En el dispositivo se han hecho inspecciones en 26 establecimientos y se han detectado 24 conexiones ilegales, que obtenían electricidad directamente de la red general. Se calcula que se han defraudado 2,85 millones de kilovatios, el equivalente al consumo anual de 814 viviendas.

Además, la Guardia Urbana desplegó a 35 agentes, que detectaron 87 infracciones administrativas relacionadas con seguridad, higiene y normativa: salidas de emergencia bloqueadas, falta de extintores, lavabos impracticables, venta de alimentos caducados, exposición indebida de alcohol y actividades sin licencia.

Las conexiones irregulares suponen también graves riesgos para la seguridad por su alto riesgo de incendio, ya que se hacen sin protecciones ni revisiones técnicas, con peligro de cortocircuitos en locales situados en bajos de edificios con gran afluencia de personas.