o como el Plan de Consumo de fruta, uno de los ejes de la educación en la salud y el bienestar. “El fomento de una alimentación saludable es uno de los valores en los cuales educamos nuestro alumnado en la escuela Pegaso”, dice contundente Elisabet.
También destacan el Proyecto Arte in Englishque fomenta el aprendizaje del inglés a través de la educación visual y plástica y el Pla ILEC de fomento de la lectura, que se empezó a trabajar ahora hace cuatro cursos y que consiste a sistematizar la lectura diaria, tanto en infantil como primaria. Lo programa Padrinos Lectores, en el cual el alumnado de quinto y sexto ayuda los alumnos de primero y segundo a leer, también funciona muy bien. En estos momentos, pero, esta iniciativa permanece suspendida a causa de la crisis sanitaria. “De acá que volvimos al aula después de los meses de confinamiento, en la escuela Pegaso mantenemos los grupos burbuja. Los talleres en los cuales se mezclaban alumnos de diferentes niveles y aulas los hemos eliminado y todo se lleva a cabo con el grupo burbuja para minimizar los contagios”, explica Elisabet Gutés.
Trabajar con y para la diversidad
La escuela Pegaso reúne 450 alumnos de diferentes nacionalidades, algo que enriquece el aprendizaje y el desarrollo del niño, que aprende a crecer entre diferentes culturas; hecho que aviva su experiencia y su transición hacia la juventud y posterior vida adulta. Elisabet Gutés asegura que en el centro no solo se trabaja la diversidad cultural, sino también la social. “Como todas las escuelas, hay familias desfavorecidas. Desde el centro nos esforzamos para darlos todo el apoyo que necesitan haciendo red y asumiendo aquellos gastos a las cuales ellas no pueden llegar. Educar en valores también se esto, como también lo es asumir la diversidad en los aprendizajes y proporcionar los recursos necesarios para aquel alumnado con necesidades educativas especiales (…) Intentamos atender todo el alumnado con necesidades educativas especiales dentro del aula; porque no volamos una diversidad aislada sino incluida”, añade Gutés.
Desde la escuela Pegaso se apuesta para poner al alcance del alumnado muy material de manipulación para incentivar la experiencia directa; así como la ejecución de diferentes metodologías pedagógicas (en función de las necesidades de los niños) y el trabajo por proyectos; siempre enarbolando el compromiso cívico, el aprendizaje, el respeto y el conocimiento, la escuela Pegaso promueve, desde hace 40 años, la educación en valores y una ciudadanía responsable, siendo un ejemplo de enseñanza pública de barrio de calidad. Una escuela plural, aconfesional y cementada en los mismos valores que la vieron nacer, durante aquellos años setenta en los cuales el fascismo se empezaba a fundir.
Con el objetivo de proporcionar una educación de calidad, la escuela Pegaso forma parte, desde hace cuatro años de Redes por el Cambio, un conjunto de escuelas que hacen encuentros periódicos en las cuales se comparten prácticas y experiencias para mejorar la atención a la infancia, adquirir nuevas ideas e incorporar nuevas herramientas docentes para hacer frente a los retos que van surgiendo en las aulas.