A partir de este mes de noviembre tres hoteles y residencias de la ciudad acogerán a personas que se encuentren en situación de emergencia habitacional. Los nuevos equipamientos suman un total de 221 plazas y podrán albergar a las cerca de 170 personas que todavía están acogidas en Fira Barcelona.
Se trata de un edificio de 95 plazas en el distrito de Gràcia, que gestionará la Fundación Salud y Comunidad; uno de 100 plazas en el distrito de Sant Martí, que gestionará la Cruz Roja, y uno de 26 plazas, solo para mujeres, en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi, que gestionará el Centro Assís.
Los tres hoteles y residencias se sufragarán con 2 millones de euros del total de 3,5 millones a los que la Generalitat se comprometió hace unos días para atender a personas en situación de sinhogarismo en Barcelona y en el área metropolitana. En total, este año el Ayuntamiento destina 45 millones de euros a luchar contra el sinhogarismo.
Además de estas 221 nuevas plazas, la ciudad también dispone de las 40 plazas para mujeres de La Llavor, 40 plazas para jóvenes en Montgat y 70 plazas para personas con drogodependencias en un equipamiento de la Fundación Pere Tarrés.
En caso de un posible rebrote de la COVID-19 o de que las temperaturas desciendan por debajo de los 0 grados centígrados, Barcelona dispone de 400 plazas adicionales: las 75 plazas del CUESB, 225 plazas en un pabellón de Fira Barcelona y 50 plazas en un hotel de L’Eixample.
Los alojamientos de emergencia han atendido a más de 1.500 personas durante la pandemia
Entre los meses de marzo y octubre los diferentes equipamientos extraordinarios para personas sin hogar en el contexto de la COVID-19 han permitido atender a un total de 1.522 personas, de las que 1.286 son hombres, 232 son mujeres y 4 personas se identifican como no binarias.
Paralelamente, los equipos de calle del Servicio de Inserción Social en Medio Abierto (SISMO) detectaron el mes pasado un total de 982 personas que dormían en la calle, la cifra más baja de los últimos tres años.
Estas cifras permiten confirmar que la labor preventiva ha permitido contener el sinhogarismo en la ciudad en un contexto en que como mínimo una de cada cinco personas atendidas en estos dispositivos extraordinarios provenía de fuera de Barcelona y cerca de la mitad no se encontraban en situación de calle, sino que dormían en habitaciones realquiladas, en casas de familiares o amistades o se encontraban en otras situaciones de infravivienda.