Carnaval es una fiesta vinculada al calendario cristiano que originalmente estaba pensada como un periodo de excesos y desenfreno antes de la Cuaresma, época de austeridad y abstinencia. La expansión del cristianismo llevó la fiesta a muchos lugares de América, donde se mezcló con diversas tradiciones locales. Eso ha provocado que en todo el mundo el carnaval tome formas muy diversas pero mantenga una serie de elementos comunes como la inversión de papeles, el triunfo popular contra el poder establecido, la ocultación de la identidad y los excesos. ¿Quieres conocer algunos de los carnavales europeos y americanos más destacados?
Ivrea, Italia. El carnaval de esta localidad del Piamonte se caracteriza por celebrar una naranjada con frutas de verdad, tal como se hacía en la Barcelona del siglo XIII. La fiesta mezcla elementos medievales con referencias a la invasión napoleónica del siglo XIX. El acto central recrea una rebelión popular contra el lugarteniente de Napoleón pero tiene un trasfondo muy carnavalesco: en el fondo el pueblo lucha contra el poder opresor para garantizar sus libertades. La fiesta incluye una serie de personajes históricos que presiden los actos: la Mugnaia, el Sostituto Gran Cancelliere, el Magnifico Podestá.
Venecia, Italia. El carnaval veneciano es uno de los más famosos y veteranos del mundo: se conoce como fiesta pública desde 1296. De hecho fue ideado como un divertimiento para la población por parte de la oligarquía veneciana. Los protagonistas de la fiesta son los disfraces y las máscaras, especialmente pensadas para ocultar la identidad, el sexo o la procedencia del portador. Actualmente dura dos semanas y combina múltiples actos públicos con muchas fiestas privadas. Uno de los mejores momentos es el Vuelo del Ángel, un espectáculo que fecha del siglo XVI en el que un equilibrista atraviesa la distancia que hay entre el campanario de la plaza de San Marcos y el Palacio Ducal realizando acrobacias sobre un cable.
Colonia, Alemania. Cada 11 de noviembre a las 11.11 horas se da el pistoletazo de salida al carnaval de Colonia, una de las citas más destacadas del norte de Europa. Sin embargo la auténtica fiesta empieza el jueves de carnaval, una jornada en la que las mujeres toman el poder de la ciudad en una inversión de roles 100% carnavalesca. El día clave es el ‘Rosenmontag’ (lunes de carnaval), cuando se celebran las cabalgatas y se cantan las canciones tradicionales, que son en kölsch, la antigua lengua local de Colonia. El Festkomitee Kölner Karneval es la entidad encargada de organizar la fiesta desde 1823 y cada año escoge a tres representantes, que asumen los curiosos roles de la Virgen, el príncipe y el campesino.
Mohács, Hungría. La población de origen croata de esta población húngara celebra un carnaval que desde el 2009 es patrimonio cultural inmaterial de la Unesco. El elemento más curioso de la fiesta son los disfraces de los ‘busós’: grupos de hombres vestidos con pieles de animal y esquilas que llevan unas máscaras de madera con cuernos de aspecto demoníaco. El origen de este carnaval, que también tiene reminiscencias en Croacia, Serbia y Eslovenia, son inciertas. Pero existe una leyenda local que explica que durante la invasión otomana la población se tuvo que emboscar y que periódicamente hacían incursiones en las aldeas vestidos así para echar al enemigo turco.
Nueva Orleans, Estados Unidos. Se trata de una ciudad con una influencia francesa muy marcada y eso se percibe muy bien en su carnaval. El día clave es el ‘Mardi Gras’, el último día de la fiesta y cuando se intensifican los desfiles de carrozas. La fiesta funciona por cofradías, algunas de las cuales son centenarias, y eso hace que cada uno tenga su propio programa. Durante los desfiles, se lanzan miles de collares de bolas de plástico, un objeto que se ha acabado convirtiendo en un icono de este carnaval. Los buñuelos, un manjar desconocido en el resto de los Estados Unidos, son muy típicos de esta fiesta con marcado acento francés.
Oruro, Bolivia. Aunque sea poco conocido, es el segundo carnaval más multitudinario del mundo después del de Río de Janeiro. Millones de personas salen a la calle con disfraces coloridos correspondientes a las diferentes agrupaciones y desfilan al compás de danzas típicas como la ‘diablada’, los ‘caporales’, los ‘suri’ o los ‘waka waka’. El carnaval finaliza con una gran procesión de más de quince horas de duración que acaba la madrugada del domingo. Esta fiesta, que se celebra en honor a la Madre de Dios de la Foradada, es una interesante mezcla de tradiciones religiosas españolas e indígenas. Por todos estos motivos, el año 2003 fue declarado por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Barranquilla, Colombia. Con unos orígenes que se remontan al siglo XIX, la semana de celebraciones atrae a un millón de personas y es uno de los carnavales más destacados de Latinoamérica. El acontecimiento más destacado del carnaval es el sábado, cuando una batalla de flores presidida por la Reina del Carnaval inaugura el festival. Desde el año 2003 forma parte de la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco por la riqueza de sus bailes y los disfraces tradicionales, como la Marimonda, el Garabato, el Congo y el Monocuco. También destacan las máscaras de ‘torito’, los bandos satíricos llamados ‘letanías’ y las verbenas.
Rio de Janeiro, Brasil. El carnaval de Río de Janeiro es el ejemplo más conocido del carnaval brasileño, que se celebra de una manera muy parecida en otras ciudades del país como Salvador de Bahía, São Paulo o Arrecife. Es fruto de la mezcla de las culturas portuguesa, española y afrobrasileña. La fiesta se organiza por ‘blocos’, grupos de personas que se visten siguiendo los mismos temas o celebran la fiesta de una determinada manera. Este es el caso de las escuelas de samba, que organizan las comparsas más espectaculares que desfilan cada año por el Sambódromo, un espacio creado expresamente por el prestigioso arquitecto Oscar Niemeyer para celebrar los desfiles de carnaval.