El proyecto, que forma parte del programa del Plan de Barrios, está dinamizado por el CCCB y Androna Cultura, con la colaboración de Versembrant. Ésta es la tercera edición; durante los dos primeros años, el proyecto sólo se llevó a cabo con el Instituto Miquel Tarradell, pero este año ha llegado al Bon Pastor a través del Tilo. El resultado del trabajo hecho durante todo el curso se presentó el pasado 28 de abril al CCCB.
El proyecto, que tiene una duración de tres meses, tiene como objetivo que el alumnado de 4 t de ESO conozca en profundidad su barrio y que pueda elaborar su propia cartografía a partir de las reflexiones sobre el entorno urbano. La cartografía resultante, representada por la cotidianidad de los adolescentes, sus recuerdos o sus espacios favoritos, es una muestra del imaginario del alumno que nos permite ver la ciudad desde otro prisma.
Las sesiones son impartidas por Androna Cultura y Versembrant y el resultado final de proyecto es la creación de un videoclip que sirve al alumnado para explicar su percepción del territorio y una cartografía personal y crítica con los espacios que para ellos resultan más importantes.
¿Cómo funciona el proyecto?
El proyecto se prepara a partir de diferentes dinámicas de trabajo, tanto dentro como fuera del aula. “Empezamos trabajando con los y las jóvenes en el aula: estudiamos la relación entre la vida cotidiana del alumnado y los espacios que frecuenta en el barrio. Lo hacemos de manera conjunta”, explica Pere Duran, de Androna Cultura. El proyecto consta de tres estadios: “En primer lugar, se trabaja la relación con el barrio a partir de la vida propia: las emociones, la intimidad, la preferencia de espacios, etcétera. En segundo lugar, se arreglan las experiencias individuales y se introducen temas sociales y urbanísticos. Finalmente, a la tercera etapa lo que se busca es generalizar el conocimiento con el fin de poder entender las dinámicas que se establecen con los diferentes espacios”. Estas fases, explica Pere, se combinan con clases que constan de cápsulas de media hora en las cuales se mapeja el territorio. Todo se hace desde una dinámica participativa. “A través de las aportaciones individuales, podemos generar discusiones de cómo se transita el barrio. Eso nos permite trabajar la ciudadanía y la empatía”, destaca a Pere.
¿’La ciudad os cuida? ¿La ciudad os escucha’?
El trabajo con el alumnado se articula en torno a estas dos preguntas. “Para nosotros, es muy importante que los y las jóvenes cojan conciencia ciudadana y que se miren la ciudad de cara. Como decía Jane Jacobs, no tendríamos que mirar las ciudades desde los mapas, sino a pie de calle. El proyecto busca que ellos y ellas acaben analizando con qué puntos del barrio tienen más contacto, qué usos hacen, qué lugares los resultan problemáticos, como se mueven de un lugar a otro, cuáles son sus espacios de encuentro, etcétera”. El resultado es que, a partir de estos análisis, que empieza siendo individual, se pueden extraer conclusiones a nivel macro y se puede determinar qué ciudad se quiere.
Para Androna Cultura, es fundamental que los y las jóvenes, aparte de hacer un trabajo en su barrio, salgan de su territorio y lleven a cabo una parte de observación urbana. “Para saber cómo eres tú, tienes que salir fuera. Tienes que ver cómo son las aceras, las plazas o las calles de los otros barrios; ver qué gente vive allí y cómo es la vida en la otra punta de la ciudad. Así, cuando vuelves a tu casa, también te puedes mirar el territorio de una manera diferente”, explica Pere. Las sesiones a fuera del aula también los permiten establecer vínculos más estrechos con el alumnado.
El proyecto acaba con un intercambio: los adolescentes reciben en el otro grupo en su barrio y les muestran su entorno. Lo hacen a través de las cartografías que han ido creando durante las semanas que dura el proyecto. “Para hacer el recorrido utilizamos el material plástico que los y las jóvenes han ido elaborando durante las semanas: mapas y libretas de exploración, libretas de artista, etc. Nos interesa en que el proyecto también tenga esta dimensión plástica, que además, se puede exponer”.
Muy buena acogida del alumnado y valoración muy positiva Después de tres meses de trabajo con los dos institutos y una vez hecha la presentación del proyecto, ya se puede hacer una valoración. Pere explica que el alumnado ha trabajado muy bien, que los ha resultado estimulante y motivador y que los dinamizadores (CCCB, Androna y Versembrant) también han quedado muy contentos. “Hemos hecho unas 12 o 14 sesiones y hemos salido de las aulas en 3 o 4 ocasiones. A los chicos y chicas, cuando los planteas un proyecto que consiste en poner su cotidianidad en el centro de la investigación, los impresiona y los gusta mucho, porque para ellos supone un proceso de empoderament muy importante. A lo largo de estas tres ediciones, lo que más nos ha interesado siempre ha sido poner los y las jóvenes en el centro con el fin de trabajar con contenidos y conocimientos. Para ellos y ellas también resulta muy positivo, porque se dan cuenta de que la historia de los barrios también les sirve para explicarse a ellos mismos y ven la dimensión que se establece con las diferentes entidades del barrio”.